María Jesús Montero coge las riendas de un PSOE-A pendiente de cerrar muchas rencillas
- La nueva secretaria general del PSOE andaluz es el quinto dirigente territorial que procede del Gobierno de Sánchez
- La vicepresidenta tendrá que medirse desde fuera del Parlamento andaluz con el presidente Moreno Bonilla


“Hemos venido a ganar”: es lo que, como no podía ser de otra forma, ha asegurado la recién estrenada lideresa de los socialistas andaluces. En ese camino, María Jesús Montero quiere sacar de su casa, ilusionar, a los votantes de izquierda, a todos, no solo a los socialistas, que desde 2018 no van a las urnas el día de las elecciones.
Y es que volver a San Telmo, sede de la Junta de Andalucía, tiene un doble valor para los socialistas. No se trata solo de gobernar una de las mayores comunidades autónomas, que no sería poco. Es también necesario para que el PSOE pueda seguir en la Moncloa en las siguientes generales.
Pedro Sánchez lo sabe. Sabe que tiene que recuperar el que fue feudo socialista durante 40 años. El mayor granero de votos del PSOE durante décadas. María Jesús Montero es el quinto líder territorial socialista que procede y se mantiene en el Gobierno de Sánchez. Se trata, admiten fuentes del partido, de afianzar así el control de Ferraz en las federaciones con el objetivo, añaden, de coordinar el discurso político del partido.
Respaldo de Sánchez
A su favor, el incuestionable respaldo del secretario general del partido y presidente del Gobierno. Fue quien la eligió para su nuevo destino, aunque después públicamente se haya intentado convencer de que la iniciativa fue de la vicepresidenta.
Pero el camino de María Jesús Montero no va a ser fácil para compatibilizar su doble labor. Poner orden en el PSOE-A es complicado después de años de rencillas internas entre las distintas federaciones provinciales. Ha encargado para el día a día en ese trabajo a Francisco Rodríguez, compañero y amigo de su máxima confianza política y personal.
Montero tendrá que medirse desde fuera del Parlamento autonómico con el presidente Moreno Bonilla, que no se lo va a poner fácil, usando contra ella su doble condición de aspirante a San Telmo y a la vez ministra de Hacienda.
En el terreno autonómico, María Jesús Montero parte con cierta ventaja. Conoce bien la Administración andaluza, ya que fue consejera del Gobierno de esa Comunidad. Primero de Salud y después de Hacienda. Todo eso y a la vez su trabajo como vicepresidenta primera y ministra de Hacienda, una cartera que, en realidad, se mete en todos los “charcos” políticos, económicos, sociales…
Montero, a la que atribuyen una gran capacidad de trabajo, siempre tiene algo que decir sobre el SMI, en las negociaciones con los socios de coalición y con los apoyos parlamentarios, sobre las partidas que le piden sus compañeros del Consejo de Ministros, en la UE...
Con la mirada puesta en 2026
Con estos mimbres, el PSOE-A y Ferraz se ponen en marcha con la mirada puesta en 2026, año de elecciones autonómicas, si el presidente andaluz no aprieta antes el botón sin dar tiempo a que sus adversarios socialistas se rearmen.
“Tú a Sevilla y yo a Kiev” fue prácticamente el cierre del discurso del líder de los socialistas en el Congreso del PSOE-A. Una frase muy gráfica con la que el presidente del Gobierno dejaba entrever cómo se empieza a bifurcar el camino que hasta ahora comparte con María Jesús Montero en el Gobierno.
"Ha empezado la cuenta atrás", decía la vicepresidenta para referirse a Moreno Bonilla. Pero también vale para los cambios en su futuro.