Las autoridades detienen al presidente surcoreano Yoon Suk-yeol tras conseguir entrar en su residencia
- Los investigadores no pudieron cumplir la primera orden de arresto por un enfrentamiento con agentes de seguridad
- Este miércoles se ha puesto en marcha un nuevo operativo que una cadena humana de 6.500 personas ha intentado bloquear
Las autoridades de Corea del Sur han detenido al presidente destituido Yoon Seok Yeol tras conseguir entrar en su residencia pese a una cadena humana de 6.500 partidarios y algunos legisladores de su partido que ha intentado bloquear la detención.
Momentos antes del arresto, Yoon, destituido por su breve imposición de la ley marcial en diciembre y atrincherado en su residencia desde entonces, accedió a abandonar el reciento para comparecer ante las autoridades.
Yoon ha comenzado a ser interrogado en las instalaciones de la Oficina para los Casos de Corrupción de Altos Funcionarios (CIO) una media hora después de su detención, en una sala con vídeo y ante la presencia de sus representantes legales.
Mientras, se ha retransmitido un mensaje grabado en video previamente desde su residencia en Yongsan, en el centro de Seúl, en el que ha declarado que había decidido comparecer ante las autoridades pese a su "investigación ilegal" para evitar un potencial "derramamiento de sangre".
El mandatario ha dicho que considera que las diligencias abiertas en su contra son "ilegales e inválidas". "El estado de derecho se ha derrumbado por completo en este país", ha añadido a la par que ha deseado que ningún ciudadano surcoreano "tenga que soportar jamás tales injusticias al tratar con casos penales en el futuro".
Está previsto que sus abogados den una rueda de prensa en las próximas horas donde se conocerían más detalles al respecto. Los cargos de Yoon están relacionados con su fallida declaración de ley marcial del 3 de diciembre, considerada por la oposición como un intento de golpe de Estado.
El pasado 3 de enero, los investigadores no pudieron cumplir la primera orden de arresto emitida contra un presidente surcoreano en funciones después de un enfrentamiento con cientos de agentes de seguridad presidenciales y guardias militares.
Tres horas de tensión
Un convoy con funcionarios de la oficina anticorrupción y la policía surcoreana consiguió acceder al recinto pasadas las 8.00 hora local (23.00 GMT del martes) por las puertas de su entrada principal, unas tres horas después de que comenzara el nuevo operativo para detener al líder conservador.
Los oficiales lograron así superar las varias líneas de barricadas instaladas por el Servicio de Seguridad Presidencial (PSS) y han procedieron además a detener al jefe estas citadas fuerzas de protección del mandatario, Kim Sung-hoo, por obstaculizar la ejecución de la orden de arresto sobre Yoon.
La autoridades habían llegado a la residencia en torno a las 5.20 hora local del miércoles (20.20 GMT del martes) para ejecutar la orden, pero sus dos primeros intentos de acceder al recinto fueron bloqueados por la cadena humana formada por los servicios de seguridad presidencial y las líneas de vehículos que colocaron en torno al recinto.
El equipo que ejecuta la orden de arresto, integrado por la Oficina de Investigación de la Corrupción para Funcionarios de Alto Rango (CIO) y la Policía, obtuvo una nueva orden el 7 de enero y ha celebrado múltiples reuniones en un intento de asegurar una ejecución exitosa.
Orden de arresto tras no comparecer
La orden de arresto contra Yoon se ha formalizado después de que el presidente surcoreano no haya comparecido el martes ante el Tribunal Constitucional, que debe juzgar su cese acordado por el Parlamento tras la declaración durante horas de la ley marcial el 3 de diciembre.
La defensa del presidente ha justificado la ausencia por "seguridad". Sin embargo, las autoridades surcoreanas han preparado el nuevo dispositivo para tratar de arrestar al presidente, en el que se estima han participado hasta 1.000 efectivos. Se cree que Yoon permanece escondido en su residencia desde que la Asamblea Nacional lo destituyera.
Tras el primer intento de detención fallido, el Servicio de Seguridad Presidencial reforzó el recinto con alambre de espino, barricadas o alineando autobuses para dificultar el paso. Por su parte, el Constitucional tiene 180 días, desde el 14 de diciembre, para determinar si se mantiene la destitución del presidente o le restituye en el cargo. Si se confirma la destitución, deberán convocarse elecciones presidenciales anticipadas en un plazo máximo de 60 días.