El Tribunal Supremo de Brasil vota a favor de que Bolsonaro sea juzgado por presunto intento de golpe de Estado
- Todos los miembros de un panel de cinco jueces se han posicionado para que el expresidente sea sometido a juicio
- Si es declarado culpable, el exmandatario podría enfrentarse a una pena de más de dos décadas


Los jueces del Tribunal Supremo de Brasil que revisan los cargos contra el expresidente Jair Bolsonaro han votado por unanimidad a favor de que sea juzgado por presuntamente conspirar para derrocar al Gobierno después de perder las elecciones de 2022. El juicio, aún sin fecha determinada, está previsto para finales de este año y, si es declarado culpable, Bolsonaro podría enfrentarse a una larga pena de prisión de más de dos décadas.
La Fiscalía acusó a Bolsonaro y a otros 33 sospechosos en febrero de tratar de anular los resultados de las elecciones de 2022, en las que el actual presidente, Luiz Inácio Lula da Silva, salió victorioso. Según la acusación, la conspiración desembocó en la invasión violenta de las sedes del Supremo, el Congreso y la Presidencia, pocos días después de la toma de posesión de Lula.
El expresidente, que no ha estado presente en la audiencia de este miércoles, ha tachado el proceso de un "teatro procesal disfrazado de Justicia", tal y como ha afirmado en una publicación en redes sociales. "No es un proceso penal, sino un proyecto de poder que pretende interferir en la dinámica política y electoral del país", ha asegurado Bolsonaro. "Cuanto más pisotean reglas, plazos y garantías para intentar eliminarme, más evidente se hace su miedo a las urnas y a la voluntad popular", ha afirmado.
Además, defiende que se están dando "prisa" para acelerar el proceso en su contra e impedirle disputar las elecciones presidenciales de 2026 en las que, asegura, nadie lo vencería. "Todos saben que, con mi nombre en la carrera, mi victoria y la conquista de la mayoría en el Senado son resultados ineludibles", ha dicho Bolsonaro.
El 8 de enero de 2023, pocos días después de la toma de posesión de Lula, miles de bolsonaristas asaltaron las sedes del Gobierno, del Parlamento y del Tribunal Supremo brasileños, desatando una crisis política que no se veía en el país desde el golpe de Estado de 1964. Los seguidores extremistas del expresidente destruyeron todo lo que se encontraban a su paso en los edificios de las instituciones brasileñas después de semanas acampados frente a cuarteles pidiendo un golpe militar.
Los delitos por los que Bolsonaro será juzgado están castigados con penas que van de seis meses a 12 años de prisión cada uno, aunque la ley brasileña limita a 30 años la privación de libertad. El más grave de todos, con una pena de cuatro a 12 años, es definido por la ley como el "intento de deponer, por medio de la violencia o amenaza grave, al Gobierno legítimamente constituido"; pero también está juzgado por intento de abolición violenta del Estado democrático de derecho, organización criminal armada, deterioro de patrimonio protegido y daño calificado contra patrimonio público.
Los jueces de la Sala Primera del Supremo han votado contra Bolsonaro y otros siete acusados que conforman el denominado núcleo de la conspiración golpista, un grupo en el que figuran militares de alto rango y antiguos ministros del Gobierno del ultraderechista (2019-2022).
Los jueces ven "indicios razonables" para señalarle como líder de la trama
El magistrado Alexandre de Moraes, instructor del caso, ha sido el primero en votar a favor al considerar que hay "materialidad" e "indicios razonables" en la acusación presentada por la Fiscalía, que señala a Bolsonaro como líder de la trama golpista, y ha afirmado que la denuncia detalla la participación del ex jefe de Estado en los actos citados.
"Tuvimos un intento de golpe de Estado violentísimo (...) una violencia salvaje, con petición de intervención militar para un golpe de Estado", ha dicho De Moraes al argumentar su voto. El juez ha defendido que "la organización criminal siguió todos los pasos necesarios para derrocar al Gobierno legítimamente electo" en un objetivo que "no se concretó" por "la resistencia de los comandantes del Ejército y la Fuerza Aérea las medidas de excepción".
Moraes es un magistrado repudiado entre el círculo que rodea a Bolsonaro, que lo tacha de "dictador" y la defensa del expresidente ha intentado en vano que fuera recusado. Tampoco ha podido excluir a otros dos miembros del tribunal, uno de los exministros de Lula, Flavio Dino, y el ex abogado del actual jefe de Estado, Cristiano Zanin. El panel lo completan Luiz Fux, que fue postulado en 2011 para el Supremo por la entonces presidenta, Dilma Rousseff, y la única mujer, Cármen Lúcia Antunes, elegida por Lula durante el primero de sus mandatos.
Dino, el segundo juez en votar, ha resaltado que hubo alegatos orales "que concuerdan con la materialidad" de los hechos, mientras que Fux ha afirmado que fue una denuncia "amplia y bien elaborada". Antunes ha defendido que "la dictadura mata" y ha señalado que el Estado democrático de derecho es un logro que requiere de "vigilancia constante". Por su parte, Zanin, el presidente del órgano colegiado, ha asegurado que la Corte cuenta con "hechos capaces de constituir los delitos que fueron narrados por la Fiscalía".
Lula pide "que se haga justicia"
El presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, ha pedido este jueves "que se haga justicia" en el proceso penal abierto. En una rueda de prensa celebrada en Tokio al término de su visita de Estado a Japón, el líder ha aplaudido la decisión de la máxima instancia judicial.
"No tiene sentido que ahora haga tanto ruido diciendo que lo están persiguiendo", ha dicho Lula en alusión a las declaraciones de Bolsonaro que cuestionan la imparcialidad de los jueces y les acusa de tener motivaciones "personales" contra él.
"Todo el mundo sabe lo que pasó en Brasil. Y él también sabe lo que hizo", ha añadido el líder progresista, quien también ha afirmado que Bolsonaro debería limitarse a "demostrar su inocencia" en lugar de a reclamar la amnistía o apuntar a una persecución judicial.
Lula, no obstante, ha defendido la presunción de inocencia de Bolsonaro que él mismo "no tenía", ya que le prohibieron presentarse a los comicios de 2018. "Así que sólo espero que se haga justicia. Los brasileños también necesitan saber que la Corte Suprema está cumpliendo su papel", ha recalcado.
El Partido de los Trabajadores (PT) de Brasil, que lidera Lula, también ha aplaudido la decisión del Supremo y ha afirmado que se trata de un "momento único" para la historia del país que servirá para "procesar y juzgar a los responsables de atentar contra el Estado democrático de derecho", según afirma un comunicado del jefe de la formación, el senador Humberto Costa.
"¡Día histórico! Hoy, Brasil inició un proceso de justicia y reparación: puso a Bolsonaro y a otros siete de sus secuaces golpistas en el banquillo de los acusados", ha indicado el político en una publicación compartida en X en la que se refiere a Bolsonaro como "el líder inelegible de la organización criminal armada".