El barrio sirio de Yarmouk lucha por su reconstrucción en plena transición política
- El barrio de Yarmouk ha quedado sepultado bajo los escombros
- Aquí estaba el mayor campo de refugiados palestinos de Siria
Cada día, desde que acabó la guerra, Oum Kassem, de 72 años, recorre las devastadas calles de Yarmouk, en las afueras de Damasco. Sus hijos le han ayudado a levantar un nuevo hogar pero ella busca entre los escombros cualquier cosa que pueda servirle para reconstruir su casa.
El campo de refugiados de Yarmuk fue un foco de opositores del Gobierno derrocado de Bachar al Asad. Aquí, el asedio y los bombardeos constantes destruyeron por completo la zona. Ahora, después de la caída de régimen, resulta desolador ver cómo las primeras familias tratan de volver a esta zona y de recuperar sus vidas en medio de la devastación. Muchos como Kassem intentan reconstruir sus casas a pesar de que todo está en ruinas.
"El dinero que tenía lo he invertido en una nueva casa. He vendido también mis pendientes de oro y mi anillo", asegura. Ella cuenta que "tenía una tienda de ultramarinos justo aquí. También había una farmacia y varios comercios". Pero, cualquiera que mire solo puede ver el rastro de los escombros.
Un campo de refugiados palestinos
Yarmouk nació en 1957 como un campo de refugiados palestinos, y durante décadas contó con el mayor número de exiliados del país. Aunque el conflicto expulsó a la mayoría de sus habitantes, llegaron a ser más de cien mil personas, entre las que también había ciudadanos sirios.
Entre las familias palestinas que vivían aquí estaba la de Motassen. Él visita ahora la conocida como "la pequeña Gaza de Bashar al Assad" por primera vez desde que se marchó hace diez años. Dice que ni siquiera es capaz de orientarse y encontrar su casa. "Es muy triste para mí. Está todo destruido. Aquí están mis recuerdos. No hay nada que se pueda rehacer", lamenta.
En Siria, las nuevas autoridades continúan con el proceso de transición tras la caída de Al Asad. De igual forma lo hacen en Yarmouk. Las cámaras de TVE captan a un grupo de albañiles que fabrican los ladrillos con los que están reconstruyendo las primeras viviendas, confiando en los que quieren retornar. Aunque de momento, vivir en esta zona parece un reto casi imposible.