Lesión de ligamento cruzado: ¿por qué ellas son más propensas a sufrirlo?
- Es casi cuatro veces más común que las futbolistas se lesionen del ligamento cruzado anterior que los futbolistas
- El ciclo menstrual es uno de los factores determinantes a la hora de lesionarse


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Nayadet Opazo es jugadora del Deportivo Alavés, internacional con la selección chilena de fútbol y, a lo largo de su carrera, ha tenido dos lesiones de ligamento cruzado anterior. Cata Coll juega para el F.C. Barcelona, es campeona del mundo de fútbol femenino y en 2022 sufrió su lesión más grave hasta la fecha: rotura del ligamento cruzado anterior.
Ambas coinciden en que este tipo de lesiones son comunes en su deporte, pero notan que, en los últimos años, ellas las sufren más que ellos. Según un último estudio del Instituto Cugat, el ciclo menstrual y las características físicas de la mujer pueden explicar esta diferencia.
“La rodilla se me fue”
La primera lesión de Opazo sucedió en 2016, mientras entrenaba con su equipo en Badajoz. “Fui a frenar y la rodilla se me fue”. Siete años más tarde, el injerto que tenía en esa misma rodilla “se fue poco a poco destruyendo y al final tuve que operarme”.
Coll recuerda que escribió a una compañera a la que operaban de cruzado el mismo día que ella se lesionó. La portera se sentía “afortunada” porque nunca se había roto ese ligamento. Más tarde, en un giro durante el entreno, la rodilla se le quedó fija. “Me levanto como si no hubiera pasado nada, trato de correr, y la rodilla se me va”.
Cata Coll, jugadora del F.C. Barcelona.
Las historias de estas futbolistas ilustran una tendencia que respalda la evidencia científica: Las jugadoras profesionales se lesionan del ligamento cruzado anterior cuatro veces más que los jugadores. Es la conclusión de un estudio del Instituto Cugat y la delegación catalana de la Mutualidad de Futbolistas Españoles, en el que investigan la incidencia de esta lesión en las jugadoras federadas de Cataluña.
“A lo largo de la vida deportiva de un deportista, estadísticamente, la incidencia no es tan alta”, señala el traumatólogo Xavier Cuscó Segarra. Hay “entre 1,5 y 3 veces más riesgo de lesión del ligamento cruzado anterior en las mujeres que en los hombres”. Sin embargo, “a partir de los 14 años, que es cuando se estima que aparece la menarquia, los cambios hormonales propios del ciclo menstrual,” apunta, “la mujer hace un despegue”.
La influencia del ciclo menstrual
“Antes de entrenar nos hacen un cuestionario: Cómo estamos de fatiga muscular, el tema de la menstruación, si hemos dormido bien”, dice Opazo mientras habla de los entrenamientos con su club. En el equipo de Coll la dinámica es similar: “Nos miran muchas cosas, muchos pequeños detalles del tema de ovulación, regla, cansancio”. Y es que las fases del ciclo menstrual influyen, no solo en el rendimiento de las deportistas, sino en el riesgo de padecer lesiones.
“Se ha demostrado que, en la fase de pico de estradiol, en la fase de pico lúteo, hay una sustancia, que es la relaxina, que favorece la relajación del canal del parto. Pero también sucede con los ligamentos”, explica el doctor Cuscó. “Entonces, hay una etapa en el ciclo menstrual de la mujer en la cual se considera, aunque faltan estudios, que probablemente sea mucho más fácil lesionarse en ese momento que una semana antes o una semana después”.
“Hay una etapa en el ciclo menstrual de la mujer en la cual se considera que, probablemente, sea mucho más fácil lesionarse.“
Adaptar los entrenamientos de las jugadoras a las exigencias del ciclo menstrual puede ser una de las claves para prevenir lesiones del ligamento cruzado, pero no la única. Las características físicas de la mujer también juegan un papel fundamental cuando se trata de deportistas profesionales.
Adaptar el entrenamiento
“La causa de la lesión del ligamento cruzado anterior es multifactorial”, cuenta Xavi Vidal, responsable del Servicio de Fisioterapia y Rehabilitación del Instituto Cugat. Vidal considera que las diferencias físicas con sus compañeros son un factor de riesgo.
“La pelvis, que es un poco más ancha; hay una diferencia entre la coactivación entre la musculatura agonista y antagonista”, apunta. “Normalmente [las mujeres] tienen una musculatura en la zona del arco plantar un poco más débil y eso hace que la pierna vaya un poquito más hacia dentro, que es un factor de riesgo también”.
“La causa de lesión del ligamento cruzado es multifactorial.“
Coll dice que en los entrenamientos se tienen cada vez más en cuenta estas diferencias físicas con sus compañeros: “Pienso que hacemos muchas cosas diferentes a los chicos porque al final nuestra constitución no es igual que la suya”.
Por su parte, Opazo destaca cómo los clubes femeninos están mejorando sus equipos técnicos para reducir el riesgo de lesiones: “Tenemos readaptadores, tenemos fisios, tenemos médicos, tenemos gimnasios en condiciones”, señala. “Queda un largo camino, pero creo que se está trabajando bien”.