La vida en la ocupada Mariúpol, todo un símbolo para Ucrania y para Rusia
- Ucrania trató de conservar la estratégica ciudad portuaria, pero Rusia estaba decidida a capturarla a cualquier precio
- Un equipo de TVE visita la parte del Dombás bajo control de Moscú en el tercer aniversario de la guerra
- Sigue en directo la última hora de la guerra entre Rusia y Ucrania
La principal puerta por la que entraban los empleados del alto horno de Azovstal es ahora un amasijo de metal y hormigón. La factoría era antes de la guerra una de las mayores de Europa y daba trabajo a más de 10.000 personas. Ahora es irrecuperable.
En sus instalaciones y pasadizos se atrincheraron los últimos combatientes ucranianos de Mariúpol. Rusia la bombardeó sin contemplaciones hasta que se rindieron. La factoría se ha convertido en todo un símbolo: de la resistencia ucraniana a la invasión rusa pero también de la determinación de Moscú de tomar Mariúpol a cualquier precio.
Plano general de la acería Azovstal LARA PRIETO
Y ese precio ha sido muy alto. Durante el asedio ruso, que duró 86 días, los que no pudieron huir estuvieron sin agua, sin luz, con frío y con sus barrios convertidos en un campo de batalla. Hubo miles de civiles muertos y muchos más heridos.
Tumbas fechadas en 2022 en el cementerio de Mariúpol LARA PRIETO
El cementerio de Mariúpol, desde donde hay vistas al mar de Azov, es un testigo mudo del sufrimiento de la ciudad. Una buena parte del camposanto es completamente nueva. En ella todas las tumbas tienen las mismas fechas: febrero, marzo y abril de 2022.
Katia le lleva flores a su padre, Igor. Un día fue a por agua y ya no volvió. Tenía 55 años. Katia lo buscó por las morgues y finalmente pudo averiguar que su nombre estaba en una lista de fallecidos. Le pudieron identificar porque tomó la precaución de llevar encima su documentación. A su hija le explicaron que ese día hubo una explosión y que su padre murió por heridas de metralla.
“No pude enterrarlo, entonces los funerales los organizaban sin familiares presentes. Me dijeron dónde estaba enterrado cuando fui a recoger su certificado de defunción”, asegura.
Katia recuerda a su padre LARA PRIETO
Ruina y destrucción
A las incontables tragedias personales se suma lo material. Según la ONU, el 90% de los edificios residenciales y más de la mitad de las casas unifamiliares sufrieron daños en los combates entre el ejército ruso y los militares ucranianos que se resistían a entregar la ciudad.
No hay que buscar mucho para encontrar destrucción en Mariúpol. La ruina es contundente en el hotel Azovstal, que se convirtió en uno de los cuarteles generales del ultranacionalista batallón Azov, ahora integrado en el ejército ucraniano.
El hotel Azovstal fue cuartel general del batallón ucraniano Azov LARA PRIETO
En un barrio céntrico unas casas bajas siguen mostrando las consecuencias de los bombardeos a pesar de que en sus fachadas aún se pueden leer mensajes escritos de forma apresurada: “gente dentro” o “niños dentro”. Avisos que nadie respetaba.
Pintadas que avisan que hay civiles dentro LARA PRIETO
No lo hicieron en el Teatro Dramático de Mariúpol, ubicado en el corazón de la ciudad. En sus sótanos se refugiaban más de un millar de personas. A ambos lados del edificio estaba claramente indicado que había niños dentro. Hubo un ataque el 16 de marzo de 2022.
Las autoridades ucranianas calcularon que provocó, como mínimo, 300 muertos. Kiev acusó a Rusia. Moscú, al batallón paramilitar ucraniano Azov.
Teatro Dramático de Mariúpol en reparación LARA PRIETO
Junto a la destrucción, si algo caracteriza a la actual Mariúpol es la presencia en cualquier esquina de grúas, de camiones, de andamios y de obreros de la construcción.
Moscú se afana por borrar las huellas provocadas por su asedio. Quieren reparar lo más rápidamente posible lo que ellos mismos destrozaron.
Vecinos prorrusos del Dombás conmemoran el Día del Defensor de la Patria LARA PRIETO
Miles de muertos en la guerra del Dombás
Encontramos a Viktor en la región de Donetsk donde participa en una marcha para conmemorar el Día del Defensor de la Patria (rusa). Nos cuenta que ha combatido en la guerra del Dombás, que enfrentó entre 2014 y 2022 a milicias separatistas prorrusas con el ejército ucraniano.
El conflicto bélico estalló tras las protestas del Maidán en Kiev que forzaron la salida del presidente prorruso Viktor Yanukovich. Después Rusia ocupó Crimea.
Los separatistas prorrusos del Dombás, apoyados indirectamente por Moscú, tomaron edificios administrativos en varias ciudades y acabaron proclamando las repúblicas independientes de Donetsk y Lugansk. Ahí empezó la guerra del Dombás que causó en ocho años 14.000 muertos entre militares y civiles.
