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Ángel Lanas, anfitrión del congreso Medicina en 2044: "La primera consulta con el médico la hará un robot"

  • El congreso internacional Medicine 2044, celebrado en Zaragoza, reúne a expertos líderes para debatir sobre el futuro de la medicina
  • RTVE.es analiza con el doctor Ángel Lanas, catedrático de medicina, los desafíos que la medicina enfrentará en las próximas décadas

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Medicina en 2044:Ángel Lanas es el anfitrión del congreso
Medicina en 2044:Ángel Lanas es el anfitrión del congreso ISS ARAGÓN

"Estoy convencido de que el desarrollo de la tecnología va a ser tan importante que, como mínimo, el primer contacto con el médico de cabecera será un robot que posiblemente tengamos en casa", afirma el doctor Ángel Lanas, director del Instituto de Investigación Sanitaria de Aragón (IIS Aragón). Además, es el anfitrión de la tercera edición del congreso internacional Medicine 2044, que se desarrolla en Zaragoza del 30 al 31 de enero.

Este evento reúne a dos premios Nobel y a destacados expertos de diversas disciplinas, incluidos médicos, ingenieros, inventores, inversores y políticos, para debatir sobre los desafíos que la medicina enfrentará en las próximas décadas. Entre los temas abordados se encuentran los avances en nanorrobots para tratar enfermedades, la creación de órganos artificiales y el impacto de la bioingeniería en la salud humana.

A nivel experimental, incluso en Zaragoza, ya se crean hígados artificiales

Junto al doctor Lanas, investigador de renombre internacional en el ámbito biomédico, hemos explorado el papel que la inteligencia artificial jugará en la medicina, el futuro de los sistemas sanitarios y cómo nos prepararemos para enfrentar futuras pandemias.

Medicine 2044: IA, nanorrobots y órganos artificiales

PREGUNTA: Dr. Lanas, durante su carrera ha desarrollado numerosas líneas de trabajo, entre las que se encuentra el estudio de la Inteligencia artificial aplicada a la endoscopia digestiva. ¿Será posible que las endoscopias las realice un robot?

RESPUESTA : Yo creo que sí. En el presente ya hay grandes avances en la robotización de esta técnica (la endoscopia digestiva es una prueba que consiste en introducir un tubo flexible con una cámara en el tracto digestivo con el objetivo de identificar lesiones y tomar muestras) que requiere experiencia y pericia para el diagnóstico de algunas patologías. Y es un hecho que la asistencia de la inteligencia artificial mejora el rendimiento del endoscopista porque ayuda a detectar más pólipos que los que el ojo humano ve. Pero esto es el principio, llegaremos mucho más allá: la IA, solo con ver la lesión, proporcionará mucha más información que la que tenemos ahora e incluso es posible que realice un diagnóstico molecular y nos indique si hay una lesión más allá de la pared intestinal.

P: A veces cuesta conseguir cita con el médico de cabecera, incluso dos semanas. ¿La IA además de con el diagnóstico cree podría ayudar también con la selección de pacientes?

R: Eso ya está ocurriendo pero a niveles muy pequeños y todavía está en fases muy incipientes. Pero creo que va a ser la norma hasta tal punto que dentro de no mucho veremos cómo la primera consulta con el médico de cabecera la hará un robot que probablemente tengamos en casa.

P: ¿Pero si los robots empezasen a pasar consulta sería posible que pasemos a la automatización total?

R: El humano va a seguir siendo necesario, pero hay muchos procesos que realiza ahora que van a desaparecer. Creo que el papel del médico va a irse modulando dependiendo del alcance de la inteligencia artificial y el médico va a ir adquiriendo roles diferentes a los que está tomando ahora. Por ejemplo, ahora gastamos infinidad de tiempo en escribir, en recoger la información, en transcribirla, en pasarla, en hacer informes... todo eso va a estar automatizado.

P: Retomando el tema de la asistencia al diagnóstico, si en 20 años le dieran a escoger asistentes de IA para que le ayudasen en su consulta. ¿Cuáles serían?

