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Uno de cada cinco euros del subsidio a los carburantes acabó en manos de las gasolineras, 857 millones de euros

  • La medida subió cinco céntimos el precio del diésel y aumentó los márgenes empresariales y la recaudación del IVA
  • Un artículo económico advierte que estas políticas benefician más a las rentas altas y promueven la contaminación

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Uno de cada cinco euros del subsidio a los carburantes acabó en manos de las gasolineras, 857 millones de euros
Una persona reposta gasolina, en una imagen de archivo. GETTY

El subsidio de 20 céntimos a los combustibles, que activó el Gobierno en 2022 como contrapeso a la inflación, aumentó el precio del diésel y transfirió el 20% de los 4.250 millones de euros que costó en total la medida "directamente" a gasolineras y petroleras. Se calcula que 857 millones de euros acabaron en manos de las empresas, mientras el Estado recuperó 216 millones más al incrementarse la recaudación del IVA.

Así lo ha concluido un estudio de los economistas Juan Luis Jiménez y José Manuel Cazorla-Artiles, de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria, y Jordi Perdiguero, de la Universidad de Barcelona, que se publica este jueves en el blog económico Nada es gratis tras comparar la variación de los precios en España con las de otros países europeos que no aplicaron la misma política durante la crisis energética derivada de la invasión rusa de Ucrania.

A la luz de sus resultados, los autores abogan por prescindir de este tipo de subsidios y optar por ayudas focalizadas en función del nivel de renta.

Menos del 74% del subsidio al diésel llegó al consumidor

Según este estudio, la medida que estuvo en vigor entre abril y diciembre de 2022 aumentó el precio del diésel en 5,27 céntimos por litro, aunque no aprecia efectos significativos en la gasolina 95. De este modo, de los 20 céntimos que debió bajar el precio del diésel, menos de 14,73 llegaron a los consumidores, el 73,62%.

Jiménez, Cazorla-Artiles y Perdiguero ratifican estos resultados al comprobar que al decaer el subsidio con el inicio del 2023, los precios se estabilizaron y la variación volvió a estar en línea con los países del entorno.

Además, detallan que de los 5,27 céntimos por litro que aumentó el diésel como consecuencia de la medida, 4,21 céntimos representan un aumento de los márgenes de las empresas, y 1,06 corresponden al aumento del IVA. Es decir, casi el 80% se atribuye al sector privado.

En cuanto a la gasolina, solo en algunas estimaciones encontraron un aumento de dos céntimos en el precio. Sin embargo, han descartado estos efectos porque no son estadísticamente concluyentes. De este modo, con la gasolina sí es posible que el 100% de la subvención llegara a los consumidores, a diferencia del diésel.

La eficacia de la media es independiente de que el Estado aportara 15 de los 20 céntimos del subsidio y los cinco restantes los pagaran las tres empresas con capacidad de refino en España.

El Estado cubrió el 6% de la subvención con la recaudación extra del IVA

No obstante, el estudio también ahonda en el coste, que estima en 3.600 millones de euros para el diésel y alcanza los 4.250 si se suma la gasolina.

Así, más de 1.070 millones de euros de la subvención del diésel no llegaron a los consumidores, de los que 857,6 millones de euros fueron captados por las empresas a través del aumento del margen, un 23,8% del montante. Este saldo —indican— sería "de mínimos" puesto que faltaría considerar cuánto se retuvo a través de la gasolina 95. Si se calcula con esos dos céntimos de subida del precio que arrojan algunos cálculos, la 'fuga' hacia las gasolineras y petroleras sería de 98 millones.

Por otro lado, el Gobierno también aumentó sus ingresos gracias al IVA: al subir el precio del diésel, lo recaudado al aplicar el tipo general del 21% también se incrementó. En total, calculan que el Estado recaudó 216 millones de euros más, el 6% del coste de la subvención al gasóleo, "sin considerar otros posibles efectos indirectos, como la subida de impuestos a las empresas energéticas o el aumento del impuesto de sociedades que pagan estas empresas si aumentan sus márgenes".

De nuevo, si consideramos una subida de dos céntimos en la gasolina como consecuencia de la subvención, las arcas públicas sumarían 14,6 millones de euros.

¿Por qué ocurre esto?

Los autores señalan dos elementos que explicarían por qué una parte de la subvención a los combustibles no llegó a los consumidores. "El primero es el gran poder de mercado de algunas empresas, que les permite fijar los precios hasta cierto punto", exponen en el artículo, a tenor de los datos de la Asociación Española de Operadores de Productos Petrolíferos (AOP), que indican que las tres primeras compañías en España poseen algo más del 46% de las estaciones de servicio, según datos de 2022, y una cuota de mercado aún mayor porque "cuentan con las estaciones más grandes y mejor situadas".

El segundo factor está relacionado con que la demanda de combustibles en España es "muy inelástica, especialmente a corto plazo". Es decir, la población necesita seguir repostando sus vehículos, aunque haya subido el precio de la gasolina o el gasóleo.

La medida aumenta la desigualdad y la contaminación

Finalmente, los economistas reflexionan sobre la conveniencia de esta medida en lugar de otras que sí tengan en cuenta el nivel de renta de los beneficiarios y subrayan que ha podido tener un "impacto negativo" en dos de los objetivos declarados del Gobierno: reducir la desigualdad y los niveles de contaminación.

En el primero, porque las personas con menores niveles de renta suelen tener menos coches y, si lo tienen, lo usan menos, de acuerdo con la literatura económica. Al respecto, citan también a la Autoridad Independiente de Responsabilidad Fiscal (AIReF), que ya avisó en 2022 que la subvención beneficiaba especialmente a los hogares con rentas más altas. Otros estudios aseguran que la población más rica recibió un 192% más que la pobre.

En cuanto al impacto en el medio ambiente, el artículo señala que la subvención "habrá provocado un mayor consumo y, por tanto, mayores niveles de contaminación" y recoge otras investigaciones que cifran en un 3,58% el aumento de las emisiones por el repunte del consumo.

Con todo, Jiménez, Cazorla-Artiles y Perdiguero destacan también aspectos positivos de las medidas del Gobierno, entre ellas la subvención a los carburantes. "Han supuesto una reducción del nivel de inflación, aspecto que ha contribuido a anclar la economía española y probablemente ha revisado a la baja las expectativas sobre su evolución futura. Esta reducción de la inflación implica un ahorro en la revalorización de las pensiones y los salarios públicos", concluyen.