Científicos chinos logran crear el primer ratón de dos padres macho que llega a edad adulta
- Los investigadores han reconocido que solo el 11,8% de los embriones viables pudieron desarrollarse hasta el nacimiento
- Los científicos modificaron individualmente 20 genes de impronta clave mediante diversas técnicas
Un equipo de científicos chinos especializados en células madre ha logrado crear, mediante edición genética, el primer ratón de dos padres macho que ha llegado a la edad adulta, en un hallazgo que ha sido publicado este martes en la revista científica Cell.
El trabajo ha sido dirigido por el investigador Wei Li, de la Academia China de Ciencias (CAS) de Pekín, quien ha recurrido a la selección de un conjunto concreto de genes implicados en la reproducción.
En este caso, los científicos chinos se han decantado por el proceso de genes de impronta, por el cual se expresa solo la copia de un gen de una persona (ya sea de la madre o del padre), mientras que la otra copia es suprimida.
Los investigadores modificaron individualmente 20 genes de impronta clave mediante diversas técnicas, descubriendo que no solo permitían crear animales bipaternos, que a veces llegaban a la edad adulta, sino que también daban lugar a células madre con una pluripotencia más estable. “Estos resultados demuestran que las anomalías en la impronta son el principal obstáculo para la reproducción unisexual de los mamíferos", ha afirmado Guan-Zheng Luo, coautor del estudio y profesor de la universidad Sun Yat-sen de Guangzhou, China.
"Este enfoque puede mejorar significativamente los resultados del desarrollo de células madre embrionarias y animales clonados, abriendo un camino prometedor para el avance de la medicina regenerativa", ha agregado el científico en un comunicado de la universidad Sun Yat-sen.
Una técnica con limitaciones
Entre las limitaciones al avance de esta técnica, los investigadores han reconocido que solo el 11,8% de los embriones viables fueron capaces de desarrollarse hasta el nacimiento, y no todas las crías que nacieron llegaron a la edad adulta debido a defectos de desarrollo.
La mayoría de los ratones de dos padres que llegaron a la edad adulta tenía un crecimiento alterado y una esperanza de vida más corta. Además, los ratones que alcanzaron la edad adulta eran estériles, aunque presentaban una mayor eficacia de clonación.
Es una práctica más habitual con caballos.
Ejemplares de pura sangre clonados con fines económicos.
Pero una clínica de Marbella ha dado un paso más allá,
ofreciendo la clonación de nuestro perro o gato.
-Sí que sería un poco raro.
No sé si sería la misma sensación.
-Con el perro, vete tú a saber si tendría los mismos instintos
y el mismo cariño hacia ti.
El método es costoso: unos 55.000 euros, y no es sencillo.
Se extrae tejido con ADN
del animal vivo o cuando acaba de morir,
se inyecta en un óvulo y se desarrolla un embrión.
-Ese embrión lo transferimos a una hembra de esa especie
y lo que nace es un animal
con 99,9 % de genética del animal original.
Entre los precedentes, está la ya célebre oveja Dolly
o los perros del presidente argentino,
Javier Milei,
clonados a partir del ADN de su mascota Conan.
En España, es legal,
pero algunos científicos tienen dudas sobre su uso
sin fines médicos
y sobre el bienestar de los animales receptores.
-¿Para qué estamos haciendo esto?
Están pasando por un proceso de hormonas,
de cirugía, de embarazo, etc.
Hay que tenerlo en cuenta también.
Los expertos advierten también que buscar la réplica exacta
puede ser decepcionante.
Los factores ambientales o el ADN de la mascota que gesta
pueden hacer que la copia y el original
sean tan parecidos o tan distintos como un par de gemelos.
El equipo ha avanzado que continúa investigando cómo la modificación de los genes de impronta puede dar lugar a embriones con mayor potencial de desarrollo, y la posibilidad de extender los métodos experimentales desarrollados en ratones a animales más grandes, incluidos los monos.
"Una revolución en las clínicas de reproducción asistida"
De prosperar esta técnica, “promovería una verdadera revolución en las clínicas de reproducción asistida. Y las parejas de dos hombres o dos mujeres podrían ser los dos padres biológicos de sus hijos”, ha indicado Lluís Montoliu, investigador en el Centro Nacional de Biotecnología (CNB-CSIC) y en el CIBERER-ISCIII.
De este modo, uno de los miembros de la pareja aportaría el esperma o el óvulo y el otro miembro de la pareja aportaría células troncales pluripotentes que, siguiendo alguno de los dos procedimientos (el del equipo japonés o el del equipo chino) acabaría produciendo óvulos que podrían ser fecundados in vitro.
“Si dejamos volar la imaginación, suponiendo (lo cual es mucho suponer) que lográramos superar la consanguinidad máxima, que es viable en ratones, pero no en humanos, tanto hombres como mujeres, de forma individual, como familias monoparentales, podrían tener hijos cuya dotación genética solamente provendría de ellos o ellas mismas”, ha agregado el investigador.
Por el momento, estas aplicaciones en reproducción asistida humana siguen siendo ciencia ficción. En el presente, las directrices éticas para la investigación con células madre de la Sociedad Internacional de Investigación con Células Madre no permiten la edición del genoma hereditario con fines reproductivos ni el uso de gametos derivados de células madre humanas para la reproducción, ya que no se consideran seguros.
Un procedimiento que no es nuevo
Crear un mamífero —en este caso, un ratón— de dos padres del mismo sexo no es nuevo. Un equipo de investigación del centro Francis Crick de Londres, dirigido por el japonés Katsuhiko Hayashi, describió un procedimiento en la revista Nature en el año 2023 para convertir células pluripotentes (embrionarias o inducibles) masculinas en femeninas. Hayashi y su equipo explicaron en la Tercera Cumbre Internacional sobre la Edición Genética en Humanos cómo pudieron convertir una célula troncal masculina en femenina. A partir de ahí, desarrollaron células ováricas para acabar obteniendo óvulos provenientes de células masculinas.
Esos óvulos podían emplearse para una fecundación in vitro con esperma de otro ratón macho y obtener así embriones, que se gestaban en una ratona y daban lugar a ratoncitos aparentemente normales y fértiles, cuyos padres eran dos ratones macho.
Los resultados abrían la puerta a obtener ratones cuyo padre y madre fueran el mismo individuo, un ratón macho, que aportaría esperma normalmente y óvulos obtenidos a partir de, por ejemplo, células de su piel, para obtener embriones por fecundación in vitro.
El reto era que los ratones bipaternos creados por este método se desarrollaban hasta cierto punto y luego cesaban su crecimiento.