Stefan Zweig declara su amor a la lectura en 'El vendedor de libros viejos'
- Ediciones Ulises publica tres cuentos del autor de El mundo de ayer
- Zweig anticipa un mundo de analfabetos, antes literales y ahora digitales


"Tres veces me han arrebatado la casa y la existencia, me han separado de mi vida anterior y de mi pasado, y con dramática vehemencia me han arrojado al vacío...", Stefan Zweig.
Nacido en Viena en 1881, Stefan Zweig fue un novelista excepcional y su prosa elegante brilla también en sus cuentos. Ediciones Ulises ha publicado El vendedor de libros viejos, una recopilación de relatos breves enhebrados por el amor del escritor a la lectura.
"Los libros son la puerta al mundo", "El vendedor de libros viejos", "La colección invisible" y "Gracias a los libros" son los textos escogidos en esta recopilación de cuentos para bibliófilos, traducida por Aurora Rice y prologada por Fernando Iwasaki, en el tercer sello de la Editorial Renacimiento.
Libros prohibidos y quemados
Un pacifista entre dos guerras mundiales, un judío en pleno auge del nazismo, un europeo del imperio austrohúngaro, doctor en filosofía e intelectual a carta cabal, Zweig sufrió en sus carnes un destino parecido al de sus personajes. El librero Jacob Mendel es prisionero en un campo de concentración en la Gran Guerra y pierde su prodigiosa memoria, mientras que el escritor tuvo que exiliarse en Zúrich, en Londres y en Brasil para escapar de los conflictos bélicos que asolaban Europa.
Tras huir de Austria por el ascenso de Hitler, la casa de la familia Zweig fue saqueada y sus libros quemados al ser etiquetado como "no ario". De hecho, sus libros fueron prohibidos en Alemania y también en Italia por el régimen fascista de Mussolini.
La obra del escritor vienés contibuye a comprender la cultura europea, sobre todo en El mundo de ayer. Memorias de un europeo, su autobiografía póstuma, una lectura imprescindible para conocer el viejo continente. Un espacio, para Zweig, indisolublemente unido a los cafés, las tertulias, la reflexión y la elevación del espíritu.
Un europeo analfabeto
En el cuento "Los libros son la puerta al mundo", el narrador se asombra al encontrarse con Giovanni, un joven y apuesto marinero italiano que no sabe leer, y confiesa que es incapaz de meterse en el cerebro "de un europeo que jamás había leído un libro; era como el sordo incapaz de concebir la música a partir de una mera descripción".
Ediciones Ulises
"Está encerrado en sí mismo, porque nada sabe de libros; su vida es gris, troglodita", una descripción que ahora podría valer para cualquiera con la atención secuestrada por una pantalla. Añade el escritor: "Ninguna lámpara eléctrica emite una luz como la que procede de tantos panfletillos, y ninguna corriente creada por la técnica iguala la que llena el alma en contacto con un libro".
Zweig cultivó también el ensayo, escribió biografías deslumbrantes de personajes como María Antonieta o Fouché, el genio tenebroso, adaptado por Kim al cómic, y fue también un estimable poeta. Libretista de óperas de Strauss, una maldición parecía cernirse sobre su teatro, dos actores, un amigo cercano que tradujo una de sus obras y un dramaturgo fallecieron mientras estaban ensayando algunas de sus obras.
Lector impaciente y temperamental, su prosa precisa nunca se demora en descripciones prolijas o diálogos vacuos. Zweig era políglota y tradujo al alemán a escritores franceses como Baudelaire, Verlaine o Romain Rolland, mientras que sus textos se han traducidos a más de 50 idiomas.
Delicada salud mental
Periodista, viajero, estudioso, rechazó el nacionalismo y trabajó durante 20 años en Momentos estelares de la humanidad, su particular visión de la historia y uno de sus libros más vendidos. En sus novelas y cuentos, destaca la cuidada construcción psicológica de los personajes. Así narra la vuelta del librero a su mesa del Café Gluck, tras su paso por un campo de prisioneros civiles:
"Mendel ya no era Mendel, igual que el mundo ya no era el mundo. Ya no se mecía hacía delante y hacía atrás mientras leía, absorto, sino que se quedaba mirando al vacío, las gafas dirigidas mecánicamente hacia el libro, y nadie sabría decir si leía o simplemente pensaba en cosas terribles".
Nacionalizado británico, Zweig empezó una nueva vida en Brasil con su segunda mujer, Lotte, pero después de la caída de Singapur, el temor de un nuevo orden mundial bajo la hegemonía del nazismo, la grave depresión de él y el asma crónica de ella les llevó a suicidarse el 22 de febrero de 1942 en Petrópolis.
"Creo que es mejor finalizar en un buen momento y de pie una vida en la cual la labor intelectual significó el gozo más puro y la libertad personal el bien más preciado sobre la Tierra", Stefan Zweig.