Ciudad de México prohíbe la muerte de toros en las corridas y despierta las tensiones con los aficionados
- La nueva ley elimina el uso de banderillas, puyazos y la muerte del toro
- Los defensores de la tauromaquia consideran la medida un golpe a su tradición y sustento
Ciudad de México vivió el martes un día de contrastes en el mundo taurino. Mientras en la plaza de toros más grande del mundo, La México, se vivían momentos de tensión tras la cogida del torero Borja Jiménez, el Congreso local aprobaba una ley histórica que prohibía las corridas de toros tradicionales y las sustituía por unas "sin sangre".
La medida, apoyada por 61 votos a favor y solo uno en contra, elimina el uso de banderillas, puyazos y la muerte del toro. En su lugar, el animal será devuelto a la ganadería tras la faena. La medida, respaldada por la presidenta mexicana, Claudia Sheinbaum, y la alcaldesa de la capital, Clara Brugada, ha sido calificada como "histórica" por sus promotores, pero ha generado un fuerte rechazo entre los taurinos, que la consideran un golpe a su tradición y sustento.
El diestro Borja Jiménez fue trasladado de inmediato a la enfermería tras la cogida. Afortunadamente, su estado no reviste gravedad. Entretanto, el anuncio de la ley enfrentaba en las calles a defensores de la tauromaquia y a activistas por los derechos de los animales.
La tensión no se limitó a la plaza. En los alrededores del Congreso, aficionados, matadores y ganaderos se congregaron para protestar contra la ley, lo que derivó en altercados con la policía.
Con esta medida, la capital mexicana apuesta por un modelo de lidia sin sangre, buscando equilibrar la tradición taurina con el bienestar animal y preservar una industria que genera miles de empleos. Sin embargo, el debate entre arte, tradición y derechos animales está lejos de concluir en el país.
Taurinos protestan contra la nueva ley
Aficionados y promotores de la tauromaquia han expresado su rechazo a la medida que, a su juicio, consideran un golpe a su tradición y sustento.
El director de la organización Tauromaquia Mexicana, Pepe Saborit, declaró el martes a EFE que el próximo paso será realizar una lucha jurídica acudiendo a todas las instancias” para revertir la reforma. Entre los toreros presentes en la protesta destacó Juan Pablo Sánchez, quien se mostró “totalmente en contra” de la modalidad de corridas sin sangre. Sánchez anunció que la Asociación de Matadores de Lidia se reunirá pronto para definir una postura única frente a la nueva normativa.
El único diputado oficialista que votó en contra de la medida, Pedro Haces Lago, criticó la reforma durante su intervención en el Congreso, afirmando que “las prohibiciones o modificaciones sin conocimiento nunca han sido soluciones sostenibles ni viables”. Tras la votación, el legislador se reunió con los taurinos presentes y convocó a una mesa de trabajo improvisada con funcionarios del Gobierno de Ciudad de México, a la que asistieron cinco matadores, empresarios y ganaderos.
Sin embargo, los taurinos mostraron su descontento al finalizar la reunión. El asesor jurídico de Tauromaquia Mexicana, Salvador Arias, calificó el encuentro como una “pérdida de tiempo”, señalando que la postura del Gobierno parece inamovible.