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Mapas y datos: el rastro de muerte y destrucción en Gaza tras 470 días de guerra que la tregua tratará de aliviar

  • El alto el fuego acordado entre Israel y Hamás llega con un balance de casi 47.000 palestinos muertos
  • El 60% de los edificios y el 92% de las viviendas han sido destruidas en una Franja en crisis humanitaria

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Tregua en Gaza: Un niño camina con un saco en medio de los escombros de un bloque residencial en la ciudad de Gaza
Un niño camina con un saco en medio de los escombros de un bloque residencial en la ciudad de Gaza. Omar al-Qattaa / AFP

Este domingo 19 de enero, cuando se inicie oficialmente el alto el fuego acordado entre Israel y Hamás, una Gaza en ruinas tratará de recomponerse tras 470 días de guerra, con el breve lapso de apenas una semana de tregua mal cumplida en noviembre de 2023. Las bombas y las muertes se han sucedido sin descanso en un territorio de apenas 365 kilómetros cuadrados donde malvivían 2,3 millones de personas, la mayoría menores de edad. 

La invasión terrestre de la Franja por parte de Israel, casi dos meses después de los atentados cometidos por Hamás en suelo israelí el 7 de octubre de 2023, ha arrasado con todo. Tras los ataques terroristas que causaron la muerte de 1.139 israelíes, la guerra ha costado la vida a casi 47.000 palestinos en la Franja, según el balance del Ministerio de Salud de Gaza, controlado por Hamás, pero cuyas cifras son consideradas válidas por organismos internacionales y gobiernos. Eso sin contar los 11.000 desaparecidos que aún no han sido identificados, y la extensión del conflicto a Cisjordania y Líbano.

Los bombardeos israelíes no han distinguido enemigos de civiles. Con la acusación permanente de que los combatientes de Hamás se ocultaban entre la población civil, en campos de refugiados o incluso en hospitales, no ha habido lugar seguro. Tan solo la semana pasada, los ataques contra escuelas con tiendas de campaña para desplazados internos en Jabalia, en el Norte de Gaza, causaron la muerte de 15 personas, entre ellas tres mujeres y tres niños, y heridas a más de 30 personas, incluidos 19 niños, recopila Naciones Unidas en su último informe. 

El Ejército israelí ha seguido matando mientras se cerraba la negociación del alto el fuego, al menos a 122 personas (33 de ellos niños), la mayoría de ellas en Ciudad de Gaza, según datos de la Defensa Civil gazatí, además de más de 270 heridos.

Al mismo tiempo, las fuerzas armadas de Israel aseguraban este sábado que han interceptado un misil lanzado desde Yemen al centro del país, pese a que el líder de los rebeldes hutíes, Abdelmalik al Huti, anunció la víspera su respaldo al alto el fuego. La tregua se adivina frágil.

Un 60% de los edificios, destruidos o dañados

La destrucción de los asentamientos humanos en la Franja de Gaza fue intensa y exhaustiva desde el principio. De norte a sur, las gobernaciones del Norte de Gaza y la capital quedaron reducidas a escombros en su dos terceras partes apenas tres meses después de iniciarse las operaciones militares sobre el terreno por parte de Israel. Entre las bombas y los bulldozers israelíes, 287.699 edificaciones se habrían visto afectadas, casi el 60% del total, según el cálculo de los investigadores Corey Scher y Jamon van den Hoek a partir de observaciones satelitales. Naciones Unidas calcula que más de 160.000 viviendas han sido destruidas, y otras 276.000 han sido dañadas (92% de las casas), provocando que haya 1,9 millones de personas desplazadas fuera de su hogar.

Según los últimos datos de la Oficina de Naciones Unidas para la Coordinación de Asuntos Humanitarios (OCHA), los ataques de las fuerzas armadas israelíes no solo han convertido los edificios en escombros, sino que han diezmado la posibilidad de los gazatíes de acceder a su propio sustento: el 80% de los comercios han sufrido daños, así como el 68% de la red de carreteras, el 68% de los cultivos, el 52% de los pozos agrícolas, el 44% de los invernaderos y el 72% de la flota pesquera.

Los palestinos, a quienes se ordenó una evacuación masiva hacia el sur de la Franja, vieron como las bombas también empezaron a caer sin pausa en medio de lugares cada vez más hacinados e insalubres. En mayo del año pasado, Israel entró en Ráfah, la última localidad de Gaza en la que no había penetrado por tierra, y donde habían buscado refugio más de 1,4 de desplazados de otras zonas del enclave.

Falta de atención sanitaria

La atención sanitaria está muy comprometida por los efectos del conflicto. Durante la guerra, se produjeron masacres como la del hospital Al Ahli (500 muertos), las tropas israelíes entraron en el hospital Al Shifa tras cercarlo durante días y también desalojaron por la fuerza el hospital Nasser de Jan Yunis, donde permanecían 1.500 desplazados.

A día de hoy, según los datos de Naciones Unidas, solo 18 de los 36 hospitales de Gaza están operativos. Hay otros 11 hospitales de campo funcionando (aunque solo seis de ellos a plena actividad) en las gobernaciones de Deir al-Balah, Jan Yunis y Ráfah; y solo el 38% de los centros de atención primaria funcionan (53 de 139), si bien solo seis lo hacen plenamente.

Según la información de la que dispone Naciones Unidas, los hospitales han agotado sus reservas de combustible y dependen de entregas diarias fragmentadas. La crisis del combustible, agravada por el saqueo de camiones cisterna, amenaza el funcionamiento de los centros de salud, afectando a unos 2.000 pacientes, incluidos aquellos en UCI, y a 700 pacientes que necesitan hemodiálisis. El acceso al combustible también es crítico para disponer de agua corriente. Las instalaciones y actividades de saneamiento e higiene corren el riesgo de paralizarse si no se recibe combustible adicional con urgencia.

La ayuda humanitaria será aún más necesaria por la permanente falta de refugio básico en medio de las temperaturas invernales, con casi un millón de menores viviendo en tiendas de campaña improvisadas, junto con la carencia de alimentos y agua y la situación epidemiológica. Y para ello, será crucial la apertura de los pasos fronterizos y la llegada fluida de suministros del exterior.

Bloqueo permanente que el alto el fuego aliviará

Desde que Hamás asumió el control de Gaza en 2007, el enclave palestino ha estado asediado y aislado por tierra, mar y aire. Israel limitó la zona de pesca a un máximo de 6 millas náuticas de la costa gazatí (unos 11 kilómetros), que en 2023 aumentó a 15 millas (unos 28 kilómetros). Los pasos fronterizos han estado cerrados o controlados por Israel, como el importante del cruce de Ráfah, que permite la entrada de bienes y mercancías desde Egipto.

El paso de Ráfah, que en el lado palestino fue ocupado por Israel en mayo, será de nuevo la principal arteria para los suministros. Según anunció Catar el miércoles, el alto el fuego en Gaza que entrará en vigor a mediodía del domingo 19 de enero comenzará con una primera fase de 42 días en los que se dará luz verde para la entrada de ayuda humanitaria y combustible a toda la Franja y la rehabilitación de hospitales.

Por Ráfah entrarán a diario unos 600 camiones y se permitirá el tránsito de personas y enfermos en la primera fase de la tregua. Según las disposiciones del acuerdo de alto el fuego, el lado palestino será gestionado por funcionarios de la Autoridad Nacional Palestina (ANP) bajo supervisión técnica de la Unión Europea. España tiene preparado un primer paquete de ayuda humanitaria por valor de 24 millones de euros, que podría alcanzar los 50 millones "con mucha rapidez", según el ministro de Exteriores, José Manuel Albares.