Negociar una gran coalición, el gran reto de Merz tras los comicios: "Formar Gobierno en dos meses sería todo un logro"
- El líder de la CDU ya ha adelantado que intentará negociar un Gobierno con los socialdemócratas
- La ultraderechista AfD ha cosechado el mejor resultado de su historia y se convierte en la segunda fuerza
Tal y como preveían los sondeos, las elecciones en Alemania han dado la victoria a los conservadores y su candidato, Friedrich Merz, será con casi toda probabilidad el próximo canciller.
La Unión Demócrata Cristiana (CDU) es la primera fuerza, aunque sin llegar al 30% que vaticinaban las encuestas, y se enfrenta ahora a unas negociaciones "largas y difíciles" —así las ha definido Merz— para formar Gobierno con los socialdemócratas (SPD) de Olaf Scholz. Este partido ha registrado unos resultados "catastróficos", en palabras del canciller saliente.
El nuevo Ejecutivo tendrá que lidiar, además, con la ultraderechista Alternativa para Alemania (AfD), que se convierte en la principal oposición tras cosechar el mejor resultado de su historia.
Durante su discurso poselectoral, Merz habló de la necesidad de formar rápido un Gobierno en Alemania. "El mundo no espera y tampoco lo hará con nosotros", aseguró el líder de la CDU, que se ha propuesto sellar la nueva coalición antes de Semana Santa. La situación interna —sin un liderazgo claro desde el colapso de la conocida como coalición semáforo— y el contexto internacional, condicionado por la llegada al poder de Donald Trump y el temor a un empeoramiento de las relaciones transatlánticas, explican la sensación de urgencia.
Descartada la colaboración con la extrema derecha, solo queda una opción: un Gobierno de la CDU y el SPD —los resultados arrojan que Los Verdes ya no serán necesarios para una mayoría—, pero no sin obstáculos. La sonada derrota socialdemócrata hace necesaria una reforma de su cúpula, sobre todo después de que Scholz haya asumido su responsabilidad y se haya desmarcado de las futuras conversaciones, y la búsqueda de una nueva agenda y liderazgo pueden entorpecer las negociaciones.
"Formar Gobierno en dos meses sería todo un logro", afirma el politólogo alemán Kai Arzheimer, que menciona que entre los socialdemócratas "hay muy pocas ganas de trabajar con los democristianos tras una campaña enconada". Además, "Merz prometió un cambio radical y ha desplazado a su partido hacia la derecha, en comparación con la era Merkel; mientras que el SPD se desplazó hacia la izquierda en 2021", así que se mostrarán "reacios" a dar marcha atrás en las políticas promulgadas desde entonces.
Una gran coalición con un SPD más débil que nunca
La fórmula de la gran coalición entre democristianos y socialdemócratas es ya conocida en Alemania, sin embargo, como apunta a RTVE.es la politóloga Jasmin Riedl, "esta vez no será tan grande". Más allá de la sonada derrota de Scholz, ninguna de las dos formaciones ha obtenido los resultados esperados y, además, ambas "hicieron promesas a veces muy poco realistas" en la campaña y ahora tienen que llegar a acuerdos y, para ello, deben establecer cuáles son sus prioridades y la dirección a seguir.
"El SPD está en shock", afirma la profesora de la Universidad de Heidelberg Jale Tosun, que menciona que a los socialdemócratas no les ha beneficiado aferrarse a Scholz durante demasiado tiempo. Tras los resultados, es probable que parte de los miembros del partido exijan un referéndum interno "y eso podría convertirse en un gran obstáculo (para las negociaciones), ya que podrían no aceptar entrar en otro Gobierno de coalición", una fórmula que no suele beneficiar electoralmente este partido.
Si eso ocurre, podría darse un Ejecutivo en minoría, añade, "tal vez compuesto por la CDU y los Verdes, pero es difícil que funcione en un sistema bicameral como el alemán".
Por ahora, Merz ha expresado su voluntad de empezar a negociar con los socialdemócratas "en las próximas semanas" para establecer "un Gobierno operativo" y una mayoría parlamentaria que lo sustente. Desde la bancada de Scholz se han mostrado "dispuestos" a negociar. "La pelota está en el tejado de Merz y será el transcurso de las conversaciones lo que decidirá si se consigue formar un Gobierno", han afirmado tras cosechar su peor resultado en décadas con el 16,4% de los votos.
Como explica Arzheimer, una vez iniciadas las negociaciones, uno de los grandes escollos será abordar los recortes de la seguridad social prometidos por Merz. "Revisar el sistema para hacerlo menos punitivo era uno de los principales temas del SPD en 2021. Por diversas razones, esto no fue popular entre muchos votantes, pero no veo cómo los diputados del SPD podrían estar de acuerdo con un retroceso radical", argumenta.
El repunte de la ultraderecha
Mientras tanto, la AfD está más fuerte que nunca y se convierte en el principal partido de la oposición. Aunque ya lo ha sido en el pasado, ha superado el 20% del escrutinio, cosechando su mejor resultado. Y, aunque no por sí sola, puede formar una mayoría de bloqueo, es decir, puede paralizar determinadas leyes en el Bundestag, junto a La Izquierda, el cuarto partido más votado. "Esto implica, por ejemplo, que será muy difícil reformar el freno de la deuda", explica Tosun.
