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La salida de Trump del Acuerdo de París, una "mala noticia" que no frenará el avance "imparable" de las renovables

  • El presidente de EE.UU. ha anunciado que volverá a salirse del pacto climático global, como ya hizo en su primer mandato
  • Los expertos creen que, a diferencia de 2016, la transición ecológica está más asentada y la lucha global no se verá tan afectada

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Donald Trump muestra la carta a la ONU en la que anuncia la retirada del Acuerdo de París, el lunes tras tomar posesión como presidente
Donald Trump muestra la carta a la ONU en la que anuncia la retirada del Acuerdo de París, el lunes tras tomar posesión como presidente Jim WATSON / AFP

Como un déjà vu, la vuelta a la Casa Blanca de Donald Trump ha supuesto de nuevo la salida de Estados Unidos del Acuerdo de París, el compromiso alcanzado en 2015 por prácticamente todos los países del mundo para reducir las emisiones y frenar el cambio climático. Sin embargo, el panorama ha cambiado profundamente desde que Trump anunció al inicio de su anterior mandato su salida del pacto climático en 2016, apenas unos meses después de su firma.

El mundo se ha transformado a nivel económico, energético y geopolítico, y su decisión, una de las primeras que ha firmado el nuevo presidente tras tomar el poder, no pilla ahora a nadie por sorpresa.

"Obviamente es desafortunado que Trump salga del Acuerdo de París, pero si se compara con hace ocho años, ahora hay un mayor apoyo y un mayor convencimiento de la importancia del acuerdo", explica a RTVE.es Linda Kalcher, directora del think tank Strategic Perspectives.

Una sensación de "ya hemos pasado por aquí"

Ahora hay más bien una sensación de "ya hemos pasado por ahí", señala. La retirada de Estados Unidos "importa realmente menos para la diplomacia" en 2025. El "multilateralismo climático sigue siendo muy fuerte", ya que la inmensa mayoría de países siguen comprometidos con la reducción de emisiones y lo demuestra que las cumbres del clima siguen dando resultado, defiende. 

En la última, celebrada en Bakú, se logró finalmente un compromiso en financiación climática —aunque poco ambicioso según los países menos desarrollados— a pesar de todas las trabas para hacerlo, recuerda la fundadora de Strategic Perspectives, con una amplia experiencia en las cumbres.

Laurence Tubiana, arquitecta del Acuerdo de París y ahora CEO de la European Climate Foundation, coincide con Kalcher: aunque también califica de "desafortunada" la salida de Estados Unidos, asegura que "la acción climática multilateral se ha demostrado más resiliente y fuerte que las políticas de cada país".

El segundo mayor emisor y el país con más emisiones históricas

Estados Unidos es el segundo país que más dióxido de carbono —principal responsable del calentamiento global— emite, solo por detrás de China, pero es el mayor emisor histórico. Además, por su influencia geopolítica y su peso económico, cada decisión Washington tiene relevancia en el resto del mundo. 

Para Javier Andaluz, responsable de cambio climático de Ecologistas en Acción, la salida de Estados Unidos es "una muy mala noticia para la emergencia climática", precisamente porque es el país con "mayores emisiones históricas acumuladas" y también uno de los que tienen mayores emisiones per cápita. 

Recuerda que su país también sufre desastres alimentados por el cambio climático como los incendios de Los Ángeles y que su paso atrás en la lucha climática "no condena solamente a los americanos, sino también a todo el planeta".

Una política "suicida" que descolgará a EE.UU. de la carrera renovable

Pero además, la "propuesta política de Trump es claramente suicida", advierte, "porque la tendencia económica ya demuestra con claridad que el impulso de las energías renovables es mucho más rentable".

El magnate republicano ya ha dejado claro en su discurso de investidura que cumplirá con su promesa de campaña de "perforar, perforar y perforar" para extraer más petróleo y abandonará el gran impulso a las energías limpias que llevó a cabo su predecesor, Joe Biden, vetando por ejemplo nuevos parques eólicos.

