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Sánchez defiende una tributación "justa" en pleno debate por el SMI: "La justicia social no es solo una opción política"

  • Se ha referido a este asunto tras el choque entre los socios de coalición y tras negar una crisis interna
  • Lo ha dicho en un foro sobre "Justicia fiscal y solidaridad" en el que ha hablado de cooperación fiscal

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El presidente y la vicepresidenta segunda del Gobierno español conversan en el Congreso.  Se observa una interacción seria entre ambos, vestidos con ropa formal, en el hemiciclo.

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, ha reivindicado este jueves, en pleno debate sobre la tributación del salario mínimo y tras la polémica de los últimos días por este asunto, la necesidad de que haya una fiscalidad justa que genere recursos para luchar contra la pobreza.

Se ha referido el presidente a este asunto tras el choque entre los socios de coalición que quedó evidenciado públicamente el martes en la rueda de prensa posterior a la reunión del Consejo de Ministros entre la vicepresidenta segunda, Yolanda Díaz, y la portavoz del Ejecutivo, Pilar Alegría. Este miércoles Sánchez se apresuró a negar que exista crisis alguna en el Gobierno de coalición.

Sánchez ha participado este jueves con un mensaje grabado en vídeo en un foro sobre "Justicia fiscal y solidaridad" organizado por la Pontificia Academia de Ciencias Sociales y la Comisión Independiente para la Reforma de la Fiscalidad Corporativa Internacional, y en el que intervienen también, entre otros, el papa, el secretario general de la ONU, António Guterres; y el presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva.

Defensa de la cooperación fiscal internacional

Al pontífice y al resto de participantes se ha dirigido el jefe del Ejecutivo en su mensaje para defender avances en la cooperación fiscal internacional y alertar de que hay que enfrentarse a "desafíos sin precedentes".

Entre ellos, ha lamentado que algunos pretendan deshacer acuerdos conseguidos, debilitar el multilateralismo y proteger a los más ricos y a las mayores empresas de contribuir como les corresponde. Frente a ello ha fijado una serie de prioridades, como la de asegurarse que los gigantes corporativos, independientemente de su país de origen, paguen impuestos allí donde generan beneficios.

Ha sido en ese contexto cuando ha abogado por una fiscalidad justa porque, sin ella, se ha mostrado convencido de que nunca se lograrán los recursos necesarios para luchar contra la pobreza o el cambio climático. "La justicia fiscal -ha apostillado- no es sólo una opción política. Se trata de defender los principios de justicia y solidaridad que sustentan nuestras sociedades".

Ha instado igualmente a aprovechar el avance logrado el año pasado, durante la presidencia brasileña del G20, en la tributación efectiva de los súper ricos. A su juicio, la creciente disparidad entre los más ricos y el resto de la sociedad no es sólo un problema económico, sino moral.