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La causa del incendio de la torre Windsor continúa siendo una incógnita dos décadas después

  • En pocas horas, las llamas calcinaron 15 plantas y treparon los 106 metros que alcanzaba la obra
  • El sobreseimiento de la investigación judicial alimentó las teorías alternativas y las especulaciones

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Se cumplen dos décadas del incendio de la torre Windsor y todavía continúan las incógnitas

La imagen de la torre Windsor en llamas, uno de los edificios más emblemáticos de Madrid, sigue viva en nuestra memoria colectiva. Hace dos décadas, el 12 de febrero de 2005, una imponente columna de fuego iluminó la noche madrileña. Se trataba de uno de los rascacielos más famosos de la ciudad en aquella época, que alcanzaba las 32 plantas. Sin embargo, su estructura fue, poco a poco, carcomida por un incendio que no se extinguió hasta el día siguiente.

No hubo fallecidos ni heridos graves. Tampoco hubo respuesta a cuál había sido el desencadenante y origen del fuego. Una duda que todavía, cuando se cumplen 20 años del suceso, sigue sin resolverse.

En pocas horas, las llamas calcinaron 15 plantas

Pocos minutos después de las 23:00 horas, se activó la alarma de incendios del edificio Windsor, ubicado en el complejo de oficinas de Azca, en pleno distrito financiero de Madrid. El vigilante de seguridad presente en el lugar recibió la alerta y avisó a un compañero, quien, tras revisar el cuarto de ordenadores, subió hasta la planta 21, donde confirmó la presencia de humo en el despacho 2.109.

Se cumplen 15 años del incendio del Windsor

Al no poder contener el humo ni las llamas incipientes, los vigilantes alertaron a los bomberos, que llegaron a las inmediaciones del edificio alrededor de las 23:30 horas. Justo cuando se preparaban para ingresar y sofocar el fuego en la planta afectada, uno de los bomberos advirtió que las llamas habían roto la fachada que daba al paseo de la Castellana. El incendio se intensificó rápidamente, haciendo peligroso permanecer dentro del inmueble debido al riesgo de colapso del techo.

En pocas horas, el fuego consumió 15 plantas y se propagó a lo largo de los 106 metros de altura del edificio, construido en 1979 por los arquitectos Genaro Alas y Pedro Casariego. El incendio ardió durante toda la noche y, finalmente, hacia las 11.00 horas del domingo 13 de febrero, los bomberos anunciaron que estaba bajo control. Sin embargo, algunos focos permanecieron activos en el interior hasta las 13.00 horas.

El esqueleto negro fue demolido un mes después

Tras varios análisis y valoraciones durante los días posteriores, no quedó más opción que demoler el esqueleto negro de lo que en aquel entonces era la cuarta torre más alta de la capital. El fuerte viento había provocado la caída de cascotes y de restos de la estructura, por lo que los bomberos determinaron que el estado era "bastante inestable" y que había un riesgo alto de derrumbe. Sin embargo, el núcleo central mantenía una estabilidad relativa.

La causa del incendio del edificio Windsor sigue siendo una incógnita dos décadas después

Imagen de archivo del edificio calcinado.

Así, el 2 de marzo comenzaron las tareas de demolición, unos trabajos que se prolongaron durante 6 meses y que costaron 17 millones de euros.

El vacío fue ocupado, dos años más tarde, por la torre Titania, un nuevo rascacielos que El Corte Inglés comenzó a edificar tras comprar a la familia Reyzábal por 480 millones de euros la parcela donde se ubicaba el Windsor.

Investigación judicial

La investigación de lo sucedido cayó en manos del Juzgado de Instrucción número 28 de Madrid, que tardó casi un año hasta determinar el sobreseimiento del caso al estimar que no existía responsabilidad penal.

A partir de aquí, el terreno de las hipótesis y especulaciones comenzaron a cobrar fuerza. Técnicamente, se determinó un foco de fuego, el de la planta 21, despacho 2.109, según el auto del juez. Esta dependencia estuvo ocupada desde las 16.00 horas hasta las 23.00 horas por una empleada de Deloitte, que admitió ante el juez haber fumado varios cigarros en la estancia. El último había sido media hora antes de abandonar el lugar, aunque la empleada defendió haberlos apagado correctamente.

Ante esto, el magistrado arguyó que no concurrieron "indicios para poder establecer un engarce causal entre el consumo de cigarrillos y el origen o propagación del incendio". Este razonamiento se fundamentó en el informe de los peritos, que determinaron que no había causas que evidenciaran "la utilización de acelerantes en la combustión en ningún lugar del inmueble, no concurriendo indicio alguno que permita concluir en la intencionalidad del fuego".

Algunas teorías especulativas

La dificultad para determinar el origen del fuego con una certeza absoluta abrió la puerta a otras teorías. En uno de los vídeos incorporados en la investigación aparecían focos de luz y sombras de figuras humanas, lo que desató la posibilidad de que hubiera algún interés detrás del suceso.

Este material no había sido manipulado, así que el juez aseveró que "aunque se pudiera admitir la posibilidad de la presencia de personas en el interior del edificio Windsor, no existía evidencia alguna de que ello pudiera haber tenido alguna incidencia en la causación o propagación del incendio".

Otro de los aspectos que opacaron la resolución fue la aparición de un butrón en la pared de una de las oficinas situada en la zona del garaje que comunicaba con el interior de la torre. El informe pericial aclaró que se trataba de un hueco pequeño realizado en un panel de pladur por el que difícilmente podía pasar una persona delgada.

Pese a la amalgama de teorías y especulaciones, dos décadas después algunas de las incógnitas sobre la causa real del incendio siguen sin resolverse. De lo que no hay duda es de que la imagen de uno de los rascacielos má importantes de la ciudad en llamas sigue viva en el recuerdo de los madrileños.