La Agencia Internacional de la Energía estima que el mercado de las tecnologías limpias se triplicará hasta alcanzar los dos billones de dólares de aquí a 2035. Con esta decisión, por tanto, Washington corre el riesgo de descolgarse de la lucrativa carrera por liderar este mercado, en la que China ha ganado posiciones a una velocidad de vértigo en los últimos años.

China, la gran beneficiada

Así lo ha expresado, aunque sin mencionar ni a Washington ni a Pekín, el responsable de la agencia de la ONU para el cambio climático, Simon Stiell: "El boom de la energía limpia es el crecimiento económico de la década. Aprovecharlo significa beneficios masivos, millones de trabajos y un aire limpio, e ignorarlo solo envía toda esa gran riqueza a las economías competidoras" 

Desde 2016, cuando Trump arrancó su primer mandato, Pekín se ha situado como un "líder del mercado de tecnologías limpias a nivel global", según Linda Kalcher. En un reciente editorial, el Financial Times llegaba a decir que "China está ganando la carrera por la supremacía verde", con una posición de dominio en toda la cadena de valor de placas solares, aerogeneradores, vehículos eléctricos o baterías. 

No solo es China. Con la salida de Estados Unidos, "esperamos que muchos países redoblen los esfuerzos por la transición", según esta analista. "Puede que no sea por razones climáticas, pero sí por prosperidad, crecimiento y competitividad". En todo caso, pese al "frenazo importante" de EE.UU, "el avance de las energías renovables es imparable", señalan en declaraciones a Science Media Center España (SMC) Julio Díaz y Cristina Linares, codirectores de la Unidad de Referencia en Cambio Climático, Salud y Medio Ambiente Urbano del Instituto de Salud Carlos III y coordinadores científicos del Observatorio en Salud y Cambio Climático.

El dilema de Europa

La duda entre los expertos es qué papel ocupará en este nuevo terreno la Unión Europea, que en 2016 pasó a rellenar el vacío en el liderazgo de la acción climática que había dejado Washington. Ahora, el panorama en el Viejo Continente ha cambiado: los partidos conservadores y de extrema derecha, en muchos casos negacionistas del calentamiento global, han ganado peso en Bruselas

Alicia Pérez Porro, bióloga marina y responsable de interacción política y relaciones institucionales en el Centro de Investigación Ecológica y Aplicaciones Forestales (CREAF), considera que "ese paso que dio la UE ahora sabemos que no va a pasar porque la acción climática ha pasado a un segundo plano en Europa", y cree que será China la que pueda aprovechar la oportunidad, ha apuntado a SMC España.

Kalcher, sin embargo, es optimista, y recuerda las palabras de la presidenta de la Comisión Europea, en el Foro de Davos: "Ha dicho que estamos aquí para cooperar y forjar alianzas, que continuaremos siendo un socio fiable, y ese mensaje de cooperación es más importante aún con las políticas de ‘América primero’ en la Casa Blanca".

¿Un efecto contagio?

También descarta que la salida de Trump genere un "efecto contagio" y otros países sigan sus pasos, como se especuló en la COP29, en la que sobrevoló una posible retirada de Argentina del Acuerdo de París. "Creo que es un movimiento aislado, el mundo ha entendido cómo el cambio climático hace más difícil la vida de las personas y de la biodiversidad".

En todo caso, además, la acción climática continuará en Estados Unidos a nivel de estados y ciudades. La coalición de acción climática America is All In, formada por gobiernos subestatales, universidades, empresas o centros religiosos, representa el 63% de la población y el 74% del PIB del país.

Esta semana, además, los gobernadores de California y Nueva York, dos de los estados más poblados del país, han enviado una carta a la ONU en la que se comprometen a seguir trabajando para cumplir con los objetivos del Acuerdo de París. La carrera por frenar el cambio climático, coinciden todos los expertos, está lejos de estar perdida.