Si Suárez fue actor principal en la gestación de la democracia en España, compartió papel y protagonismo con otros líderes.
Aunque se centró sobre todo en la política española, Adolfo Suárez también aplicó el 'suarismo' en sus relaciones con las personalidades extranjeras.
El inquilino de La Moncloa, el presidente del Gobierno, procuraba sacar tiempo para volver a ser el vecino de Cebreros y el padre de familia.
Más de 30.000 ciudadanos pasan por la capilla ardiente del primer presidente de la democracia actual. Por el Congreso de los Diputados han pasado también los reyes, los príncipes, el presidente del Gobierno y los expresidentes, entre otros.
Suárez es despedido con honores militares en Madrid y es enterrado en la catedral de Ávila junto a su mujer con el epitafio "La concordia fue posible".
Los reyes y los príncipes asisten al funeral de Suárez en La Almudena. El presidente del Gobierno coincide con los expresidentes González, Aznar y Zapatero.