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Cristina Sánchez, defensora del periodismo empático: "Si algo no se ve, entonces no existe"

  • Sánchez siempre ha intentado romper esas fronteras invisibles que nos separan a los seres humanos
  • La periodista lleva años reivindicando el papel de la mujer en las redacciones y como informadoras en conflictos

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Cristina Sánchez: experimentar la vida, documentar la muerte

Cristina Sánchez, coordinadora de Internacional en RNE, cree en un periodismo empático y, sobre todo, humano. Sus vivencias en Gaza como corresponsal le han enseñado que los anhelos y esperanzas de los afectados son las mismas que las nuestras, y es tarea del periodismo trasladarlo a la audiencia. Tres años más tarde y 5.700 kilómetros más allá, Jerusalén vuelve a estar en el epicentro de la vida de Cristina Sánchez (Madrid, 1973). Para una persona que, desde pequeña, quería estar en el lado de la Historia, el destino ha decidido situarla justo enfrente.

Como corresponsal de Radio Nacional de España en Oriente Próximo entre 2017 y 2021, conoce muy bien la situación en Gaza desde mucho antes de los acontecimientos del pasado 7 de octubre. Un curso que ha dejado muchas crónicas y reportajes atrás, donde su compromiso siempre ha sido el de "romper con toda esa distancia que nos separa y ese viraje que intenta conducirnos hacia el individualismo”.

Cristina Sánchez: experimentar la vida, documentar la muerte

Sánchez ha cubierto algunos de los principales acontecimientos de la última década.

De alguna manera, la ganadora del premio Cirilo Rodríguez 2016 siempre ha intentado romper esas fronteras invisibles que nos separan a los seres humanos. Demostrar a la audiencia que “los anhelos y las esperanzas de todas y cada una de las personas con las que se ha encontrado a lo largo de su carrera suelen ser las mismas”.

Generar empatía y destruir la deshumanización

Una carrera profesional en más de 25 países, donde ha cubierto catástrofes como el terremoto de Haití, la primavera árabe en Túnez y Libia o la invasión de Ucrania y que, en la actualidad, continúa como coordinadora del área de Internacional. Hoy le toca informar desde el fondo de la redacción. Aunque a ella, esto mismo, no le da pudor: "Más difícil es ser palestino”, ironiza. Con un tono de modestia, rechaza la idea de la frustración del excorresponsal y sus experiencias, las cuales nunca serán "remotamente comparables" a las que viven las poblaciones afectadas.

Ni existe el heroísmo del corresponsal ni existe la frustración del ex. Lo que sí hay es una dificultad a la hora de ver las imágenes que llegan a diario de Gaza. También está presente la decepción con la "inutilidad de las instituciones internacionales" y una "indignación por estar dejando un mundo peor a su hija". Para Sánchez, "el objetivo principal del periodismo es generar empatía y destruir la deshumanización. Ponerle cara, hueso y carne a los afectados añadiéndole contexto y rigor". Un ejemplo, la sorprendente cantidad de amputados que había por las calles de Gaza.

Cristina Sánchez: experimentar la vida, documentar la muerte

Ha pasado por los horrores de una Siria en manos de todos y de nadie.

Prueba de ello es su pódcast Vivir Gaza: cinco historias cotidianas para intentar humanizar la "cárcel a cielo abierto más grande del mundo". El resultado, un profundo reportaje donde más de la mitad de los protagonistas, a día de hoy, están muertos.

De perdidos a Siria

Como la cabra tira al monte (según sus palabras), la reportera también ha pasado por los horrores de una Siria en manos de todos y de nadie. El conflicto interminable. Uno de los más documentados de la historia. Un estado fallido, atrapado entre lo malo y lo peor, que en la actualidad ha vuelto a estallar… aunque, en realidad, nunca dejó de arder. "Lo que creo es que nunca hay que perder de vista que más allá de que, efectivamente, hay mucha injerencia externa en ambos bandos, también hay una población siria que en 2011 decidió salir a las calles para protestar contra un régimen dictatorial que querían derribar y cambiarlo por uno que respetara sus derechos fundamentales", cuenta.

Cuando le preguntamos hacia donde va a llegar el conflicto, la respuesta es bastante similar a la de Gaza: “Mientras el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas tenga la estructura que tiene […] el orden establecido en Oriente Próximo es muy difícil de cambiar”.

Lo que no se ve, no existe

En todos estos conflictos, nuestra protagonista ha estado mayoritariamente junto a compañeras; en las redacciones suele haber más mujeres que hombres, algo de lo que Cristina es muy consciente: "Quería reivindicar a las mujeres, que estaban ahí, pero que yo no las veía. Las quería ver y poner en primer plano. Entonces decidí que eso también iba a ser otro de los objetivos del desarrollo de mi profesión", dice.

La madrileña siempre ha sabido que las mujeres periodistas estaban ahí, pero el problema es que no se las veía: "Y si algo no se ve, entonces no existe”. La redacción de informativos de RNE la componen mayoritariamente mujeres, al igual que la sección de Internacional, pero este ejemplo no se traduce en los puestos directivos: “Lo mantengo. Mantengo que en la redacción de RNE de Internacional son mayoría las mujeres cubriendo conflictos. Mantengo que en todos mis viajes he estado acompañada de compañeras, mujeres, y mantengo que no se nos ven. Y eso es una responsabilidad compartida”.

Cristina Sánchez: experimentar la vida, documentar la muerte

La periodista lleva años reivindicando el papel de la mujer en las redacciones.

Esa responsabilidad compartida no solo pasa por los periodistas, sino también por la audiencia, “que sigue mayoritariamente a hombres”: “Así que creo que tenemos que poner, todos y todas, nuestro granito de arena porque efectivamente estamos ahí, pero no se nos ve”.

La cara más luminosa

"Y ahora te invito a acompañarme en este recorrido sonoro por la otra cara de Gaza. La más luminosa. La de sus gentes. Empezando por la relación que mantienen con un mar que compartimos: el Mediterráneo". Así introduce Cristina Sánchez el primer capítulo de Vivir Gaza, Mediterráneo. Un guiño a todo lo que ella es y pretende ser como periodista.

Escuela de Reporteros

Todo reportero que se precie, y más si su ámbito de insaciable curiosidad es el mundo mundial, ha de pasarse la vida estudiando. Leer, leer y leer es tan importante como vivir, porque el lenguaje es su materia prima, la herramienta para intentar contar y descifrar la realidad.

Este espacio es un cuaderno experimental para quienes cursan el Máster de Reporterismo Internacional auspiciado por RTVE Instituto y la Universidad de Alcalá. Cada vez que alguien relevante pase por sus aulas o dicte una clase magistral habrá una crónica que dará cuenta de lo más valioso, lecciones para nutrir la mirada, en realidad los cinco sentidos.

*Martín Jiménez-Zumalacárregui es alumno de Máster de Formación Permanente en Reporterismo Internacional de la Universidad de Alcalá de Henares y RTVE. Esther G. Pérez, redactora jefa de Sociedad, ha supervisado la elaboración completa de este texto.