El asesinato de las hermanas Ferrer en agosto de 1936: "Violadas y abandonadas en algún lugar de Valdepares"
- Según la tradición oral, recogida en el libro Como auga de torbón de Xose Miguel Suárez, las tres jóvenes fueron violadas
- Los golpistas represaliaron sistemática a las mujeres que estaban cerca de gente comprometida con la II República
*Mujeres malditas, con Valle Alonso, cada miércoles quincenal en Radio 5, a las 11.47 h
El asesinato de las tres hermanas Ferrer —Luz, Mercedes y Maura— se enmarca en lo que se conoce como represión por delegación, es decir, vengarse y dañar a quienes supuestamente han cometido un delito o, simplemente, tienen ideas diferentes. Los hechos ocurrieron en Asturias, donde la represión fue durísima. "Estamos en una región paradigmática en relación con determinadas cuestiones", apunta el periodista y escritor Jordi Corominas.
"Asturias es la gran resistente, la temida y, sobre todo, la gran reprimida tras la revuelta de revueltas de octubre de 1934. Este contexto es muy significativo para entender cómo allí la represión en 1936 y 1937 fue aún más salvaje que en otros puntos de la Península", agrega en el programa de Radio 5, Mujeres Malditas.
El padre, Manuel, era tipógrafo, presidía el Sindicato de Artes Gráficas de Luarca y había perdido su anterior trabajo tras participar en la huelga de octubre de 1934. Luz, Mercedes y Maura, las hermanas Ferrer, tenían entre 20 y 17 años en agosto de 1936 cuando las tropas rebeldes entraron en Luarca. Según Jordi Corominas, este municipio cuenta con una "situación geográfica que propicia que el 8 de agosto de 1936 el General Mola entrase en la localidad". Además, explica que en un panorama recurrente durante los primeros días de la guerra civil "empiezan a producirse venganzas, paseíllos y fusilamientos, y no solo en las tapias de los camposantos", enumera.
En ese contexto de terror, el padre consiguió escapar y fue entonces cuando los falangistas fueron a por sus hijas. A la cuarta hermana, que solo tenía 14 años, no se la llevaron.
El ensañamiento metódico con las mujeres
El procedimiento siempre era el mismo: a las mujeres del bando republicano, a las rojas o familiares de rojos, se les rapaba el pelo completamente, a algunas se les dejaba un pequeño mechón y se les ponía un lazo con los colores del bando nacional paseándolas como medida ejemplarizante, para demostrar que las mujeres republicanas eran poco menos que engendros. En unas ocasiones esto sucedía tras obligarlas a tomar aceite de ricino, de efecto laxante, en otras, acompañadas de una banda de música.
Según la tradición oral, recogida en el libro Como auga de torbón de Xose Miguel Suárez, las tres jóvenes fueron violadas y sus cuerpos quedaron tirados en algún lugar de Valdepares, a unos treinta kilómetros de Luarca, donde fueron fusiladas por rojas. Pero el horror no acabó ahí. La menor de las hermanas, Maura, no murió. Las balas no la mataron, pero se hizo la muerta para evitar que le dispararan de nuevo. Esperó a que los asesinos se marcharan y, cuando lo hicieron, corrió a pedir ayuda a una vivienda cercana. Pudo haberse salvado, pero aquellas personas tuvieron miedo de protegerla y la delataron. Volvieron a apresarla y esta vez sí la mataron. La familia nunca supo del paradero de los cuerpos de las tres jóvenes, aunque el mapa de Fosas elaborado por la Universidad de Oviedo las ubica en la fosa del cementerio de A Caridá, donde ahora se buscan.
En el caso de las mujeres, los golpistas ejercieron una represión sistemática y organizada sobre esposas, hijas, hermanas o madres de hombres comprometidos con la causa de la República, con el fin de castigar una ideología, y también el hecho de no haber cumplido con el modelo tradicional.
En los avances en materia de igualdad que trajo consigo la República, encontramos el factor que marcó la diferencia. Se reprimió, encarceló, violó y asesino a miles y las demás quedaron relegadas a las cuatro paredes de la casa y al cuidado del marido y de los hijos.