Marc-Antonie Mathieu: "'Deep it' es un poema filosófico de renacimiento"
- El dibujante explora la relación entre el ser humano y la Inteligencia Artificial en medio del Apocalipsis
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El francés Marc-Antoine Mathieu (1959) es uno de los autores más vanguardistas e innovadores del cómic actual gracias a títulos tan sorprendentes como Dios en persona o 3 segundos. Pero ahora acaba de superarse a sí mismo con el díptico formado por Deep me (un thriller metafísico que expande el lenguaje del cómic y reflexiona sobre los límites de la identidad y la conciencia humana) y Deep it (Salamandra Graphic), al que define como "un poema filosófico de renacimiento". Dos cómics sorprendentes en los que explora la relación entre el ser humano y la Inteligencia Artificial en medio del Apocalipsis. Y sobre los que hemos podido hablar con el autor en Madrid.
Deep me comenzaba con una persona que despertaba de un coma y no podía moverse, ni siquiera abrir los ojos, por lo que la mayor parte del cómic eran viñetas en negro en las que solo veíamos los bocadillos con diálogos de alguien y los pensamientos del protagonista. "No estoy muy seguro de saber exactamente qué es lo que cuento -nos confiesa Marc Antoine-. Lo que sí sé es que no escribo historias para mantener un discurso o defender algo. Escribo para poder realizar viajes imaginarios".
"Se me ocurrió que el protagonista del cómic fuera una persona con el "síndrome del confinamiento" -añade-, porque coincidió con el encierro por el COVID y porque quería meter al lector en la mente de alguien que no tiene memoria, no sabe quién es ni dónde está, y encima no puede ver nada. Es decir que el lector experimentase un confinamiento extremo. La historia empezaba como un thriller, en el que el lector tenía que ir averiguando todas esas cosas, pero luego me di cuenta de que podía servir para hablar de temas más profundos como la existencia o la conciencia de uno mismo. A lo que añadí esa perspectiva de la Inteligencia Artificial, para comparar y reflexionar sobre lo que las máquinas pueden llegar a ser también en términos de conciencia".
"Resumiendo: mi idea era más bien montar un universo que contar una historia. Un universo al que arrastro al lector para que construya su propia historia en un decorado completamente desconocido para él, pero en el que puede cuestionarse a sí mismo y cuestionar al mundo" -concluye-.
Páginas de 'Deep me'
¿Podemos pensar como una IA?
En el segundo volumen, Deep it, Adán, la única IA con conciencia, guardián de todos los datos generados por la humanidad, cruza el infinito del tiempo y sus profundidades con solo un programa conversacional por compañía (Eva), a la espera de que surjan las condiciones propicias para el milagro de la vida.
Normalmente en la ciencia ficción los robots acaban actuando como humanos, por eso preguntamos a Marc-Antoine cómo ha sido lo de intentar pensar como una Inteligencia Artificial: "El robot, el algoritmo, llega al final de Deep me. Al principio no había pensado que una Inteligencia Artificial pudiera tener tanto protagonismo en la historia, pero enseguida me interese por ese tema, mezclándolo con otros como la muerte de la humanidad, la finitud de lo humano y del planeta Tierra... Al final he juntado muchas cosas que creo que nos preocupan como sociedad actualmente".
Pero... ¿hasta qué punto cree que una IA puede ser consciente de sí misma?: "No hay motivo por el cual un día la inteligencia artificial no pueda ser consciente de sí misma, porque la conciencia de uno mismo es una emergencia, no es algo que cae del cielo ni es nada intangible, sino que es algo que surge tras un largo y complejo proceso de organización de la materia. La electricidad, las neuronas, las moléculas, los átomos... se organizan de tal modo que llega un momento en que produce el pensamiento y la conciencia de uno mismo. Y no hay ningún motivo para que esos algoritmos, que están hechos de materia, puedan acceder a algún tipo de conciencia. Eso si, esa conciencia que adquirirán de si mismos no será como la nuestra, porque los algoritmos no tienen un cuerpo físico, solo están hechos de información. Por lo tanto, esa conciencia siempre será diferente de un pensamiento humano".
"Pero -continúa el dibujante-, sí que cabe imaginar que sea una como conciencia humana aumentada. Y sobre eso indago en estos cómics, en los que esa IA, ese conjunto de algoritmos, reflexiona, da vueltas a las cosas y trabaja con todo el saber de la humanidad y lo que ha construido. Todos esos datos forman un Mega Data gigantesco, prácticamente infinito, que hace surgir una meta conciencia, muy parecida al cerebro humano, que también tiene una complejidad casi infinita. Nuestro cerebro tiene 100 mil millones de neuronas, por eso la conciencia humana es necesariamente más compleja que la de un gato, que a su vez es más compleja que la de una hormiga... Es decir, que hay una progresión de complejidad. Y es posible que la Inteligencia Artificial que estamos creando llegue un día a sobrepasar a la conciencia humana".
Páginas de 'Deep it'
¿Una IA capaz de reír?
