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La violencia sexual dentro de la pareja: las agresiones más silenciadas

  • La violencia sexual en pareja no se identifica en un primer momento
  • En las relaciones sexuales en pareja debe existir consentimiento y deseo

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La violencia sexual en la pareja sucede en la intimidad del dormitorio, lo que dificulta aportar pruebas.
La violencia sexual en la pareja sucede en la intimidad del dormitorio, lo que dificulta aportar pruebas. Foto: Getty

Objetivo igualdad se emite los domingos a las 14:40 h en el Canal 24 horas y después en RTVE Play

El juicio contra Dominique Pelicot y otros 50 hombres que drogaron y violaron durante años a Gisèle Pelicot ha sacado a la luz uno de los casos más graves de agresiones sexuales de las últimas décadas en Francia. La gravedad reside en que era su propio marido el que realizó y organizó las violaciones, y además fue sin el consentimiento de Gisèle, incapaz de negarse o defenderse porque estaba bajo los efectos de la sumisión química. 

Violencia sexual dentro de la pareja, la agresión más silenciada

“Cuando me enteré de lo de Gisèle, para mí fue verme en el espejo. Va a servir para que se siga hablando de ello y que se vea desde otro punto de vista, en el que no se puede poner en duda a la víctima, porque hay muchas pruebas”, afirma a Objetivo igualdad la activista contra la sumisión química Marta Asensio. 

Marta padeció violencia sexual, además de psicológica, del hombre que fue su pareja, sin su conocimiento: “Me preparaba lo que él llamaba el ‘colacaíto de la somnolencia’, que yo en su día no supe interpretar tan claramente. Después de años, identifiqué que me estaba dando algún tipo de droga que me hiciera sumisión”. Así, sentencia que no es deber de una pareja consentir siempre las relaciones: “El deseo sexual tiene que nacer por parte de ambos”.

En total, 1,125 millones de mujeres ha padecido violencia sexual de su pareja o expareja en España, según la Encuesta Europea de Violencia de Género 2022.

“Las mujeres no relatan la violencia sexual desde un principio”

La psicóloga de la Asociación Mujeres Opañel, Mar Cañadas, que ayuda a mujeres víctimas de violencia machista, cuenta que cuando empiezan a relatar las violencias que padecen, las agresiones sexuales “no aparecen en las primeras verbalizaciones, por una normalización, por no incluirla como una forma de violencia”.

El consentimiento "está totalmente viciado, porque no hay deseo"

Cañadas describe que las mujeres reciben coacciones para tener relaciones sexuales como si tuvieran un deber conyugal en momentos que no desean o para realizar prácticas no consensuadas. “Se accede con muchas comillas, porque es un consentimiento totalmente viciado, porque no hay deseo”, subraya.

La psicóloga describe que cuando las mujeres hablan de esta violencia, expresan sentimientos de humillación, despersonalización y de sentirse como objetos. “Puede ser muy duro porque, además, esa violencia sexual la está ejerciendo tu pareja”, remata.

“Nadie me va a creer. Es mi pareja”

En ese sentido, cuando Marta Asensio se daba cuenta de que se despertaba sin ropa interior o con semen reseco entre las piernas, preguntaba a su ex qué había pasado. “Pocas veces lo admitía, me decía ‘es que me gustas mucho y no puedo evitarlo”. “Yo le pedía que no lo hiciera y él me decía que no lo iba a hacer más. Creía realmente que iba a cambiar”, reconoce.

Es muy difícil asumir, primero, que eres una violada, pero también decir ‘Nadie me va a creer. Es mi pareja

Marta rompió con él en 2013 y años después identificó lo que le había pasado cuando se reunió con más mujeres que relataron una situación similar. Aparte, descubrió que su agresor tenía más víctimas y fue cuando se decidió a denunciar. “Es muy difícil asumir, primero, que eres una violada, pero también decir: Nadie me va a creer. Es mi pareja", afirma.

El proceso de denunciar e ir a juicio

La abogada de la asociación Mujeres Juristas Themis, Cristina Ventura, que acompaña a mujeres que se deciden a denunciar, explica que previamente a interponer la denuncia hacen un acompañamiento psicológico. “Es fundamental, por la repercusión del propio procedimiento y por las secuelas que generan este tipo de procedimientos en las víctimas”, relata.

En el juicio, "se intenta poner en tela de juicio la actitud de la víctima en todo momento"

Ventura no esconde que el proceso judicial es muy duro para las mujeres agredidas: “Se hacen preguntas a la víctima sobre su vida privada, sobre sus antecedentes sexuales. Se intenta poner en tela de juicio la actitud de la víctima en todo momento”.

Al ser delitos que se cometen en la intimidad del dormitorio y sin testigos, la abogada alerta de que la propia declaración de la víctima puede servir como prueba de cargo suficiente. Ese testimonio tiene que reunir requisitos como que no haya incredibilidad subjetiva, que la declaración sea verosímil y que haya una persistencia en la incriminación.

Marta Asensio asegura que para ella el proceso fue muy duro: “En mi caso, por ejemplo, se pedían pruebas de químicos que yo no he podido tener. No se ha podido comprobar suficientemente la sumisión química. He recurrido hasta donde me han dejado”. Así, la expareja de Marta quedó en libertad

Junto a más mujeres, Marta abrió una recogida de firmas en Change.org, "Stop Sumisión Química", y entregaron más de 100.000 firmas para que la Ley de garantía integral de la libertad sexual recogiera el agravante por el uso de sustancias para anular la voluntad de la víctima, supuesto que finalmente recogió. En el momento en que se emite este reportaje, la petición acumula cerca de 213.000 firmas.

Marta lamenta que, si su agresor volviera a agredir a alguna mujer, “quedará en la conciencia de las autoridades”. “El problema es que nos tengamos que cuidar nosotras, que no se ponga el dedo en los agresores y se diga ‘usted no puede hacer esto'”, zanja.

El 016, atención telefónica a las víctimas las 24 horas del día

El 016 atiende a todas las víctimas de violencia machista las 24 horas del día y los 365 días al año. Además, el servicio está disponible en 53 idiomas diferentes. Así como, se presta atención mediante el correo 016-online@igualdad.gob.es y a través de WhatsApp con el número 600000016. Los menores pueden dirigirse al teléfono de la Fundación ANAR 900 20 20 10.

En una situación de emergencia, se puede llamar al 112 y a los teléfonos de la Policía Nacional (091) y de la Guardia Civil (062). En caso de no poder realizar una llamada se puede recurrir a la aplicación ALERTCOPS, desde la que se envía una señal de alerta a la policía con geolocalización. Estos medios de asistencia pueden ser activados por la víctima y también por cualquier persona que conozca o sospeche de un caso de violencia de género.