Cabo Verde, el país africano con herencia portuguesa que se define con la palabra 'morabeza'
- El archipiélago africano consta de 15 islas y se sitúa a 1.000 kilómetros al sur de las Islas Canarias
- Antigua colonia portuguesa, fue uno de los mayores puertos de tráfico de esclavos
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Cabo Verde es música, añoranza, playas de arenas blancas y negras, imponentes montañas verdes, clima árido pero gente hospitalaria con un toque de nostalgia. Cabo Verde es morabeza, la palabra de origen criollo que define este país africano.
Las quince islas que componen este archipiélago de origen volcánico, representadas con quince estrellas en la bandera del país, se sitúan a unos 600 kilómetros al oeste de Senegal y a unos 1.000 al sur de las islas Canarias. Apenas medio millón de personas puebla esta república democrática, de las que 142.000 viven en la capital del país, Praia, en la isla de Santiago. Mindelo (Isla de San Vicente) y Santa María (Isla de Sal) son las siguientes ciudades más importantes del país.
Este lunes, la reina Letizia, aterrizó en Cabo Verde, donde visitará varios proyectos que desarrolla en el país la Agencia de Cooperación Española.
Un destino turístico, pero con escasez de recursos
La lengua oficial es la portuguesa, herencia colonial, pero los caboverdianos se comunican en criollo (kriolu), su lengua materna. Este idioma es solo hablado y no tiene reglas, pero cada vez es más común escucharlo en discursos oficiales de los dirigentes del país.
En 1990, quince años después de conseguir su independencia, Cabo Verde se convirtió en una democracia pluripartidista. Desde entonces, ha encabezado los rankings de libertad política y derechos civiles. Su estabilidad y seguridad es algo remarcable dentro de la violencia que marca el día a día de más de la mitad de los países del continente africano.
La ubicación de Cabo Verde fomenta el comercio, uno de los principales pilares de su economía, junto con el turismo y los servicios públicos. Sus paisajes los visitan cientos de miles de turistas cada año, atraídos por sus playas, rutas, y deportes acuáticos como la pesca deportiva, el esnórquel o un chapuzón con tortugas marinas.
Los recursos naturales, sin embargo, escasean. Cerca del 75% de los alimentos que se consumen en las islas son importados. La falta de agua es algo crónico y las prolongadas sequías agravan el problema. La pobre calidad del suelo y las inundaciones irregulares no favorecen la agricultura ni la ganadería, a pesar de que el 70% de su población vive en el medio rural. La pesca también está por explorar, aunque el Gobierno está decidido a fomentar este sector.
La cachupa, plato tradicional del país
Los mercados de las calles caboverdianas son pura explosión de color. Se pueden encontrar mangos, boniatos, hierbas aromáticas, pollos y, por supuesto, pescado fresco directo de las aguas atlánticas: atún, pez vela, langosta, marlín azul.
Entre sus puestos se consiguen todos los ingredientes para cocinar el plato estrella de la isla: la cachupa. Este guiso a base de maíz, frijol, verduras y carne o pescado se cocina a fuego lento durante varias horas y se suele servir en ocasiones especiales. También, para reunir a toda la familia alrededor de la mesa.
La cachupa es una fusión entre África y Europa: mezcla los sabores de ambos continentes. La historia dice que la receta nació entre los esclavos que llegaban de África al archipiélago. Recogían lo que encontraban para poder cocinar algo y sobrevivir. A la receta se fueron añadiendo los alimentos que importaban a la isla comerciantes y colonos portugueses, como salchichas, patatas y tocino. Un plato que ahora saborea todo caboverdiano, independientemente de su clase social.
Uno de los mayores puertos de venta de esclavos
En su ruta hacia las Indias a través de la costa africana en el siglo XV, los portugueses se toparon con este archipiélago. Pisaron tierra por primera vez en 1456 y se encontraron con unas islas vírgenes, deshabitadas y repletas de naturaleza y playas infinitas. Los cronistas de la época lo describieron como un manto verde y exuberante, de ahí el nombre del país.
