Bruselas impulsa un plan de acción sobre el acero en pleno pulso comercial con Estados Unidos
- Plantea establecer medidas a "largo plazo" contra la "competencia desleal" y por la "defensa comercial"
- Se centra también en los altos precios de la energía con acuerdos de compras, "flexibilidad" en los impuestos y tarifas reducidas


La Comisión Europea ha presentado este miércoles su plan de acción sobre el acero y los metales, con el objetivo de reforzar la competitividad de una industria que considera crítica para el sector de la automoción, las tecnologías limpias y la defensa. En su pulso con Estados Unidos y China, propone medidas "a largo plazo" frente a la competencia desleal y el exceso de producción. También moviliza 750 millones de euros para su descarbonización, que se suman a las cuantías comprometidas para el Banco de Descarbonización Industrial, y anima a los Estados miembros a aliviar la volatilidad de los precios con "flexibilidad" en los impuestos y tarifas reducidas.
La iniciativa del Ejecutivo de Ursula von der Leyen llega en mitad del desencuentro con Donald Trump por los aranceles impuestos a las exportaciones de acero y aluminio de la Unión Europea. En su nota, Bruselas los tilda de "injustificados" —aunque sin citar directamente a Estados Unidos— y justifica las medidas también por los altos costes de la energía, la competencia mundial desleal y la necesidad de inversiones para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero.
El plan de acción recoge seis objetivos: garantizar el suministro energético, evitar las fugas de carbono, reforzar las capacidades europeas, promover el reciclaje, descarbonizar con menos riesgo y proteger el empleo.
Contra la competencia desleal y hacia la descarbonización
A la Comisión Europea le preocupa el "exceso" de producción y la "competencia desleal", que considera una "grave amenaza" para la rentabilidad y competitividad de los metales europeos. Así, más allá de responder a los aranceles estadounidenses y la sobreproducción china, el Ejecutivo comunitario propone mantener "a largo plazo" las medidas "de defensa comercial" y revisar la "norma de fundido y vertido" para, al determinar el origen de los productos metálicos, evitar que los exportadores las eludan.
Y en el camino a la descarbonización, Bruselas destinará 150 millones de euros a través del Fondo de Investigación del Carbón y del Acero en 2026-27, con otros 600 millones de euros dedicados al Pacto por una Industria Limpia. Todo ello se suma a los 100.000 millones de euros que se movilizarán a este fin a través del Banco de Descarbonización Industrial. Asimismo, el plan de acción contempla impulsar la demanda de metales de bajas emisiones producidos en la UE a través de la contratación pública.
Reducir emisiones: menos "fugas" y más reciclado
Pero en la transición a una industria más verde, Bruselas no quiere salir perjudicada frente a otros mercados ni permitir las llamadas "fugas de carbono", cuando empresas europeas trasladan su producción a países con políticas climáticas más permisivas. De este modo, se compromete a revisar y ampliar el ámbito de aplicación del Mecanismo de Ajuste de la Frontera de Carbono (CBAM), cuya razón de ser es garantizar la igualdad de condiciones y evitar que las industrias extracomunitarias "maquillen de verde" sus metales producidos con fuentes de energía altamente contaminantes. Para finales de 2025, promete una primera propuesta legislativa que incluya determinados productos derivados del acero y el aluminio, así como medidas adicionales contra la elusión.
Por otro lado, la Comisión Europea prevé fijar objetivos de reciclado de acero y aluminio, al tiempo que se evalúa si pueden ampliarse a otros productos, como los materiales de construcción o la electrónica. Además, estudiará medidas comerciales sobre la chatarra, clave en una industria descarbonizada, para garantizar su disponibilidad. Estas medidas para avanzar hacia una industria circular se relacionan de nuevo con una reducción de las emisiones y un consumo más eficiente de la energía.
"Flexibilidad" en los impuestos y tarifas reducidas ante el alto coste energético
Frente al desafío que supone el alto coste de la energía para un sector muy dependiente de ella, el plan de acción promueve las compras conjuntas y anima a los Estados miembros a aliviar la volatilidad de los precios con "flexibilidad" en los impuestos y tarifas reducidas. Por otro lado, apuesta por garantizar para estos sectores un acceso más rápido a la red energética y ampliar su uso de hidrógeno renovable y bajo en carbono.
Por último, Bruselas quiere salvaguardar los casi 2,6 millones de empleos que de forma directa e indirecta crea el sector y, para ello, promete políticas laborales activas para el desarrollo de competencias y una "transición laboral justa". Al mismo tiempo, un observatorio supervisará sus repercusiones.