España no cae en el "populismo científico": el 80% cree que las decisiones políticas deben estar guiadas por la ciencia
- Discursos como el de Trump o el de Milei contraponen el "sentido común" de la gente a las élites académicas
- En España la mayor parte de la población está alejada de este populismo y apoya una mayor inversión en investigación
Los movimientos populistas, como el que ha encumbrado a Donald Trump como presidente de Estados Unidos de nuevo, no solo enfrentan a la gente común contra las élites políticas, sino que también ponen en su punto de mira a las élites académicas.
Se trata del llamado populismo científico, que estos últimos años ha encontrado referentes como el propio Trump, quien afirmó que el "instinto natural" y el “sentido común" de la gente corriente son superiores a los “inútiles" conocimientos científicos, o el presidente argentino Javier Milei, que ha señalado que la casta también son “los supuestos científicos e intelectuales, que creen que tener una titulación académica los vuelve seres superiores".
La población española, en cambio, se encuentra lejos de estas creencias, según la primera encuesta sobre populismo científico en nuestro país, elaborada por la Fundación Española para la Ciencia y la Tecnología (FECYT) y hecha pública este viernes. Solo el 3,6% de la población encuestada, muestran los datos, se encuentra en los valores máximos de la escala de populismo, mientras que el 71,4% se sitúa en la mitad inferior de la escala, y el 25,0% estaría en el punto intermedio.
Populismo científico es "creer que la única evidencia es la que se ve"
La mayoría de los encuestados, por tanto, rehúye este “antagonismo entre evidencias científicas y sentido común" en el que se basa el populismo científico, según explica Celia Díaz Catalán, investigadora de la Universidad Complutense de Madrid y codirectora científica del estudio, en un encuentro con los medios organizado por Science Media Centre España.
Díaz aporta otros ejemplos de populismo científico. "Aunque haya una evidencia científica, hay gente que dice que la única evidencia es la que ve, como 'yo llevo comiendo azúcar toda la vida y no ha pasado nada'" o bien "mi abuela fumó toda la vida y vivió 100 años".
También cita al hombre entrevistado en Madrid que en 2016 se viralizó afirmando "dónde está la contaminación, que yo la vea", o la famosa intervención del entonces vicepresidente del Gobierno, Mariano Rajoy, hablando de "hilitos de plastilina" en la crisis del Prestige del 2002. Este tipo de populismo supone un "grave desafío para el estatus de la ciencia en la sociedad, ya que estas actitudes niegan la veracidad del conocimiento científico y la legitimidad de los científicos y las instituciones académicas", según el informe.
Una gran mayoría a favor de aumentar la inversión en investigación
Hay un gran consenso en cuestiones como que las decisiones de los gobiernos relacionadas con la ciencia deben depender en gran medida de la orientación de los científicos, algo que apoya el 80% de los encuestados. La mayoría de la población también está a favor de aumentar la inversión en investigación científica y tienen una buena imagen de los científicos. Las cualidades que más se les atribuye es que "son inteligentes, que están cualificados y que están interesados en mejorar la vida de los demás", señala el informe.
La población también confía en los científicos a la hora de tomar decisiones sobre su vida personal. Siete de cada 10 encuestados creen que las personas deben orientarse por los investigadores en lo que respecta a decisiones de estilo de vida relacionadas con la ciencia.
En cuanto al populismo científico, el informe no encuentra grandes diferencias entre hombres y mujeres, ni entre personas que viven en un hábitat urbano y en uno rural. Tampoco parece influir la edad o la posición ideológica, aunque sí que existe una relación positiva entre el nivel de religiosidad y el nivel de populismo científico. En cuanto a la educación, las personas con estudios universitarios tienen una puntuación ligeramente inferior en la escala de populismo que aquellos con estudios secundarios.
Pocos antivacunas aunque hay desconfianza hacia las farmacéuticas
Los investigadores preguntan también por la opinión sobre las vacunas, acerca de las cuales hay un gran consenso sobre sus beneficios. Sin embargo, hay importantes porcentajes de los entrevistados que consideran que "las compañías farmacéuticas ocultan los peligros de las vacunas" (35,6% están de acuerdo), que "se engaña a las personas sobre la eficacia de las vacunas" (29,9%) y "los datos de eficacia de las vacunas a menudo se falsifican" (29,8%).
Celia Díaz, coautora del estudio, recalca que, aunque los índices de populismo científico son bajos en nuestro país, "un porcentaje pequeño puede generar bastantes problemas", como ocurre precisamente con la desconfianza hacia las vacunas, ya que se necesitan de amplias tasas de vacunación.
Consenso sobre el cambio climático y resistencia a algunas soluciones
La investigación, elaborada a partir de un millar de encuestas a españoles usuarios de internet, también incluye preguntas sobre las actitudes hacia el cambio climático y las políticas para hacerle frente.
Destaca que las principales emociones que suscita el calentamiento global son "la indefensión, el pesimismo y el enfado", sensaciones que aumentan en intensidad entre quienes confían más en los científicos. La mayoría de los encuestados considera que el cambio climático ha aumentado la incidencia de fenómenos extremos como sequías, incendios o lluvias torrenciales, y creen también que estos desastres irán a más en el futuro.
En cuanto a las políticas climáticas, hay un apoyo generalizado a medidas como "proteger las zonas forestales y terrestres" o aumentar el uso de renovables. En cambio, las relacionadas con la fiscalidad encuentran más resistencias: cerca de un 40% rechaza un aumento de impuestos a los combustibles fósiles o a productos con una importante huella de carbono como la carne roja o los productos lácteos.