El reto de ser directiva en comunicación corporativa
- En un sector con una alta presencia de mujeres, solo hay un 34% de directivas frente a un 66% de directivos
- Hay siete veces más mujeres que hombres en comunicación que afirman no disfrutar de su tiempo libre
- Mujeres DirCom en Objetivo Igualdad, domingo 14:40h en Canal 24 horas y después en RTVE Play
A pesar de la relativa feminización del sector de la comunicación corporativa, a las mujeres que trabajan en él les cuesta “más tiempo, esfuerzo y desgaste personal alcanzar los puestos directivos”. Así lo afirma el estudio ¿Comunicación sin género? La realidad de las dircom en España, en el que la agencia creativa de comunicación y marketing Evercom, la Universidad Complutense y la Rey Juan Carlos miden las desigualdades existentes entre las y los profesionales de este ámbito.
“Es muy curioso que en un sector tan feminizado sigamos teniendo tanta brecha de género” dice Irene de la Casa, directora general en Evercom. Algo que, para María Gómez Rodríguez, directora de Comunicación de AENA: “Es un síntoma de lo que ocurre, en general, en muchísimos ámbitos de la industria, de la sociedad, donde las mujeres están infrarrepresentadas”.
Patricia Leiva, directora de Comunicación y RSC de Ferrovial, opina que esto se debe al “techo de cristal, suelo pegajoso… cualquiera de las terminologías u obstáculos que nos encontramos en nuestra carrera” y que evitan que ellas alcancen posiciones directivas, incluso en sectores donde en la base hay más mujeres.
Ellas lideran en puestos intermedios
“En los puestos intermedios sí que vamos a encontrar a más mujeres”, señala De la Casa: “Sin embargo, cuando nos vamos a los puestos de responsabilidad, vemos que todavía tenemos un 66% de directivos de comunicación frente a un 34% de directivas”. Además, según el informe, el 65% de ellas ha asumido responsabilidades de dirección sin ocupar oficialmente el cargo –frente al 50% de los hombres– y solo un 17,1% de los y las participantes en el estudio reporta a una jefa.
“Yo creo que en comunicación vemos una mayor presencia de directoras de lo que vemos en otras áreas tradicionalmente más masculinizadas”, afirma Miguel López-Quesada Gil, presidente de Dircom, la Asociación de Directivos de Comunicación: “En comunicación estamos viendo antes esa llegada [a posiciones de liderazgo]. Dicho esto, no es suficiente”.
Y cuidan más de sus familiares
Cuando se les pregunta por los motivos detrás de esta desigualdad, los perfiles entrevistados coinciden en un término: conciliación. “La comunicación es un área que no para nunca, es un 24/7 en la mayoría de los casos”, dice Gómez Rodríguez, de AENA.
Desde Dircom, López-Quesada Gil apunta que la dificultad reside en que: “La comunicación de crisis, de cuando hay problemas” es una función habitual en el sector, y “todo esto no está supeditado a unos horarios, que son muy fáciles de organizar y definir. Ahí es donde tenemos un problema de conciliación general”. Especialmente cuando hay personas a cargo de las trabajadoras.
Según el informe, el 55,6% de las directivas ha dejado de trabajar para cuidar de sus hijas e hijos o de personas dependientes. En el caso de los directivos, esta cifra se queda en el 33,8%. Y cuando hablamos sobre las consecuencias de la maternidad en la carrera de una mujer, el 66,4% de las directivas del estudio afirma que es “un factor fundamental en la progresión profesional femenina”.
Estas cargas familiares adicionales también tienen consecuencias sobre el manejo del tiempo libre de las directivas de comunicación, que aseguran siete veces más que los directivos no disfrutar de su tiempo de ocio.
Una perspectiva para el futuro
“Por arrojar esperanza y luz”, dice Gómez Rodríguez, “desde que soy directora de Comunicación de AENA, he tenido dos hijos. Y aquí sigo”. Una situación que comparte con Leiva, de Ferrovial. “Yo tengo dos hijos, he desarrollado mi carrera profesional al mismo tiempo que desarrollaba mi familia”.
Para llegar a este tipo de situaciones, De la Casa considera que es necesario que los hombres “acojan su papel de conciliación”, disfrutando, por ejemplo, de las bajas de paternidad cuando ellos lo consideren necesario, en lugar de “según le venga bien a la compañía”.
También apuesta por la imposición de cuotas “mientras sean necesarias”. Más allá de esas cuotas, Leiva aboga por la meritocracia, y subraya: “Ninguna mujer quiere que se la escoja por ser mujer, sino por ser mejor, que es diferente”.