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'Dalle Mio Nena', el pódcast que amplifica la voz de las mujeres rurales

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'Dalle Mio Nena', el primer podcast rural en femenino

En su estudio itinerante, que recorre los pueblos asturianos, Aitana Castaño y Marta Pérez han irrumpido en el espacio sonoro con un objetivo muy claro: dar visibilidad a las mujeres que sostienen la vida en el medio rural. El primer episodio de su pódcast, Dalle Mio Nena, nacido en 2021, logró colarse entre los 100 más escuchados en español en Spotify y desde entonces no han dejado de romper estereotipos.

"Los pueblos que sobreviven es porque quedan mujeres allí", defiende Castaño a TVE. Y es que, según explican, el arraigo femenino es clave para la pervivencia de estas pequeñas localidades. Ellas regresan, se quedan, emprenden, pero sus historias a menudo quedan relegadas al silencio. Dalle Mio Nena apuesta por ponerlas en valor.

Historias que merecen ser contadas

Su sede principal es un antiguo bar de pueblo, rehabilitado como estudio, en el que las presentadoras han construido un espacio de diálogo, donde ganaderas, nutricionistas, artistas o emprendedoras comparten sus experiencias. Son relatos de resistencia y de talento, a menudo eclipsados por prejuicios sobre la vida rural y el papel de la mujer en ella. "Nos podemos encontrar de todo, hay muchísimo talento", apunta Castaño.

Para llegar a todos los rincones, el estudio se convierte en itinerante. "Hicimos un pódcast en un gallinero", cuenta Aitana. "Y otro bajo un hórreo. Vamos de pueblo en pueblo y para la gente se convierte en un acontecimiento cultural". Su activismo va más allá de las grabaciones de episodios: organizan encuentros, celebran el "ruralismo ilustrado" y convierten cada programa en una fiesta por el pueblo y desde el pueblo.

Un camino lleno de retos

El camino no está exento de obstáculos. La falta de conectividad y el problema de la vivienda son las principales dificultades que señalan las que quieren desarrollar su proyecto en un entorno rural. "Esa es la reivindicación que más nos dicen las mujeres", señala Pérez. "Hay muchas con ganas de venirse a vivir al pueblo, pero no hay vivienda".

Otro de los retos del proyecto es lograr que las propias protagonistas reconozcan el valor de sus historias. "Cuando les decimos que queremos entrevistarlas, todas nos dicen: 'Pero si yo no tengo nada que contar'", lamenta Castaño: "Hay que decirles: '¿Cómo que tu vida no sirvió para nada?'. El problema es que estaban invisibilizadas".