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¿Por qué está lloviendo tanto este marzo? Un mes "extraordinario" que permitirá despedirse de la sequía

  • Probablemente a final de un marzo "extraordinariamente lluvioso" España pueda decir adiós a la sequía que arrastra desde 2023
  • Un "tren de borrascas" está detrás de récords históricos de lluvia en Madrid o Huelva

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¿Por qué está lloviendo tanto en marzo?
Desembalse de la presa de Casasola, en Málaga, donde se han desbordado los ríos Guadalhorce y Campanillas EFE/Jorge Zapata

Jana, Konrad, Laurence, y ahora Martinho. En apenas dos semanas, España ha vivido cuatro borrascas de alto impacto —aquellas con nombre— seguidas, sin apenas respiro. Las lluvias constantes han llenado los embalses de prácticamente todo el país y han hecho crecer los ríos hasta niveles máximos, como se ha visto en el Guadalquivir o el Manzanares.

Se trata de "un mes de marzo extraordinariamente lluvioso", según explica a RTVE.es Rubén del Campo, portavoz de la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet). En puntos como Huelva o Madrid se han batido récords históricos, y en la capital se trata del marzo más lluvioso de la serie histórica, que se remonta hasta hace un siglo, cuando ni siquiera ha acabado el mes. Las precipitaciones, sin embargo, han dado tregua en el norte.

No es, sin embargo, el marzo más lluvioso de la historia de España, indica Del Campo. Entre el 1 y el 18 de marzo se han acumulado en nuestro país 114 l/m², por detrás del récord alcanzado en el mismo mes de 2018, con 164,6 l/m². El mes en curso lo podría superar, eso sí, si sigue lloviendo.

Un "tren de borrascas" por un "bloqueo anticiclónico" en el mar del Norte

Pero, ¿por qué está lloviendo tanto durante este mes? Para encontrar la respuesta hay que viajar a un punto entre las Islas Británicas y Escandinavia, donde se ha formado un "bloqueo anticiclónico muy anclado" en esta zona, asegura José Miguel Viñas, meteorólogo de Meteored. 

Esta zona de altas presiones persistente en el mar del Norte hace que las borrascas atlánticas, fenómenos atmosféricos de bajas presiones, tengan que alterar su "ruta habitual" por el norte del Atlántico, que transcurre entre la península de Terranova en América, Islandia, las Islas Británicas y Escandinavia, señala Del Campo. Al encontrarse con anticiclones de bloqueo, "que a veces son muy duraderos y persistentes", las borrascas tienen que buscar "otra ruta para continuar su camino", y lo encuentran dirigiéndose hacia latitudes más meridionales, como la península Ibérica.

Se produce así un "tren de borrascas", es decir, "una sucesión de borrascas atlánticas que una tras otra van alcanzando nuestro territorio y van dejando lluvias a su paso", indica el experto de la Aemet. Este fenómeno es poco habitual, pero no inaudito. Ocurrió, por ejemplo, en marzo de 2018, y en 2021. Tras el paso de Filomena a principios de enero, en la segunda quincena de ese mes se encadenaron "cuatro borrascas en solo seis días", según Del Campo.

¿Está detrás el cambio climático?

Si este hecho está relacionado con el cambio climático es la "pregunta del millón", señala. A diferencia de las olas de calor, que tienen una relación mucho más clara con el calentamiento global, ya estudiada por la ciencia, aún no hay tantas evidencias que relacionen este hecho con borrascas como las actuales.

"Es verdad que hay algunos estudios que indican que el cambio climático y concretamente las altas temperaturas que se registran en las latitudes altas del hemisferio norte y las aguas cálidas del océano pueden estar favoreciendo estas situaciones de bloqueo anticiclónico", apunta el portavoz de Aemet.

Sin embargo, considera que hay que estudiar más a fondo hasta qué punto el cambio climático "modifica la dinámica atmosférica, porque es algo muy complejo"

En la misma línea se expresa Viñas. Aunque cree que este tren de borrascas entra dentro del "carrusel de anomalías" propio de un mundo con un clima alterado, no hay una relación clara entre un fenómeno y otro: "Nos falta todavía un punto de conocimiento para estar seguros de que lo que estamos observando en la dinámica atmosférica es el resultado de esa subida inexorable de la temperatura". 

Sí que hay más estudios que relacionan el aumento en la intensidad de precipitaciones con el calentamiento global. Los primeros estudios tras la dana de Valencia del pasado 29 de octubre, que dejó más de 200 muertos, indicaban que estos fenómenos eran el doble de probables y que dejaban lluvias más intensas por el cambio climático. La razón se encuentra en que el recalentamiento del mar genera más evaporación y proporciona más combustible a este tipo de tormentas.

Un alivio para la sequía, pero "sin bajar la guardia"

Más allá de las víctimas y los daños materiales que han dejado las borrascas, estas están teniendo un claro efecto positivo para paliar la sequía que varias zonas de España arrastra desde 2023. La capacidad de los embalses ha aumentado en dos semanas en ocho puntos, situándose al 60% en el caso de los de uso para consumo humano y agricultura, muy por encima del nivel del año pasado (45%) y también de la media de los últimos diez años.

Además, han llenado los embalses de las zonas más castigadas por la escasez: en las cuencas mediterráneas andaluzas, la de Guadalete-Barbate y las internas de Cataluña, que en apenas dos semanas han aumentado en 14 puntos porcentuales su nivel de reserva. Siguen, sin embargo, por debajo de su media de los últimos diez años.

"La sequía está reduciendo sus efectos y probablemente terminemos el mes de marzo ya fuera de la situación de sequía meteorológica que España venía padeciendo desde principios del año 2023", expresa Del Campo.

Esto ha llevado a que Andalucía hable ya de "relajar" la próxima semana las restricciones de abastecimiento y regadío y Cataluña ya lo haya hecho en algunas zonas, aunque sigue en alerta la región central, que abarca buena parte de Barcelona y Girona.

El portavoz de la Aemet celebra las buenas noticias para los embalses, pero recuerda que "es importante hablar de sequía cuando está lloviendo mucho, aunque pueda parecer paradójico", ya que pronto llegará el verano y aumentarán los usos del agua para agricultura y turismo. Además, advierte de que "el agua es un bien escaso", más en un clima mediterráneo como el nuestro, y aunque "ahora estamos en un periodo de lluvias intensas, sin duda llegará una nueva sequía".

"Es importante es que tengamos una sucesión de años bastante húmedos para permitir que Doñana se recupere medianamente"

Viñas también considera que "no hay que bajar la guardia" con la sequía. Más allá de esta época de abundancia, la tendencia provocada por el cambio climático es que se den temperaturas cálidas anómalas a lo largo del año, lo que aumentaría la evaporación. "Tan rápido como se han llenado los embalses, puede ocurrir el efecto contrario, que es la pérdida de humedad del suelo y del agua de los embalses por una evaporación muy alta", apunta.

Alerta, en este sentido, del fenómeno conocido como "sequías repentinas", que en "cuestión de semanas", por las altas temperaturas y la evaporación, podría llegar a provocar nuevas situaciones de escasez. Un fenómeno creciente, recuerda, por el cambio climático.