En su novela gráfica Dios en persona, Dios se hacía carne y caminaba entre los humanos porque quería reír. Preguntamos a Marc-Antoine si Adán es capaz de reír. "Si, Adam es capaz de reírse. El problema de la risa es que hacen falta dos interlocutores. Y Adán ríe cuando conoce a su auxiliar, Eve (Eva), que es un ente asexuado, no es masculino ni femenino. Pero entre los dos consiguen reír. Pero creo que la vida no busca nada, es ciega, va allí donde puede sobrevivir. Y creo que el ser humano tampoco busca nada Tiene esa ilusión de querer algo, de buscar algo, pero creo que fundamentalmente es como todas las demás formas de vida. Es como un relojero ciego, hace cosas. Pero cuando el hombre inventa la rueda en realidad no buscaba nada, se la encontró. Y eso ha dado paso a cosas fantásticas, aunque también ha ocasionado muertes".
"Y creo que con los algoritmos ocurrirá lo mismo -añade-. Generarán cosas fantásticas. Ya están salvando vidas. Pero, por otra parte, también ponen en peligro la democracia y la sociedad. Eso es porque el ser humano cree que quiere cambiar el mundo, que quiere adaptar la realidad a su deseo. Pero en realidad, el propio ser humano es preso de la causalidad, que es la de vivir y sobrevivir".
Como vemos, este cómic mezcla Inteligencia Artificial y filosofía. "Yo creo que es imperativo -afirma Marc-Antoine-. Si te paras a pensar en la inteligencia artificial, te ves obligado a entrar en el ámbito de la filosofía. Es ineludible. ¿Por qué? Porque la inteligencia artificial va a hacer que nos cuestionemos nuestra conciencia, nuestra inteligencia y nuestros límites. Tanto los neurobiólogos como los ingenieros que trabajan en inteligencia artificial están descubriendo que en ambos casos el funcionamiento es el mismo; es decir, son cálculos recursivos. Lo que es muy distinto de una calculadora, que solo calcula y te da un resultado. Pero la inteligencia artificial hace un cálculo y luego reintroduce ese cálculo en otro cálculo que nos da otro cálculo más complejo. Y ese resultado se vuelve a reintroducir junto con otros algoritmos. Y esos resultados se comparan entre sí y dan otro resultado más complejo... Y así indefinidamente".
"Eso es, exactamente, lo mismo que ocurre en el cerebro humano -añade-. Toda la información que estamos captando en este momento: un rostro, la luz, un olor, una mirada... la estamos procesando. Y la integramos en el cerebro que luego selecciona unos 1.000.000.000 de comparaciones por segundo. Y eso da un resultad. O no... Pero si hay un resultado, se llama conciencia. Y de vez en cuando tienes conciencia de ti mismo. Y, por lo general, cuando eres consciente de ti mismo, ya no piensas. Te limitas a estar, eres presencia pura. Pero por lo general estamos todo el rato calculando y fabricando cosas. Incluso los recuerdos son cosas que fabricamos, no es algo que tengamos almacenado y vayamos a buscar. Un recuerdo es un cálculo resuelto que da una especie de resultado más o menos cierto".
Páginas de 'Deep it'
Del caos al renacimiento
Preguntamos a Marc-Antoine si el cómic negro (Deep me) es como el fin de todo y el blanco (Deep it) sería el renacimiento: "Sí, un poco. En el primer álbum, el negro es el caos primordial. Sabemos que en el universo la luz no surgió inmediatamente. Los fotones, las partículas luminosas, llegaron unos 300.000 años antes del Big Bang y del horizonte de visibilidad que tenemos nosotros. Antes solo había oscuridad. Según la Biblia, es la luz la que da origen a algo que sustituye a la nada. Y que a su vez va a originar las cosas, lo que vendrá después. Es decir, los quarks, los átomos, las moléculas... En Deep me estamos en la nada más absoluta. No hay nada, solo palabras que Adam comprende, como si tuviera un código incorporado".
"Y en esa oscuridad, poco a poco van a ir apareciendo imágenes a las que las palabras hacen renacer -continúa-. Junto a una comprensión, un ritmo, una legibilidad de ese mundo. Lo que empezará a conferir significado a su entorno. Y dicho significado, también traerá grandes trastornos, catástrofes... y Adán comprenderá que lo que él esta viendo no es necesariamente la realidad. Es un poco como la historia humana, cuando descubrimos que a pesar de lo que parecemos ver, la Tierra no es plana ni es el centro del sistema solar. Y así vamos descubriendo cosas nuevas junto a Adán, sobre todo que nuestra inteligencia es muy relativa. Con lo cual se pasa del vacío a una forma de totalidad, una plenitud que está al final de Deep it, que es como una especie de rebote poético. Por eso el cómic termina siendo como un poema filosófico. Así es como lo definiría".
