El Gobierno estudia que las terapias de conversión para personas homosexuales sean delito
- La ministra de Igualdad ha hecho este anuncio en una reunión con el presidente de la Conferencia Episcopal
- Luis Argüello califica estos talleres como una "conversión al Evangelio"
La ministra de Igualdad, Ana Redondo, se ha reunido este miércoles con el presidente de la Conferencia Episcopal (CEE), Luis Argüello. Lo ha hecho para trasladarle su rechazo a las terapias de conversión para homosexuales que, según han denunciado algunas asociaciones, se siguen realizando en diócesis españolas.
Redondo ha confirmado que desde la cartera de Igualdad ya están trabajando en un informe para valorar una modificación del Código Penal y convertir estas terapias en delito. "Entendemos que esto es una situación inexplicable en el siglo XXI, en la que se debe avanzar", ha explicado la ministra, que ha abordado con Argüello la necesidad de incorporar a la Iglesia los valores constitucionales de igualdad.
El encuentro se ha producido después de que la Asociación Española contra las Terapias de Conversión denunciara a siete diócesis de diferentes provincias por impartir este tipo de talleres, lo que llevó al Ministerio de Igualdad a abrir un expediente para investigar los hechos recogidos. Según explica la denuncia, estos centros religiosos acogen charlas que promueven terapias de conversión para personas LGTB impartidas por la empresa Media Salud Comunicación.
Además, según ha informado Igualdad, Redondo ha mostrado a la Conferencia Episcopal su rechazo sobre que la Iglesia esté negando la comunión a personas homosexuales que han contraído matrimonio, algo que, a su juicio, es "un acto discriminatorio". En este sentido, Argüello ha explicado a Redondo que en la Iglesia católica la norma básica para recibir la comunión es "estar en gracia de Dios", independientemente de la condición sexual.
El presidente de la CEE también ha señalado que el término "terapias de conversión" es "impreciso, excesivamente amplio y no científico". Se trata de una expresión que la Iglesia católica no apoya y que no se encuentra dentro del "ámbito de su acción pastoral". Algo similar apuntilló hace unos días el obispo José Ignacio Munilla, quien aseguró que el término empleado es un "constructo ideológico del marxismo para impedir a la Iglesia acompañar pastoralmente a las personas con inclinación homosexual" para darles una vida en "castidad".
Argüello ha restado importancia a la existencia de estos talleres argumentando que su función es "ofrecer la conversión y la forma de vida del Evangelio". De esta manera, después de más de una hora de conversación, la ministra de Igualdad y el presidente del obispado no han llegado a ningún acuerdo sobre las terapias de conversión y el Gobierno seguirá adelante con su valoración para tipificarlas como delito. En un comunicado oficial, la Conferencia Episcopal asegura que ambas partes "han coincidido en la importancia que los principios de libertad, igualdad y no discriminación tienen para nuestra sociedad constitucional".