Recorrido de una bala: la trazabilidad armamentística
- Organizaciones internacionales demandan más control en las exportaciones
- Estados Unidos es el principal vendedor mundial de armas, con Israel como aliado clave
¿Qué pasaría si se le pusiese un GPS a cada arma fabricada en el mundo? En el Tratado de Comercio de Armas hay un área para registrar los casos de desvío de armas, pero no todos los países son igual de transparentes con estos datos. Por ejemplo, Amnistía Internacional ha registrado armas que provienen de Yemen en Sudán. También armas de Arabia Saudí en Yemen, un dato llamativo teniendo en cuenta que Arabia Saudí no se caracteriza por su exportación (según los informes), sino por su masiva recepción de armas estadounidenses.
"Cuando se trata de armas, la trazabilidad para determinar qué se suministra, desde dónde, en qué momento y cuánto puede ser muy difícil. Cuanto más grande sea el arma, más fácil de usar. Por ejemplo, los barcos se mueven por el agua, tienen nombres y números individuales. Los aviones son un poco más difíciles, pero a menudo obtenemos una buena imagen de fuentes abiertas.
Pero cuando se trata de cosas más pequeñas, como vehículos, tanques, se vuelve muy difícil. Y cuando se trata de cosas como la munición, incluidos los misiles, algunos países son muy abiertos sobre lo que importan o exportan. Pero otros países no lo son", ha explicado Siemon T. Wezeman, investigador principal del Programa de Transferencias de Armas del Instituto Internacional de Estudios para la Paz de Estocolmo.
¿Qué pasaría si se pudiese rastrear el recorrido de cada arma en el mundo? Alberto Estévez, especialista en armas de Amnistía Internacional España, responde a la pregunta: "Ojalá que se pudiera poner un GPS en ese tipo de exportaciones. Hemos descubierto que en muchas ocasiones los circuitos de exportación dan lugar a que en última instancia se desvíen armas".
53 países, fuera del Tratado de Comercio de Armas
El Tratado de Comercio de Armas entró en vigor el 24 de diciembre de 2014 y regula armas pesadas, convencionales, ofensivas, es decir, de ataque. "El tratado lo han ratificado alrededor del 70% de los países del mundo, concretamente 116. Están obligados jurídicamente a respetar la máxima de no vender armas para cometer atrocidades. 53 países no son parte de este tratado. Pero la mayoría de los principales productores están dentro y, por lo tanto, están obligados a respetar las reglas de juego", señala Estévez.
El tratado no incluye aspectos de financiación ni de transporte de las armas exportadas y tampoco prevé un mecanismo sancionador para quien viole sus disposiciones. "No se ponen excusas, no se da información, ni se justifican las exportaciones y licencias que los gobiernos hacen para las exportaciones", aseguran desde Amnistía Internacional España.
Las armas cortas y ligeras son las que representan el volumen más importante de armas utilizadas por grupos insurgentes y las que más víctimas provocan. "Según los últimos datos disponibles, entre 2015 y 2021, más de tres millones de personas murieron como consecuencia de homicidios. Es una cifra que empequeñece la de víctimas de los conflictos armados, que en ese mismo periodo, fue de 700.000", subraya Estévez.
Un informe de Amnistía Internacional ha puesto de manifiesto que en Sudán se están utilizando armas de China, de Emiratos Árabes Unidos, de Rusia, de Serbia, de Turquía y de Yemen. "Esto muestra que los controles necesarios no se están aplicando (...) Lo hemos visto también en el conflicto de Yemen con exportaciones de Arabia Saudí y de importaciones de otros países que han terminado en las manos equivocadas".
Estados Unidos, principal proveedor de armas
Precisamente esto es lo llamativo, que se encuentren armas exportadas por Arabia Saudí cuando este país no se caracteriza según los informes por su exportación, sino por la recepción masiva de armas de Estados Unidos, el mayor exportador mundial y el principal proveedor armamentístico de países como Catar, Japón, Corea del Sur, Reino Unido o Israel.
"Para Estados Unidos, Israel no es el mayor cliente en cuanto a volumen económico, pero es un aliado político muy importante. Es su puerta de entrada más fiable en Oriente Medio, incluso cuando usa las armas no como a los estadounidenses les gustaría que se usaran. Israel es el mayor receptor de ayuda militar estadounidense y eso es algo que continuará. Es muy difícil para Estados Unidos decir que no", dice Wezeman.
Según el último informe del Instituto Internacional de Estudios para la Paz de Estocolmo, entre 2020 y 2024 Estados Unidos exportó más del 40% de las armas en todo el mundo y su receptor más importante fue Ucrania.
"Una parte son armas que están al final de su vida útil y que han sido desechadas. Estas armas son las que se entregaron a Ucrania. Es una de las razones por las que pudo hacerse tan rápido. Muchas de ellas estaban listas para usarse y los países europeos ya estaban planeando reemplazarlas por armas nuevas", explica Wezeman.
El debate del rearme en Europa
En los últimos cuatro años, Europa ha incrementado su importación en un 155%. El gasto en defensa ha escalado a lo alto de todas las agendas europeas. "En 2030 tendremos que tener una industria de defensa fuerte", dice la presidenta de la Comisión Europea, Ursula Von der Leyen.
"Europa está apostando por un rearme claro, 800.000 millones de euros es una cantidad astronómica y ojalá se dedicara para proteger los derechos humanos. Va a tener implicaciones importantes en la fabricación de armas en Europa. Esperemos que no en la exportación, pero habrá que verlo", dice Estévez.
Para Amnistía Internacional la clave es controlar esta trazabilidad. "Hay que garantizar que las armas exportadas no se desvían. Hay que establecer medidas que permitan verificar que no se usan de forma contraria al derecho internacional".
El artículo siete del Tratado establece que cada Estado es quien evalúa, antes de autorizarla, si una exportación puede contribuir a la paz o menoscabarla. En la práctica, varias ONG denuncian que las exportaciones hechas con fines humanitarios a menudo se utilizan como una forma más de injerencia militar en conflictos armados.