Dos de cada diez jóvenes tutelados o extutelados en Cataluña estudia y trabaja
- El informe sobre la situación laboral y de emancipación de la encuesta FEPA 2023 indica que el 42,4% de los jóvenes trabaja
- Los jóvenes tutelados o extutelados se ven forzados a emanciparse una década antes que la media española
Dos de cada diez jóvenes tutelados o extutelados en Cataluña compagina el trabajo con los estudios, un porcentaje por encima de la media que los jóvenes no tutelados. Así lo indica el informe sobre la situación laboral y de emancipación de la encuesta FEPA 2023, que muestra que el 42,4% de los jóvenes en esta situación trabaja.
El director del informe, Jordi Sàlvia, destaca la importancia de analizar estos datos en profundidad por la situación vulnerable de estos jóvenes, que se ven abocados en muchos casos a trabajar y estudiar por necesidad. La encuesta, elaborada con una muestra de 3.124 jóvenes de 16 a 25 años, refleja que España registra desde hace años un cambio de tendencia en el perfil joven.
La urgencia para emanciparse
El 22,1% de los jóvenes tutelados o extutelados trabaja y estudia a la vez. Una tendencia al alza, según indica el estudio, que se explica por su "compromiso" con su proyecto de vida, pero también por las "grandes dificultades que afronta para emanciparse”.
En este sentido, el director de FEPA matiza que la mayoría de jóvenes en esta situación "lo hace para ayudar económicamente en casa, pagarse los estudios o disponer de dinero propio". "Si lo hace en mayor proporción es por la urgencia de poder ahorrar y afrontar una emancipación precoz y forzada”, asegura.
Es el caso de Doudou, que llegó a España en patera a los 14 años. Viene del Senegal y su sueño era jugar a fútbol. Vivió en un centro residencial tutelado para menores y ahora, con 19 años, comparte piso y ha estado trabajando y estudiando. Aunque ahora está en el paro, está activo en procesos de selección.
El estudio destaca que la edad de emancipación de la población en general cada vez se retrasa más, situándose en Cataluña en los 29,82 años. Pero en el caso de las personas ex tuteladas, esta etapa se inicia casi una década antes, entre los 21 y los 23 años.
El salario, la principal fuente de ingresos
Una de las cosas que resalta del estudio es que la remuneración por el trabajo es la principal fuente de ingresos para el 33,7% personas tuteladas y ex tuteladas, seis puntos más que los que se sustentan principalmente de las prestaciones específicas por su condición.
Un dato que preocupa a FEPA es que del total de personas atendidas en programas de acompañamiento a la emancipación, casi dos de cada diez no tienen ningún ingreso ni se beneficiaría de ninguna prestación. A pesar de esto, solo el 0,09% cobra el Ingreso Mínimo Vital.
"Poner el umbral general en los 23 años o exigir a las personas ex tuteladas que hayan estado al menos tres años en el sistema de protección para poder solicitarlo, deja fuera a personas que responden al perfil para el cual se creó”, explica Salvia. Por eso, el director de FEPA pide a la administración "que no sea una edad el que ponga fin al acompañamiento, sino cumplir unos objetivos que son la emancipación".