Daria Serenko, escritora rusa exiliada: 'Deseo cenizas para mi casa' es "una provocación contra Putin y su dictadura"
- El libro, publicado por Errata Naturae, narra su experiencia carcelaria
- Amenazada de muerte, tras exiliarse en Georgia vive en España


Poeta, exiliada y opositora rusa, Daria Serenko vive en Madrid tras huir del régimen de Putin. En Deseo cenizas para mi casa, publicado por Errata Naturae, se rebela contra la dictadura rusa y cuestiona la retórica oficial que identifica patria, Estado y hogar.
Con el telón de fondo de la rutina en un centro de detención, habla sobre la guerra, la resistencia, la identidad, la instrumentalización de la muerte y la necesidad de matar al padre, en un libro caleidoscópico con testimonios, listas de opositores, diálogos coloquiales, prosa reflexiva y poemas que alzan el vuelo.
Amenazada de muerte y activista incansable prepara un taller de pancartas, para imprimir los mensajes desde Rusia y protestar ante la embajada rusa el próximo 23 de febrero, víspera de la invasión de Ucrania.
Daria Serenko es una mujer pájaro, menuda y ligera, viste una elegante gabardina satinada negra con los puños vueltos en blanco y por su cuello asoma una rosa roja tatuada. Cuenta que iba a ser una amapola, símbolo antibelicista, y se quedó "atónita" cuando vio el error.
Lleva su escritura tatuada en la piel y esto no es una metáfora. Recuerda cada una de las portadas de sus libros con un tatuaje y contesta a las preguntas de RTVE.es, traductora mediante, en una soleada mañana de febrero.
Pregunta: ¿Por qué su libro se titula Deseo cenizas para mi casa?
Respuesta: Es una especie de provocación, cuestiona el concepto de qué es una casa porque Putin y su corte intentan imponernos que su patria es nuestro hogar. Quieren identificar la idea del Estado, de la política y transmitir que la dictadura es nuestra casa. La heroína de mi libro piensa que si eso es su casa quiere reducirla a cenizas.
"banderas en llamas que ondean lentamente -las únicas que puedo aceptar-, tricolores en llamas que se convierten en cenizas: deseo cenizas para mi casa".
P: Explica que el 23 de febrero es el día del defensor de la patria y al día siguiente comenzó la invasión de Ucrania. ¿Por qué dice que Putin "siente debilidad por las fechas feas"?
R: Putin está impregnado de sentimientos de grandeza. Y a estos personajes les gustan esas fechas grandilocuentes. De esa manera está creando un mito sobre sí mismo.
"Para, en un futuro, celebrar el 23 y el 24 de febrero de forma consecutiva, tras declararlos festivos. Para que los veteranos supervivientes tuvieran la oportunidad de derramar una lágrima al son de una canción del grupo Liubé y beber vodka durante dos días en vez de uno. La guerra es una fiesta".
P: ¿Cree posible una paz duradera y justa en Ucrania?
R: Desgraciadamente, tal y como se desarrollan los acontecimientos, lo veo complicado y dudo mucho que haya una paz duradera y estable en Ucrania. Me preocupa que Europa no participe en estas conversaciones y que Ucrania tampoco se siente a negociar estos acuerdos. Tampoco tienen voz las organizaciones rusas en contra de la guerra. Sin la participación de estos actores es imposible la paz y las mujeres tampoco juegan ningún papel.
P: Menciona a las mujeres. ¿Es posible la igualdad de género en Rusia? ¿Qué rol juegan las mujeres?
R: No creo que sea posible ninguna igualdad si las mujeres no tienen acceso al poder en las instituciones estatales rusas. Llevamos 20 años sin tener elecciones libres y justas, mientras siga Putin es imposible la igualdad.
P: ¿Cuál podría ser el próximo objetivo militar de Putin?
R: No me gustaría hacer un pronóstico político, sería bastante irresponsable. Nadie esperaba tampoco la invasión de Ucrania. Dicho esto, los países cercanos de habla rusa podrían estar en su punto de mira y los países bálticos aún recuerdan la dominación de Rusia. [En los últimos años, miles de letones han cambiado sus apellidos de origen ruso]
"pajaritos, cielo azul
a esto yo lo llamo casa
pero tú, ni en el ataúd
no encontrarás descanso"
P: En el poema Para cuando Putin muera dice que no hallará reposo y le augura "una bala en la frente o en la sien". ¿Cree que, una vez muerto Putin, Rusia puede evolucionar hacia la democracia?