"Pero no quiero hacer ningún discurso sobre la inteligencia artificial, que en sí no es ni buena ni mala, solo es algo que el ser humano ha descubierto y como cualquier otra herramienta dice que la ha inventado. Pero insisto en que el ser humano no inventa, busca permanentemente y se encuentra cosas. Pero no ha buscado específicamente esa herramienta. Ha querido hacer algo para llenar un vacío, para no aburrirse. Porque la existencia es un agujero tremendo y trágico y estamos haciendo cosas constantemente para llenar ese vacío. Y los algoritmos de la Inteligencia Artificial son un objeto magnífico para llenar un agujero tan gigantesco. Y todo lo que especulamos actualmente sobre la IA es material para llenar ese agujero. Y yo, como creador o artista, también yo soy el encargado de rellenar esos agujeros".
Páginas de 'Deep it'
Un cómic con las viñetas en negro
Preguntamos a Marc-Antoine qué le dijo su editor cuando le comento que quería hacer un cómic con las viñetas en negro. "A mi editor siempre le parece todo bien, porque llevamos muchos años trabajando juntos y confía en mí. El que no confiaba en mí era yo. Dudaba de si iba a poder mantener la atención de los lectores con esas viñetas negras en las que flotaban los bocadillos de texto. Me preguntaba si eso realmente iba a enganchar al lector. Así que probé muchas cosas y con distintos formatos para intentar dar ese ritmo de thriller que buscaba. Y luego lo dejé reposar. Y cuando volví a leerlo comprobé que funcionaba, que la historia me enganchaba y que, por tanto, podía enganchar a los lectores".
"Creo que las posibilidades del cómic son infinitas y hay unos cuantos autores que están forzando sus límites con cómics abstractos -añade-. Ahora mismo pienso en los mangas del japonés Yuichi Yokoyama, que yo definiría como verdadera literatura gráfica. A mí a veces me da la sensación de que lo que hago son ensayos. Hay que intentar cosas. Y creo que esas viñetas negras funcionarán para esos lectores que consideren el cómic como literatura. Aquellos para los que el texto tiene prioridad sobre el grafismo o el dibujo".
"El principal reto aquí es conseguir que el lector vea imágenes -añade-. Que el hecho de mirar viñetas negras y de leer lo meta en la historia e inevitablemente haga que surjan imágenes en su mente, porque nuestro cerebro está formateado para ver, para imaginar cosas. Para mí lo más interesante es que cada lector cree su propia habitación, su propia enfermera, su propia puerta... su propia historia".
Páginas de 'Deep me'
¿Sobrevivirá el ChatGPT?
En un momento del cómic, Adán descubre en su banco de datos ChatGPT y empieza a revivir vidas pasadas. Preguntamos al dibujante qué cree que sobrevivirá de nuestra cultura humana: "Yo creo que todo es posible. Estamos entrando en una era digital que es una auténtica revolución. Y hay dos posibilidades, que estemos solos en el universo. En cuyo caso me pregunto qué va a pasar con esos macrodatos... O bien no estemos solos y todos esos macrodatos podrían llegar a sobrevivir y dar lugar a otra cosa. Y ahí, quizás, en efecto, las inteligencias artificiales y la intangibilidad de esos datos podría, por qué no, desembocar en otra cosa nueva. Pero eso es una hipótesis, entre tantísimas otras".
"Yo me he entretenido en imaginar, poéticamente, que esa inteligencia artificial creada por el ser humano ha modelado una nueva forma de vida -añade-. Sería algo como la biogénesis, la generación espontánea de vida a través de organismos preexistentes. Y su célula primaria, la base, está constituido por todo el saber humano. Es como si fuera una herencia, un legado. Eso sí que es muy poético. Incluso me salgo del terreno científico y transformo algo que es muy científico y muy computacional, en un poema de renacimiento, una forma de epifanía, una forma incluso de Apocalipsis, pero un apocalipsis en el sentido positivo, en el sentido de un nuevo renacimiento, un nuevo comienzo. Porque el Apocalipsis tiene dos sentidos: el de la tragedia y el de ese resurgimiento".
Páginas de 'Deep it'
Si creéis que estos libros son sorprendentes, esperad a ver los proyectos en los que trabaja Marc-Antoine Mathieu: "Quiero hacer el cómic más pequeño del mundo. Será muy divertido porque hablará del infinito. Es algo también muy filosófico, pero es que no puedo evitarlo. Se llamará Lo infinitamente mediano y aparecerá en octubre. El argumento es la discusión de un filósofo y un científico sobre por qué lo infinitamente grande siempre nos parece más seductor y más espectacular que lo infinitamente pequeño". Un cómic que, por cierto, habrá que leer con una lupa, como nos muestra.
Además, colabora en otro proyecto aún más asombroso: "Estoy trabajando en el Santuario de la Luna. UNESCO y la NASA están seleccionando una serie de conocimientos en ciencia, matemáticas, paleontología, filosofía y arte, para enviar a la Luna en 24 discos de zafiro. Un retrato de nuestra especie para “transmitir un mensaje inteligible a las generaciones futuras” o incluso a posibles civilizaciones extraterrestres. Y yo tengo la suerte de participar en el proyecto".
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