R: Yo creo que la herramienta fundamental tendría que ser la selección del paciente. También la ayuda al diagnóstico con muy poco margen de error y el ofrecimiento de la mejor terapia disponible.

P: Algunos de los títulos de las ponencias del congreso son muy llamativas. Por ejemplo, la dedicada a los nanorrobots. ¿Es cierto que ha llegado la hora de tragarnos esos pequeños doctores?

R: Muchas enfermedades van a ser tratadas de forma selectiva por nanorrobots y van a ser una herramienta potente. No solo nos los tragaremos, sino que también nos los inyectarán.

En la actualidad existen estudios en animales y en humanos. Aunque queda mucho camino por recorrer, en estos momentos hay técnicas diversas que se van a ir perfeccionando. Los nanorrobots del presente son moléculas que circulan por la sangre y se concentran en sitios concretos para los que han sido diseñados. Sus funciones son diversas, tratar, diagnosticar, matar células cancerosas... y esto es posible gracias a diferentes estrategias. Una es concentrar un haz de luz especial en un punto al que el nanorrobot acude. En otros casos, la molécula se moviliza ante una reacción química característica de una zona en la que hay una enfermedad: una vez encontrado su objetivo, se queda para actuar.

Se están perfeccionando, buscando e inventando nuevas formas de propulsión de estos nanorrobots porque el objetivo es que esas moléculas, esas partículas lleguen al sitio que nos interese.

Unos nanorrobots aplicando un tratamiento

Recreación gráfica de unos nanorrobots atacando células enfermas Getty

P: Los logros de la bioingeniería parecen ciencia ficción, lo que nos lleva a la siguiente pregunta. ¿Cree que poco a poco nos convertiremos en cíborgs?

R: No sé hasta qué punto seremos como Robocop, ni mucho menos, pero sí que muchos problemas actuales de pacientes que están imposibilitados, por traumatismos u otros problemas, van a recuperar funciones perdidas a través de implantes exógenos, externos, bien diseñados.

Es decir, se va avanzando en la invención y aplicación de artefactos o de herramientas, como extremidades, implantes intracerebrales, implantes oculares, etc, que van a reemplazar la función perdida. Por ejemplo, una mano biónica conectada a los nervios que responda a los impulsos nerviosos que el paciente desee. O en el caso de la visión en ciegos: un sistema que transmita una información al cerebro que permita emular la visión del ojo humano.

P: España es uno de los países líderes en trasplante de órganos y me pregunto si se podrían incrementar en un futuro fabricando órganos artificiales. ¿Sería factible?

R: Sí, sí. Esto ya se está haciendo. A nivel experimental, incluso en Zaragoza, ya se crean hígados artificiales a partir de un esqueleto sin vida. No son todavía hígados normales, sino experimentales. Es un sistema complejo, pero podríamos explicarlo así: despojamos una estructura sin vida completamente de todas las células hepáticas. Digamos que dejamos solamente el árbol con las ramas, sin hojas, y entonces a través de la perfusión de diferentes células hacemos que ese árbol se vuelva a cubrir de hojas.

Lo que ocurre es que es un proceso muy complicado que implica que crezcan las células que tú quieres y que se diferencien de otras, porque el hígado es un órgano complejo, pero se va avanzando.

P: También van a hablar estos días de Marte y la medicina de urgencia en el espacio. ¿Ya se están buscando formas de tratar pacientes que viajen a la Luna?

R: No me cabe la menor duda de que en 20 años muy posiblemente estemos llegando a Marte y que haya viajes a la Luna frecuentes. Y bueno, esto también plantea unos desafíos tremendos desde el punto de vista de la salud. Nadie que viaje está exento de que pueda ocurrirle algo, por lo que tiene que estar previsto cómo vas a abordar los problemas médicos que puedan surgir en estos viajes y no solamente durante, también después del viaje. Estar tres meses en la ingravidez puede generar muchos problemas.

