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Las muertes por temperaturas extremas pueden aumentar un 80% a final de siglo en España por el cambio climático

  • Un estudio de Nature Medicine advierte que Europa podría registrar un exceso de 2,3 millones de muertes a final de siglo
  • Barcelona es la ciudad en la que se prevé un mayor número de fallecimientos, y Madrid y Valencia están entre las 10 primeras

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Una pareja toma el sol en Murcia el pasado noviembre
Una pareja toma el sol en Murcia el pasado noviembre EFE/Marcial Guillén

Cuando de muertes por temperaturas extremas se trata, el frío tiene mucho más peligro que el calor: en Europa se considera que las bajas temperaturas causan diez muertes por cada una provocada por un termómetro disparado. O así ha sido al menos hasta ahora, porque el cambio climático transformará profundamente esta realidad.

El aumento de temperaturas en las ciudades de nuestro continente en las próximas décadas hará que desciendan las muertes por frío, pero el aumento de los fallecimientos por calor será mucho más pronunciado, lo que provocará que haya un incremento neto de muertes relacionadas con la temperatura.

Así lo concluye un estudio hecho público este lunes en la revista Nature Medicine. Según esta investigación, que ha analizado datos de 854 ciudades europeas, las muertes podrían llegar a crecer un 50% de aquí a final de siglo, hasta llegar a 2,3 millones de fallecimientos adicionales, en un escenario de altas emisiones de gases de efecto invernadero y en el que no se tomaran medidas de adaptación.

Este es el escenario más pesimista, uno en el que se doblan las emisiones, y en el que la temperatura aumentaría 3,6 °C frente a los niveles previos a la Revolución Industrial. Pero incluso en la previsión más optimista, en el que el aumento de la temperatura se limitara a 1,8 grados al final de este siglo XXI, dentro de los límites marcados por el Acuerdo de París, las muertes aumentarían de aquí a 2060, para reducirse ligeramente a partir de entonces. En este, los fallecimientos en España, uno de los países más vulnerables, crecerían un 80%.

La región del Mediterráneo, la más afectada

Precisamente el estudio incide en que el incremento no será homogéneo en todo el continente. Sufrirán más las ciudades del sur de Europa, en especial las de Malta, Italia y España. Y dentro de nuestro país, el tercero con un mayor aumento de muertes, la situación será peor en la zona mediterránea.

En el peor escenario, Barcelona estaría a la cabeza de las ciudades europeas con más exceso de muertes asociadas a altas temperaturas a finales de siglo: 246.082, calculan los investigadores. Tras Roma y Nápoles, Madrid ocupa el cuarto puesto entre las ciudades más afectadas, con 129.716 muertes adicionales debidas al calor a finales de siglo, y Valencia el séptimo, con 67.519. En el quinto y sexto puesto están Milán y Atenas, respectivamente.

La diferencia es enorme con otros puntos de Europa. Si en España las muertes llegarán a ser de 125,5 por cada 100.000 habitantes, en Reino Unido, buena parte de Escandinavia o los países bálticos el resultado neto será de una disminución de los fallecimientos, ya que los que provoca el frío caerán con mayor intensidad por el aumento de temperaturas. 

Además de las diferencias geográficas, también hay importantes brechas por edad, sexo o clase social. "Los grupos vulnerables, como los adultos mayores, las personas con enfermedades crónicas y las comunidades con bajos ingresos, serán los más expuestos", advierte Raquel Nunes, catedrática adjunta de Salud y Medio Ambiente de la facultad de Medicina de la Universidad de Warwick (Reino Unido), en declaraciones a Science Media Centre España (SMC).

Sin fuertes medidas de adaptación, añade, "los sistemas de salud pública podrían tener dificultades para hacer frente al aumento de la demanda de servicios de urgencias e ingresos hospitalarios". Un informe de The Lancet Public Health del pasado año ya advertía que la mortalidad por calor es el doble en mujeres que en hombres. Y aunque las personas mayores son las que más sufren por el calor extremo, la franja de edad de personas mayores de 65 es también la que mejor se ha adaptado, mientras que sigue sufriendo la población activa, la de la franja de entre 18 y 45 años.

La adaptación al calor podría reducir sustancialmente las muertes

Pero a pesar de este sombrío panorama, el equipo liderado por Pierre Masselot, de la Escuela de Higiene y Medicina Tropical de la Universidad de Londres, destaca que adaptarse al calor extremo salvaría muchas vidas

Una reducción del riesgo del 50% dentro del escenario más pesimista provocaría que el número de muertes se redujera de 2,3 millones a 268.000 para 2100. Por poner este dato en contexto, el estudio cita que España ha reducido el riesgo entre un 30% y un 60% en las últimas décadas. Sin embargo, recuerdan los autores, algunas ciudades mediterráneas, como Barcelona, Roma, Nápoles o Marsella, seguirían sufriendo más fallecimientos por calor que en la actualidad, aunque consigan adaptarse.

"La buena noticia es que nos podemos adaptar", señala en esta línea Víctor Resco de Dios, profesor de Ingeniería forestal y Cambio global de la Universidad de Lleida, en declaraciones a SMC España. 

Y detalla: "La adaptación empieza por soluciones relativamente sencillas, aunque no gratuitas, como la instalación de aires acondicionados o la habilitación de espacios climatizados que sirvan de refugios climáticos (centros comerciales, piscinas, etc.)". Además, se deben abordar "soluciones más complejas, como aumentar las zonas verdes en las ciudades, para mitigar la isla de calor urbana, y adaptar los sistemas de salud a estos cambios epidemiológicos".

En nuestro país ya se han abordado algunas de estas soluciones desde las instituciones, como la instalación de refugios climáticos en Barcelona y otras ciudades. Pero además, la propia población se ha adaptado a las temperaturas extremas —tanto por frío como por calor—, por lo que las muertes por este motivo han disminuido progresivamente en las últimas décadas, según un estudio del CSIC de 2023.