Los anillos de los árboles son "un archivo sobre el clima" que aportan información de hace varios milenios
- "Los árboles contienen una información fundamental", explica a RNE Rafael Calama, investigador del INIA-CSIC
- Permite entender los orígenes del cambio climático desde mucho antes de la existencia de las estaciones meteorológicas
Según los últimos recuentos, se calcula que en el mundo hay alrededor de tres billones de árboles. Más allá de formar parte de los paisajes, producir oxígeno, absorber dióxido de carbono y ser imprescindibles para la estabilidad de los ecosistemas; como nos ha explicado en Las Mañanas de RNE el ingeniero de montes Rafael Calama, los árboles también nos pueden contar su historia. "Los árboles en sus anillos contienen una información fundamental, no solo la edad sino también un archivo sobre el clima en el que los anillos se formaron" y ha ampliado otras posibilidades: "Se quedan grabadas posibles perturbaciones, la ocurrencia de incendios, de fenómenos meteorológicos extremos..., y en general, una prueba y un reflejo de las condiciones en las que el árbol creció".
Un bosque de hayas, otoño, Spessart, Baviera, Alemania, Europa GETTY
La 'dendrocronología' es la disciplina científica que estudia los cambios ambientales, registrados en los anillos de crecimiento anual de los árboles. Las especies de climas tropicales no permiten este estudio, ya que no dibujan los anillos por la poca diferencia entre estaciones. Sin embargo, es una información que se graba en árboles de tipo leñoso, más propios de latitudes templadas, como el pino. "Normalmente en nuestros climas templados, un anillo representa un año. Es verdad que puede haber excepciones, por ejemplo, si hay una helada tardía al comienzo de la primavera, se puede formar un segundo anillo porque hay una parada del crecimiento. Y en otras condiciones, si los inviernos son muy benignos y cálidos, puede llegar a no formarse ese anillo", afirmaba el doctor Calama, investigador del Instituto de Ciencias Forestales del INIA-CSIC.
Pero esto no queda ahí, ya que la formación de anillos no es uniforme. Los hay más claros, más oscuros; más anchos o más estrechos..., y esto, aplicado al estudio del clima, permite descubrir datos desde mucho antes de que existieran las estaciones meteorológicas, ha revelado Rafael Calama: "Un anillo ancho indica unas condiciones óptimas del crecimiento, normalmente relacionado con unas condiciones climáticas benignas, que para el crecimiento en nuestras latitudes suelen ser años húmedos. Un anillo estrecho suele estar muy asociado con un año de condiciones malas para el crecimiento, asociadas con sequías primaverales o sequías durante el período vegetativo".
Los anillos de un árbol GETTY
¿Se pueden leer los recuerdos de maderas muertas?
La respuesta a si se pueden leer los recuerdos de maderas muertas es que sí, y el potencial es enorme, ha enfatizado Calama: "Podemos juntar series de distintos árboles, que podamos encontrar vivos —de los que podamos extraer anillos con métodos no destructivos, mediante barrenas— y enlazar esas series de crecimiento, por ejemplo, con series que tengamos de madera que esté presente en construcciones, antiguos monumentos, catedrales..., y a su vez ir relacionando esas series climáticas e incluso enlazarlas con maderas fósiles. Con lo cual, podemos retrasar el conocimiento del clima hasta varios milenios".