P: La conferencia inaugural del congreso que ha organizado se titula La próxima pandemia no va a esperar 100 años. ¿Es así? ¿Tenemos que estar preocupados?

Esta pandemia nos ha demostrado la capacidad que tienen actualmente el hombre, la tecnología y la investigación médica para responder con rapidez al desafío

R: Los expertos afirman que hay tantos desafíos actualmente que es muy posible que tengamos más pandemias que las que hemos visto. Por ejemplo, con la gripe aviar, aunque está muy controlada. Parece que es difícil que pase al humano y se expanda como la COVID-19. Aun así, el mundo está alerta. Basta que haya una mutación en un virus que sea altamente transmisible y que pase del animal al humano para que tengamos otra pandemia.

Las pandemias, históricamente, han tardado ciclos de 100 años en ocurrir. En el caso de la COVID-19 tampoco sabemos muy bien qué la provocó, si ocurrió por una mutación de un coronavirus a través de un animal que pasó al hombre o fue algo experimental que se escapó de un laboratorio. A día de hoy, no está claro, pero la impresión que da es que los desafíos y los riesgos son tan grandes, que es posible que no haya que esperar otros 100 años para que padezcamos otra.

Esta pandemia nos ha demostrado también la capacidad que tienen actualmente el hombre, la tecnología y la investigación médica para responder con rapidez al desafío y esto es un mensaje que me gustaría resaltar.

P: ¿Qué medidas se podrían tomar para evitar el colapso sanitario que se sufrió durante la COVID-19?

R: Pues por desgracia tengo la impresión de que se va olvidando lo mal que lo pasamos. Este es un tema complejo. El colapso sanitario no abarca solo el periodo de pandemia, en el que los sistemas sanitarios se pusieron bajo un estrés brutal. En ese momento los esfuerzos se centraron en combatir el problema a costa de que otras cosas pasasen a segundo plano, como así ocurrió. Muchos procedimientos se aparcaron, muchas enfermedades silentes dejaron de ser diagnosticadas y estas han aflorado mucho más tarde.

Ahora, en la pospandemia, el sistema intenta recuperar todo aquello que dejó de lado e implica un mayor gasto. Y por eso la pandemia tiene muchas implicaciones, que yo creo que todavía estamos sufriendo. El sistema sanitario aparentemente se ha recuperado, pero a nivel asistencial todavía hay que lidiar con los problemas de la falta de médicos y de recursos.

La IA nos va a ayudar mucho: va a facilitar procesos que ahora necesitan mucho esfuerzo por parte de muchas personas

En un futuro vamos a tener que plantearnos una sanidad sostenible, porque los cambios sociales y el avance de la tecnología están poniendo en un estrés permanente al sistema y esto implica un mayor esfuerzo económico. Hay guerras por todos los lados y un incremento del gasto en defensa que requiere que los recursos se tengan que redistribuir. Este es un desafío importante. El modelo actual habrá que discutirlo y ver si realmente es sostenible y, si no es así, pensar qué medidas hay que tomar.

Habrá que hacerse preguntas como, por ejemplo, si la población tendrá que asumir que es también responsable de su salud o qué papel va a tener el paciente en el cuidado de su salud. ¿Vamos a tratar igual a uno que no se cuida nada que a uno que sí? ¿Cómo vamos a distribuir el gasto en salud? ¿Va a ser homogéneo como hasta ahora? Quiero decir que hay muchas cuestiones que plantearse.

Y es aquí donde entra en juego la IA porque nos va a ayudar mucho. Yo creo que nos va a facilitar procesos que ahora necesitan mucho esfuerzo por parte de muchas personas.

Por ello, durante el congreso, en una mesa de debate pondremos el foco sobre cómo hacer sostenible el sistema para que sea de calidad y universal. Y esto no es fácil. El problema lo vamos a analizar desde varios puntos de vista: la sanidad privada, la sanidad pública, el del político y el del paciente.