"Quizás recuerdan a la Madonna de Górlovka” dice Viktor. “Murió junto a su hija de 10 meses en un bombardeo ucraniano con artillería Grad. Fue un ataque que nos horrorizó a todos y nos hizo reaccionar” recuerda. Se refiere a la joven Kristina Zhuk, de 23 años, y su bebé Kira, fallecidas ambas el 27 de julio de 2014 en esa ciudad de la región de Donetsk bajo control de las milicias separatistas prorrusas.
Monumento a los niños muertos en el Dombás prorruso por ataques ucranianos LARA PRIETO
Viktor también ha combatido, ya como parte del ejército ruso, en lo que el Kremlin sigue llamando Operación Militar Especial, el eufemismo oficial para referirse a la invasión a gran escala de Ucrania de febrero de 2022. En una de sus condecoraciones pone Mariúpol.
Viktor, combatiente prorruso condecorado en Mariúpol ALEXANDER ZHUKOVSKY
Viktor, combatiente prorruso condecorado en Mariúpol ALEXANDER ZHUKOVSKY
Le preguntamos si ha participado en el asedio a la ciudad. “En el asedio, no. En la liberación de Mariúpol” nos corrige. Nos cuenta que allí cayó herido. Y también verbaliza lo que muchos piensan en estas regiones ucranianas fronterizas con Rusia. “Dombás nunca ha sido Ucrania. Todos somos rusófonos. No estábamos de acuerdo con ellos”.
En la batalla por Mariúpol otra de las infraestructuras estratégicas gravemente dañadas en los combates fue el puerto, que ahora tratan de poner de nuevo en marcha.
El puerto de Mariupol, en el mar de Azov ALEXANDER ZHUKOVSKY
Allí trabajaba como fontanero Alexei. Se ha reciclado como peón en una obra impulsada por una constructora de San Petersburgo. “Todavía están rehabilitando el puerto”, nos explica. “Nos han dicho que nos llamarán para ofrecernos de nuevo trabajo allí cuando vuelva a estar operativo”.
Los pisos que ayuda a construir Alexei se venden con hipotecas a intereses muy reducidos. Del 2% frente al casi 20% habitual de los préstamos hipotecarios en Rusia. Una ventaja de la que se pueden beneficiar tanto los vecinos de Mariúpol como cualquier ruso que quiera comprar en lo que ellos llaman “nuevos territorios”.
Promoción de viviendas nuevas en Mariúpol ALEXANDER ZHUKOVSKY
“Tenemos compradores desde Murmansk hasta Kamchatka, de todo nuestro enorme país”, asegura Natalia Feodosiasi, la directora general de la constructora TEMP de San Petersburgo.
Nos explica que el 30% de sus clientes son locales. El resto, rusos para los que Mariúpol, que tanto ha sufrido, no es más que una buena inversión o la posibilidad de una segunda residencia en una ciudad costera.
Una de las playas de Mariúpol ALEXANDER ZHUKOVSKY
Apartamentos gratuitos para quienes perdieron sus casas
También se están construyendo edificios cuyos apartamentos entregan gratis a los vecinos que han perdido sus casas en los bombardeos. Nina nos enseña el suyo. Tiene dos habitaciones y en él vivirá junto a su marido y a su hijo que también trabaja en la construcción.
“Las ventanas son grandes, hay mucha luz, vamos a disfrutar de atardeceres” dice, muy contenta. Cree que está bastante bien construido. “Se nota que han sido cuidadosos”. La mirada se le entristece cuando le preguntamos por los meses de guerra.
“Todo sucedió de repente. Empezaron los bombardeos, no entendíamos qué pasaba. La gente empezó a dejar la ciudad. ¡Uf!, con carritos de niños, con animales, la gente incluso caminaba descalza. Estábamos asustadísimos” recuerda con angustia.
Para Rusia Mariúpol es una más de sus ciudades. Por eso para acceder a servicios básicos como la sanidad o la educación hay que tener pasaporte ruso y haber jurado lealtad a Rusia y a su constitución. Esto también es requisito imprescindible para recibir un piso como el de Nina.
“No sé por qué, porque todo era normal y nadie nos presionaba, pero cuando estaba leyendo el juramento yo lloraba. Todos mis estreses salieron con estas lágrimas. ¡Cuánto sufrimos! En ese momento sentí como si se me rompiera el alma. Había un pasado y ahora tenemos este presente. Esperamos que será para bien, pero aun así yo lloraba”
Nina enseña a TVE el piso que le han dado ALEXANDER ZHUKOVSKY
Nina tiene una gran pena. Que sus familiares en Ucrania les han repudiado por haberse quedado en la Mariúpol bajo control de Moscú. “Nos llaman traidores, dicen que somos sumisos a Rusia. Tienen derecho a pensar así, pero para mí ellos (los ucranianos) nunca serán mis enemigos”