R: Va a depender de cómo sea la transición después de Putin. Es verdad que la dictadura gira a su alrededor. El factor personal de Putin es muy fuerte, pero en los últimos 25 años ha construido un sistema que puede funcionar por sí mismo, sin él, y crear otro personaje similar. La muerte de Putin no garantiza la democracia, pero va a desestabilizar el sistema y con los esfuerzos de la oposición puede abrirse una ventana, surgir una apertura.
P: ¿Están editados sus libros en Rusia?
R: Es una pregunta curiosa. En Rusia, tengo una etiqueta puesta de "agente extranjero", según las leyes actuales mis libros están prohibidos. Los retiran de las bibliotecas, los eliminan de las tiendas y de las librerías. En el caso de Deseo cenizas para mi casa, no puede ser impreso en territorio ruso y hay lectores que se arriesgan e introducen ejemplares desde otros países.
P: ¿Cuál es el último título que pudo publicar en Rusia?
R: Chicas e instituciones fue un bestseller, se realizaron tres ediciones.
P: Cita a la poeta Marina Tsvetáyeva, cuyos poemas circulaban de forma clandestina en la Unión Soviética y la gente se los aprendía de memoria. ¿Le gustaría que sus versos se difundieran así?
R: Me gustaría que mis libros se leyeran abiertamente, pero de todas formas ya están circulando en la clandestinidad. Están en una lista negra y solamente por el mero hecho de tener uno de mis libros en sus manos los lectores corren peligro. Los escritores y la oposición somos conscientes de este riesgo.
"Para mí escribir es incesante, como existir, e inalienable, como respirar. Si me deseáis la muerte, creo que seré capaz de aceptarlo sin ofenderme ni sentir rabia."
“Saben que estoy en España y amenazan con mandar gente para matarme“
P: ¿Ha vuelto a recibir algún paquete de regalo del Estado Masculino (organización misógina ultraderechista)?
R: Cada día que pasa recibo un regalo del Estado Masculino, lo han tomado por una costumbre. Siguen acosándome y haciendo bullying en las redes sociales, contra mí y contra mis padres también. Usan la inteligencia artificial para hacer montajes pornográficos con mis imágenes.
Sufro presión del Estado y también de grupos de hombres entusiastas. Siguen yendo a mi antigua casa con pancartas de "traidora del pueblo" y hace dos años que no vivo allí. Saben que estoy en España y amenazan con mandar gente para matarme, por eso no pongo fotos con lo que se ve desde mi ventana, para que no me localicen.
P: Ha mencionado a su familia, ¿dónde están?
R: En Siberia, en la ciudad de Omsk. Mi padre es un militar jubilado y les visita la policía constantemente.
P: ¿Qué ha aprendido de su estancia en la cárcel?
R: No estoy segura de que en dos semanas en prisión se pueda aprender algo. Yo me he librado, según como están las cosas en Rusia. Me ha salido bastante bien, hay situaciones mucho peores. Todo lo que ha pasado después es mucho más duro. Bromeo con que fue como un sanatorio, una especie de retiro. Tras tres años en el exilio, me hubiera gustado que este libro no existiera.
“Hay muchos activistas muertos, muchos han emigrado y muchos otros se han suicidado“
P: En Deseo cenizas para mi casa cuenta que acepta solicitudes de amistad de Facebook de muertos...
R: En las redes sociales hay muchos activistas muertos y sus familias. Muchos han emigrado y muchos otros se han suicidado. Es necesario darse cuenta de todas las vidas perdidas, no solo directas sino colaterales. También muchas mujeres han sido víctimas y han muerto por la violencia de género, entre ellas amigas mías.
Facebook está diseñado de tal manera que de vez en cuando te envía fotos del pasado y te manda imágenes con tus amigos que ya no están.
P: ¿Puede el arte hacernos libres?
R: El arte por sí solo no puede porque también depende de la política, de la economía, del mercado global. No sobrevaloraría el valor del arte cuando mueren millones de personas. Es una posibilidad muy pequeña, pero el arte sí puede dar una oportunidad de imaginar un mundo libre, por eso tampoco hay que menospreciarlo.
P: ¿Cómo es ser rusa fuera de Rusia?