El tamaño de un partido de la oposición, afirma Riedl, "influye en sus posibilidades de comportamiento" en el Bundestag y añade que, pese al cordón sanitario, la AfD ya no es una fuerza "excluida". "Son un gran grupo parlamentario en un país que otorga grandes derechos para la oposición y puedan influir a través de su trabajo parlamentario como el resto de partidos", explica.
"Debemos aceptar que ahora son una fuerza política importante, es un hecho, y creo que tendrá varias consecuencias", apunta Tosun. Por un lado, veremos debates parlamentarios "mucho más agudos y controvertidos". Y, por otro, cuando la CDU proponga medidas para restringir la inmigración, "es probable que la AfD vuelva a apoyarles y esto debilitará el Gobierno de coalición en su conjunto, porque ni los conservadores ni el SPD quieren proponer políticas que obtengan el apoyo" de la extrema derecha.
Merz lo ha descartado por activa y pasiva, pero la posibilidad de un acercamiento a la ultraderecha tomó fuerza a finales de enero, cuando la CDU aprobó una resolución no vinculante que apoyaba el cierre de las fronteras a los solicitantes de asilo gracias a los apoyos de la AfD. Es algo que el líder conservador prometió que nunca haría, por lo que para el SPD supuso "la ruptura de un tabú" y, además, provocó protestas contra la extrema derecha en la capital.
El cordón sanitario, cada vez más difícil
"No se puede ignorar a millones de electores", ha afirmado la líder de AfD en una rueda de prensa en la que ha analizado el resultado electoral. El cordón sanitario que el resto de formaciones impone a su partido, "debe desaparecer", ha dicho Alice Weidel, que este lunes ha presumido de haber recibido una llamada de Elon Musk para felicitarla tras cosechar casi el doble de votos que en las elecciones 2021.
Como apunta Tasun, cada vez se hace más difícil excluir a este partido. Weidel dice que su mano "siempre estará tendida para entrar al Gobierno" y hacer realidad lo que, asegura, es "la voluntad del pueblo". Siguiendo esta línea, explica la profesora de Heidelberg, es muy probable que ya no actúen como una fuerza clara de oposición, es decir, que "apoyarán algunos de los proyectos presentados al Parlamento para demostrar a los votantes que son constructivos y que están a la altura de la responsabilidad otorgada".
Además, así, "enviarán un claro mensaje a la CDU: 'podríais haberlo tenido fácil con nosotros, podríamos haber trabajado juntos'".
La AfD "no es un partido radical de derecha al uso", asegura Arzheimer, y "que sea el segundo grupo más fuerte en el Parlamento es un desastre y afianzará aún más su posición en la política alemana". El politólogo recuerda que fueron expulsados del grupo de Marine Le Pen en la Eurocámara "por ser demasiado abiertamente racistas para sus estándares" y que varias secciones del partido "fueron clasificadas como de extrema derecha por las agencias de inteligencia nacionales".
La economía, el principal reto de la futura coalición
Merz se ha alzado con la victoria en un momento clave en el que Donald Trump —que también ha apoyado a la AfD— ha iniciado conversaciones con Vladímir Putin para el posible final de la guerra en Ucrania sin contar con Europa. El líder conservador, dice Tosun, adoptará muy probablemente "una postura pragmática" frente al presidente estadunidense e intentará lidiar con él sin dejar de lado su defensa de Kiev.
El gasto en defensa será uno de los grandes debates, añade Riedl, aunque esto también puede implicar fricciones con fuerzas populistas que critiquen el destino de estas partidas.
Sin embargo, han sido otras las cuestiones que han marcado estos comicios. Tras una serie de ataques mortales perpetrados por extranjeros en territorio alemán —el último en Múnich, con dos fallecidos— la cuestión migratoria eclipsó al resto de temas y se situó también entre las principales preocupaciones de la ciudadanía. La extrema derecha, tanto dentro como fuera de Alemania, ha intentado hacer suyo este debate, pero Merz también ha prometido mano dura en la frontera y sus votantes esperan que cumpla su palabra.
Sin embargo, lo que verdaderamente frenará el ascenso de la AfD, coinciden las expertas, será atacar la crisis económica en Alemania, que suma más de dos años en recesión. "Se ha hablado mucho de migración, se ha relacionado con la seguridad interior [...] pero el problema que subyace es la economía y el bienestar social", afirma Riedl. "Es importante que los políticos se tomen en serio las preocupaciones de la gente, pero hay que dejar claro que cerrar las fronteras no impedirá que estos ataques vuelvan a producirse", explica la experta.
"El problema no es la migración en sí, sino otros asuntos que afectan a la población y de los que también se culpa a la migración, y ahí están la economía, los alquileres, la cesta de la compra", añade.
Gran parte de la población alemana, explica Tasun, culpa a la CDU y la política de fronteras abiertas de Angela Merkel. Por ello, "Merz tiene que presentar una política de inmigración más restrictiva", pero eso "no va a ser suficiente". Lo que realmente necesita es poner en marcha la economía lo más rápido posible [...] y creo que sólo si lo consigue, si la gente cree que está mejor con la CDU al mando, habrá una buena posibilidad de que la AfD, al menos, no crezca más", concluye.