Enlaces accesibilidad

25 años del asesinato del coronel Pedro Antonio Blanco a manos de ETA: "No pensé que pudiera ser mi padre"

  • Fue la primera víctima mortal de la banda terrorista tras 14 meses de tregua y 19 meses después del anterior asesinato
  • RTVE.es habla con su hija que recuerda cómo fue asesinado el 21 de enero de 2000 con un coche bomba

Por
Se cumplen 25 años desde que ETA asesinó al coronel Pedro Antonio Blanco

"Nosotros vivíamos en una zona de casas militares. Me estaba preparando para ir a clase cuando sonó una explosión. Los cristales de mi habitación temblaron. Salí al colegio sin ninguna preocupación porque no pensé que pudiera ser mi padre", relata a RTVE.es Almudena Blanco, hija del teniente coronel Pedro Antonio Blanco, asesinado hace 25 años este martes por ETA, con un coche bomba en la zona de la avenida de Virgen del Puerto, el barrio más castigado por los etarras en Madrid.

Se cumplen 25 años desde que ETA asesinó al coronel Pedro Antonio Blanco

El 21 de enero de 2000 la banda terrorista materializaba el fin de una tregua que había durado 14 meses, y que había iniciado el 16 de septiembre de 1998, cuatro días después de la firma del Pacto de Lizarra, un acuerdo entre los partidos nacionalistas vascos en el que se comprometían a emprender juntos el camino de lucha, con métodos pacíficos. Sin embargo, ETA comunicaba el 28 de noviembre de 1999 que rompía ese alto al fuego.

El atentado de Pedro Antonio Blanco fue el primero después de que ETA permaneciera 19 meses sin matar: desde del asesinato del concejal del PP Manuel Zamarreño en Errenteria (Guipúzoca) el 25 de junio de 1998, su última víctima antes de la tregua.

Nunca pensó que pudiera ser víctima del terrorismo

A pesar de que la explosión tuvo lugar a solo dos manzanas de su casa, Almudena Blanco nunca pensó que la víctima de ese día podía ser su padre. Un coche bomba explotó cuando el militar se aproximaba a su coche oficial camuflado. "Él no nos contó nunca que fuera en coche oficial a trabajar, quizá para protegernos, para que no tuviéramos miedo. Yo creía que iba en autobús", rememora.

En aquel momento, Almudena Blanco tenía 15 años y su hermano era un niño de solo 11 años. "La directora me sacó de clase y una amiga de mi madre me llevó a casa. Nadie me explicó nada. Al llegar a casa, en el salón había mucha gente, muchos militares. Le pregunté a mi madre que por qué no estábamos en el hospital con mi padre, pero mi madre me hizo un gesto de negación, y así me enteré de que había muerto", recuerda.

No obstante, a pesar de que terrorismo estaba muy presente en el barrio en el que vivían, Almudena recuerda haber vivido una "infancia sin miedo". "Aunque era consciente de que los militares eran objetivo de ETA y habíamos vivido algunos atentados cercanos, mis padres nos dieron una infancia sin miedo", asegura.

Aún así, en la rutina diaria de la familia Blanco, siempre estaba el mirar debajo del coche, o si llegaba un paquete sospechoso, tanto a Almudena, como a su hermano, les sacaban fuera de casa y ya el padre abría después el paquete solo.

"No se olvida, pero se supera"

Han pasado 25 años y Almudena y su familia han aprendido a convivir con la falta de su padre. "Le echas de menos en situaciones cotidianas. Esa sensación no se pasa, no se olvida, pero sí que se supera y se aprende a vivir con ello", asegura en una conversación telefónica.

Pedro Antonio Blanco tenía 47 años cuando fue asesinado y dejó viuda a Conchita Martín, que tuvo que tomar "las riendas de la familia" tras el atentado. Almudena explica que desde entonces y durante estos años su madre "ha trabajado por la memoria de las víctimas", dando charlas en colegios para explicar a las nuevas generaciones que fue el terrorismo de ETA.

Por su parte, a Almudena Blanco el atentado de su padre le ha marcado en su manera de afrontar la vida: "He cambiado en las prioridades de la vida, relativizo más las tonterías. También me ha marcado como madre. Me esfuerzo en vivir cosas con mis hijos, me obsesiona estar muy presente, y les hablo mucho de mi padre", asegura.

Y aunque aunque ETA desapareció en 2011, para Almudena Blanco el terrorismo etarra sigue siendo "un problema político". "Es muy duro a ver a representantes de Bildu en el Congreso, doloroso escuchar a Arnaldo Otegi, e indignante que los partidos se echen basura unos a otros a costa de las víctimas", lamenta.

El año 2000: el más sangriento de la banda en el siglo XXI

Con el atentado del 21 de enero de 2000, ETA inició el año más sangriento de su historia en el siglo XXI, en el que acabó con la vida de un total de 23 personas. Entre las víctimas, políticos del PSOE y del PP, como el exministro socialista de Sanidad Ernest Lluch; o al secretario general del PSE, Fernando Buesa; el ex gobernador civil de Guipúzcoa Juan María Jáuregui; y cinco concejales del PP de diferentes municipios de España.

Pero también ese año mataron a miembros del Poder Judicial como el magistrado del Tribunal Supremo José Francisco de Querol; o el fiscal jefe del Tribunal Superior de Justicia de Andalucía, Luis Portero, así como al presidente de la Patronal guipuzcoana, José María Korta Uranga; a dos policías y un ertzaina, dos conductores -de autobús y del Tribunal Supremo-, un periodista, un funcionario de prisiones, y dos militares más.

Pedro Antonio Blanco fue asesinado por cuatro miembros del comando Madrid, denominado Buro Ahueste: Ana Belén Egües Gurrutxaga, Iván Apaolaza Sancho, Juan Luis Rubenach Roigo y Gorka Palacios Alday. Los cuatro fueron condenados a penas de entre 129 y 120 años de cárcel.