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Fracasan las negociaciones de Gobierno entre la ultraderecha y los conservadores en Austria

  • El FPÖ, euroescéptico y prorruso, aspiraba a liderar el Ejecutivo por primera vez desde su fundación en los años 50
  • Las formaciones han chocado, sobre todo, en los temas relacionados con la política europea

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Fracasan las negociaciones de Gobierno entre la ultraderecha y los conservadores en Austria
El líder del FPÖ, Herbert Kickl
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Las negociaciones para formar un Gobierno de coalición entre el Partido de la Libertad de Austria (FPÖ) y el conservador Partido Popular (ÖVP) han fracasado este miércoles a causa de los desacuerdos entre ambas fuerzas. El FPÖ, euroescéptico y prorruso, aspiraba a liderar el Ejecutivo por primera vez desde su fundación en los años 50 y ha asegurado que los conservadores no han cedido en cuestiones "determinantes". El ÖVP, por su parte, ha tachado de "extremas" las exigencias de la formación ultraderechista.

"El líder del FPÖ, Herbert Kickl, ha informado al presidente Alexander Van der Bellen de que las conversaciones de coalición con el ÖVP han fracasado", ha informado el FPÖ en un comunicado en el que asegura que ha devuelto el encargo de formar Gobierno al jefe del Estado. Las principales diferencias entre ambos han versado sobre política europea, ya que el partido liderado por Kickl siempre ha rechazado, entre otras cuestiones, las sanciones de la UE a Rusia y la ayuda a Ucrania.

Kickl ha asegurado en una carta enviada al jefe del Estado que pese a que su formación ha hecho "concesiones al ÖVP en muchos puntos", las negociaciones no han tenido éxito, muy a su "pesar". En la nota, Kickl descarta cualquier posibilidad de negociación con los socialdemócratas, que son la tercera fuerza.

"Juntos queríamos devolver a Austria a la cima de Europa. Desgraciadamente, el ÖVP no estaba dispuesto a hacer concesiones determinantes", ha indicado el FPÖ en sus redes sociales, donde ha compartido el comunicado.

Este es el tercer intento de formar una coalición en el país, tras las dos veces en que las negociaciones fueron lideradas por los conservadores —una vez a tres bandas con los socialdemócratas (SPO) y los liberales de Neos, y luego únicamente con el SPO—. Cuando fracasaron ambas, Van der Bellen trasladó el encargo al partido de Kickl, que ganó en las elecciones celebradas el pasado 29 de septiembre con cerca del 29% de los votos, por delante del ÖVP, con el 26,3%.

El ÖVP culpa a Kickl y tacha de "extremas" sus exigencias

El líder del ÖVP, Christian Stocker, ha afirmado en un comunicado que el fracaso de las negociaciones se debe "a la sed de poder de Herbert Kickl", quien "en lugar de asumir la responsabilidad y generar confianza" ha bloqueado las conversaciones con su "actitud intransigente". Añade que el líder ultraderechista ha llevado al FPÖ "a un callejón sin salida" y que se ha quedado "estancado en el papel de político de oposición y nunca llegó al puesto de jefe de Gobierno".

En un comunicado, uno de los principales negociadores del ÖVP, Harald Mahrer, ha asegurado que su partido "siempre estuvo dispuesto a entablar negociaciones para permitir que Austria tuviera un gobierno estable". Sin embargo, ha tachado de "extremas" las exigencias planteadas por Kickl, con el que, según los conservadores, "no es posible un trabajo gubernamental responsable".

"Las últimas semanas han demostrado claramente que Kickl no está interesado en la estabilidad ni en la cooperación constructiva", ha asegurado el político conservador, que añade que "hay líneas rojas que no se deben cruzar". En concreto, menciona "el claro compromiso con la Unión Europea" y el sistema jurídico austriaco, la protección de la libertad de prensa, la lucha contra el antisemitismo y la confianza en los servicios de inteligencia internacionales, principios que, apunta, Kickl "claramente" no respeta.

Ahora, la pelota vuelve a estar en el tejado del presidente, que puede volver a pedir la formación de un Ejecutivo a la opción más centrista o dirigir al país a nuevas elecciones. Según los sondeos, en caso de volver a las urnas, el FPÖ aumentaría su ventaja sobre los demás partidos.

Otra opción sería impulsar un Gobierno en minoría apoyado por Neus, cuya líder, Beate Meinl-Reisinger, declaró este mes que durante las negociaciones fallidas se había ofrecido a formar un gobierno en minoría con el ÖVP, centrado en recortar el déficit presupuestario.