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¿Cuánto deberías ahorrar al mes? Esto es lo que los expertos recomiendan

  • El autor del libro Ten peor coche que tu vecino, Luis Pita, nos da algunos consejos sobre qué hacer con nuestro dinero
  • En el programa Economía de bolsillo nos explica por qué es importante calcular nuestro ahorro en forma de porcentaje

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Expertos en finanzas insisten en la importancia de calcular el ahorro en porcentaje en lugar de cifras absolutas.
Expertos en finanzas insisten en la importancia de calcular el ahorro en porcentaje en lugar de cifras absolutas. ISTOCK

Mientras que muchas personas hablan de ahorrar cien, mil o incluso un millón de euros, expertos en finanzas insisten en la importancia de calcular el ahorro en forma de porcentaje en lugar de con cifras absolutas.

El programa Economía de bolsillo de RNE nos enseña por qué lo hacen y por qué también nosotros deberíamos empezar a calcularlo de esta manera.

El programa ha contado con la ayuda de Luis Pita, autor del libro Ten peor coche que tu vecino. El experto, para ilustrar esta idea, plantea un ejemplo concreto: "Imagínate que una persona te dice: Oye, estoy ahorrando 500 euros al mes. Si sus ingresos son 1.000 euros mensuales, es un superahorrador. Pero si en cambio gana 10.000 euros al mes, esos 500 euros de ahorro ya no parecen una cantidad tan significativa".

¿Cuál es el porcentaje de ahorro ideal?

¿Cómo podemos calcular nuestro porcentaje de ahorro? La fórmula es muy sencilla: hay que dividir la cantidad que se ahorra cada mes entre el sueldo mensual y multiplicarlo por 100. Siguiendo este método, si una persona ahorra 100 euros al mes y su salario es de 1.000 euros, el cálculo sería: 100 dividido entre 1.000, lo que da 0,1. Luego, al multiplicarlo por 100, se obtiene un 10%.

A la hora de establecer un porcentaje ideal de ahorro, Pita recomienda empezar con un 5% del salario. Según el experto, este pequeño porcentaje permite acostumbrarse al hábito del ahorro sin afectar significativamente la calidad de vida.

Una vez adquirido el hábito, se puede aumentar gradualmente hasta un 10% o un 15%, dependiendo de cada situación personal. A partir de ahí, algunas personas logran ahorrar hasta un 30%, mientras que otras encuentran un límite más bajo.

Aunque existen referencias como la regla del 50/30/20 —que recomienda destinar un 50% de los ingresos a necesidades básicas, un 30% a ocio y un 20% al ahorro—, la clave está en encontrar el equilibrio adecuado para cada persona. Al final, asegura Pita, cada persona debe determinar cuál es el porcentaje que le permite ahorrar sin comprometer su calidad de vida.

El ahorro cambia según la etapa de la vida

Para algunos, ahorrar la mitad de sus ingresos puede parecer una meta inalcanzable, pero lo cierto es que muchas personas lo consiguen, especialmente los jóvenes que aún viven con sus padres y tienen menos gastos fijos.

Algunas personas buscan construir un buen colchón financiero, mientras que otras tienen objetivos concretos, como comprar una vivienda sin necesidad de hipoteca o alcanzar una mayor libertad económica en el futuro.

Sin embargo, la capacidad de ahorro varía a lo largo del tiempo. Mientras que una persona joven que vive con sus padres puede ahorrar sin grandes dificultades, la situación cambia cuando se adquieren mayores responsabilidades, como una hipoteca o una familia a la que mantener.

Pita subraya que cada persona debe fijar su propio porcentaje de ahorro en función de su etapa vital y situación económica.

La mejor técnica es el "preahorro"

Para quienes ya han incorporado el hábito del ahorro y quieren aumentarlo, Luis Pita habla de dos estrategias principales a seguir: una más difícil y otra más sencilla.

La primera opción consiste en revisar los gastos y reducir algunos de ellos para liberar una mayor cantidad de dinero cada mes. Se trata de analizar el presupuesto y eliminar ciertos desembolsos que no sean imprescindibles, lo que puede requerir cierto esfuerzo y sacrificio.

La alternativa más efectiva para el experto es el "preahorro". En lugar de ahorrar lo que sobra a final de mes, este método consiste en programar una transferencia automática a principios de mes, de modo que una parte del sueldo se destine directamente al ahorro antes de que haya oportunidad de gastarlo.

Esta estrategia permite aumentar el porcentaje de ahorro de manera casi imperceptible. Al reducir la cantidad de dinero disponible en la cuenta corriente desde el inicio del mes, los gastos se ajustan automáticamente sin necesidad de hacer grandes esfuerzos.

El impacto emocional de las compras impulsivas

El comportamiento de compra no siempre está ligado a necesidades reales, sino que, en muchas ocasiones, responde a emociones. Cuando una persona se siente triste es común recurrir a la compra de objetos como una forma de gratificación instantánea.

Este comportamiento tiene una base neurológica, ya que cada vez que se compra algo, el cerebro libera dopamina. Esta reacción hace que la compra produzca una sensación inmediata de bienestar, lo que refuerza la conducta.

El problema, según Pita, surge cuando se desarrolla una dependencia de esta sensación y se cae en compras compulsivas. El experto asegura que usar las compras como un mecanismo para manejar las emociones puede llevar a la frustración cuando, pasado el efecto de satisfacción inicial, nos enfrentamos a la realidad de haber gastado más de lo necesario.

El peligro de comprar a plazos

Ahorrar para compras importantes como un ordenador o unas vacaciones no solo ayuda a no endeudarse, sino que también evita caer en la trampa del pago a plazos.

Luis Pita expone que pagar con crédito implica dos problemas principales: por un lado, se generan intereses, lo que encarece el producto final; por otro, se tiende a gastar más de lo previsto, ya que el foco se pone en la cuota mensual en lugar del coste total del artículo.

Este mecanismo se observa claramente en la compra de coches, donde las financieras presentan opciones de pago en cuotas que hacen parecer más accesibles productos de alto precio.

En lugar de analizar el valor total del bien, el consumidor se fija en si puede asumir la cuota mensual, lo que puede llevarlo a adquirir productos más caros de lo que realmente necesita o puede permitirse. Por ello, el experto recomienda centrarse en el precio final de los productos y evitar el pago a plazos siempre que sea posible.