Los recursos ya escaseaban y el clima no era el más propicio, pero su ubicación geográfica era estratégica, tanto para explorar el continente africano como de base en la ruta hacia las Américas. La Corona portuguesa entonces empezó a traer esclavos del continente para que trabajasen en las plantaciones del archipiélago. Pronto, la isla de Santiago, la primera que colonizaron los portugueses, se convirtió en uno de los principales puertos de tráfico de esclavos hacia América, según la Unesco.
En la Autovía Nacional de Cidade Velha, a apenas 15 kilómetros de Praia, la capital de Isla de Santiago, se erige en primera línea de playa y coronando la plaza municipal el pelourinho (picota en portugués), una columna de mármol con una anilla de metal a cada lado. Era donde encadenaban a los esclavos "rebeldes" y les castigaban públicamente.
Los barcos negreros llegaban a las costas de Cabo Verde llenos de esclavos procedentes de Sierra Leona y Guinea. La mayoría continuaban su viaje al continente americano, pero otra parte se quedaba en la isla. El paso de los años, la mezcla entre esclavos y colonos portugueses y el auge de la trata de personas hizo que Cabo Verde se convirtiera una de las primeras sociedades criollas desarrolladas del mundo.
50 años de la independencia de Cabo Verde
La abolición de la esclavitud en las islas, en 1876, provocó el declive económico. Le siguió la disminución del comercio de algodón y una hambruna de siete años durante la década de 1940 ante la cual la Corona portuguesa no hizo nada.
En 1956, en plena ola reivindicativa por la independencia de los pueblos africanos, nace el Partido Africano para la Independencia de Guinea [Bisáu] y Cabo Verde (PAIGC). Fue fundado por el marxista Amílcar Cabral con la intención de liberar de la opresión portuguesa tanto a Guinea-Bisáu como a Cabo Verde. Cabral reivindicaba la unión entre ambos países, con una unidad política y una economía complementaria.
En seis años, la guerrilla de Cabral, formada en 1961 con militantes guineanos y caboverdianos, había liberado más del 60% del territorio de Guinea-Bisáu, desde donde se luchaba también por la independencia de Cabo Verde.
La caída de la dictadura portuguesa del general Salazar tras la Revolución de los Claveles de 1974 fue lo que propició el fin del imperio portugués en África. Guinea-Bisáu consiguió el estatus de independencia de la Corona en 1974 y un año después lo hicieron el resto de colonias portuguesas: Mozambique, Angola y Santo Tomé y Príncipe.
También Cabo Verde.
Morabeza, el sentimiento que define la identidad de Cabo Verde
Difícil de traducir, más fácil de sentir, morabeza es la palabra que define el espíritu y la esencia caboverdiana: una filosofía de vida que se basa en bajar el ritmo, apreciar las pequeñas cosas, y disfrutar de la amabilidad y sonrisas de sus gentes.
Y la cantante Cesária Évora es la personificación de morabeza.
Cabo Verde, ya espero mucho
(...)
En esta canción triste mía
(...)
Mi fe, mi esperanza es ir lejos
Es ir a una tierra grande, tierra de felicidad
Símbolo de la cultura caboverdiana, la llamaban La diva de los pies descalzos por su habitual gesto de subirse a los escenarios a cantar así en una muestra de solidaridad con la gente de su pueblo que no tenía un techo bajo el que dormir. Vendió más de cinco millones de discos y en 2004 ganó el Grammy a Mejor Álbum.
Évora era, y es, conocida como la Reina de la morna, género musical típico del archipiélago que mezcla el fado portugués, la modinha brasileña, el tango argentino y el lamento angoleño. Su música es una oda a la melancolía, algo que distingue a este pueblo africano, separado durante siglos obligado a emigrar para buscar un futuro.