R: Es como una escisión porque te sientes en varios sitios a la vez. El espacio ruso es algo pasado porque ya no estás ahí, incluso los ciudadanos que siguen en Rusia ya no nos consideran rusos y esta distancia crece. En mi caso, es el segundo país al que emigro y aún no me ha dado tiempo de integrarme.
Te encuentras como en un limbo, es un estado muy vulnerable, pero también tiene sus ventajas. Tienes una forma única de mirar y esta ruptura en tu identidad te permite ver ciertas cosas.
P: ¿Cómo tendría que cambiar la educación para que Rusia superara la cultura de la violencia?
R: Es muy complicado porque el Estado ahora tiene monopolio de la educación. Este año han invertido miles de millones para la educación militar de la juventud y realmente es terrorífico. El Estado tiene muy presente que es muy importante formar las mentes de los jóvenes e inculcarles una mentalidad belicista.
Por eso, todas las actividades antimilitaristas y feministas se realizan ahora clandestinamente. Muchos padres, madres, profesoras, tutoras de los niños lo vivimos como una resistencia, una rebelión contra este movimiento, pero si lo haces abiertamente te pueden quitar la patria potestad.
“Me da miedo convertirme en una cínica“
P: ¿De qué tiene miedo?
R: De convertirme en una cínica y dejar de creer en las cosas en las que creía en los últimos diez años. Lo observo en algunos activistas, es como una corrosión sobre el metal, y siento dentro de mí esta lucha. Es muy difícil, teniendo ya 30 años, mantener esa mirada fresca e inocente. Me da miedo convertirme en aquellos a los que critico.
"me gustaría que el amor fuera más fuerte que lo demás; más fuerte que el miedo, la guerra, los traumas y la muerte; más fuerte que cualquier experiencia amarga..."
P: ¿Qué es lo que más le avergüenza?
R: Distingo entre los conceptos de vergüenza, culpa y responsabilidad. Con respecto a la guerra me preguntan muchas veces y respondo que no siento vergüenza sino responsabilidad moral. Ellos me inculcan constantemente que, por ser mujer, me tengo que sentir avergonzada y culpable y estoy harta de estar así.
P: ¿Qué le hace feliz?
R: Me hace feliz trabajar por nuestra comunidad, cuando consigo hacer algo por los activistas y la oposición rusa. También me hace feliz mi propio proceso de escribir porque es algo que nadie puede controlar salvo yo.
P: ¿Qué quiere?
R: Mi permiso de residencia (sonríe). Quiero estar de forma legal en España para sentirme más libre.
P: ¿Qué está escribiendo?
R: Un nuevo libro que se llama Nuestros chicos sobre los hombres rusos, la masculinidad y su mitología. Entre ellos un personaje conocido en España, Pablo González, un agente secreto liberado dentro del intercambio de prisioneros. Tenía amistades con toda la oposición rusa y estaba infiltrado en sus círculos para recoger información.
También aparecen políticos encarcelados, opositores, disidentes fallecidos, desertores y miembros del Estado Masculino. Todo muy variado.
Daria Serenko, que saludó al principio de la entrevista con un apretón de manos, se despide más relajada con dos besos. Un pequeño gesto que ayudará a su integración cultural.
"vivir como si hubiéramos vuelto del futuro,
viajeros en el tiempo sin memoria que intentan
recordar aquello que aún no ha sucedido".
Daria Serenko, de la oposición al exilio
Artista y escritora fue durante años una "chica" discreta, una pieza del engranaje que sostiene el sistema cultural de Rusia, desde las bibliotecas y las galerías de arte, experiencia que plasmó en Chicas e instituciones (Errata Naturae 2023).
Despedida por su activismo político. En 2016, viajaba diariamente en el metro de Moscú como un "piquete silencioso" con carteles con declaraciones políticas, reflexiones feministas, contra la homofobia o poemas de autores rusos. Los piquetes de una sola persona no requieren autorización oficial previa en Rusia.
En febrero de 2022, cofundó el grupo Resistencia Feminista Contra la Guerra y lanzó un manifiesto traducido a más de treinta lenguas y que recibió el Premio de la Paz de Aquisgrán en 2023.
Encarcelada por poner en Instagram un logo de "voto inteligente" de Navalny, Serenko escribe en prisión Deseo cenizas para mi casa, dos semanas antes del inicio de la "operación especial". Liberada la víspera de la invasión de Ucrania huyó a Georgia poco después.