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En su última parada en Papúa Nueva Guinea, el papa ha visitado una pequeña localidad remota donde se ha reunido con fieles católicos y un grupo de misioneros argentinos. Horas antes, el pontífice ha oficiado una misa multitudinaria en la capital del país. Este lunes mantendrá un encuentro con jóvenes y viajará a su tercer país dentro de su gira por Asia-Pacífico: Timor Oriental.

Foto:  El papa Francisco ataviado con un tocado papú asiste a un encuentro con los fieles de la diócesis de Vánimo, Papúa Nueva Guinea (EFE/ALESSANDRO DI MEO)

Los familiares de las más de 2.000 personas sepultadas por un enorme deslizamiento de tierra en una localidad remota de Papúa Nueva Guinea continúan esperando la llegada de ayuda mientras intentan llegar a los desaparecidos con palas, bastones e incluso con sus propias manos. Mientras, la ONU estima que hay 7.849 personas afectadas por el alud de tierra ocurrido tras un fuerte terremoto el viernes 24 de mayo en la provincia de Enga, al norte del país.

Tanto China como Nueva Zelanda y Australia han prometido que enviarán ayuda al país insular en el que viven nueve millones de personas, la mayoría en extrema pobreza. Sin embargo, la remota ubicación de la zona afectada, la inestabilidad del terreno y la violencia tribal están dificultando las labores de rescate y recuperación de cuerpos.

Una avalancha de tierra y rocas en un radio de más de 200 kilómetros cuadrados ha dejado varias aldeas sepultadas en Papúa Nueva Guinea. El desastre ocurrió de madrugada tras un terremoto, en una provincia rural a 600 kilómetros de la capital del país. Allí vivían, según el censo, 4.000 personas. 700 podrían haber muerto según una agencia de la ONU. Hasta el momento solo se han podido recuperado cinco cadáveres.

Foto: Mohamud Omer/International Organization for Migration/AFP

Phillip Mehrtens, un piloto de Nueva Zelanda que fue tomado como rehén el mes pasado por rebeldes en la región de Papúa, en Indonesia, ha reaparecido en un vídeo publicado por sus secuestradores. Aseguran que no lo soltarán hasta que la región se independice de Indonesia y piden a las Naciones Unidas que medien en el conflicto.

El neozelandés fue secuestrado por el brazo armado de Free Papua Movement (OPM) el 7 de febrero después de aterrizar en una pista de aterrizaje en el distrito de Nduga, una aldea remota.

Papúa, la mitad occidental de la isla de Nueva Guinea, ha sido testigo de la insurgencia separatista desde que la región que fue gobernada por Países Bajos quedara bajo el control de Indonesia tras una votación supervisada por la ONU en 1969 que, según los separatistas, fue fraudulenta.

La toma de rehenes de extranjeros no es habitual en la región, pero el conflicto se ha intensificado desde 2018, con ataques rebeldes cada vez más letales y frecuentes.

El primer ministro británico Boris Johnson podría tener los días contados. Hablamos de energía nuclear y de soberanía energética europea con nuestros corresponsales en Bruselas y París. Entrevista a Carles Senso, coautor del libro " Identidad Migrante". Además, estamos en Papúa Nueva Guinea, Ecuador, Perú, India, Australia y muchos otros lugares.

El pian es una enfermedad tropical desatendida crónica, similar a la sífilis, que afecta principalmente a la piel y los huesos de los niños y que, a largo plazo, puede producir deformaciones óseas severas. Afecta a más de 20 millones de personas en el mundo. Un joven investigador español, Oriol Mitjà, y su equipo, con 5 años de trabajo a sus espaldas en la Isla de Lihir, la combaten con un antibiótico barato, la Acitromicina.

  • Mide unos 13 centímetros de largo y luce unas bandas doradas y negras
  • El ejemplar fue descubierto durante una expedición en Papúa Nueva Guinea
  • Los científicos señalan que la nueva especie es "una sorpresa impactante"
  • Descubren en una jungla sin explorar de Papúa Nueva Guinea 56 nuevas especies
  • De ellas 50 son arañas y forman parte de tres nuevos géneros de arañas saltarinas
  • También han hallado una nueva especie de lagartija y tres de ranas

Hace unos días daban la vuelta al mundo unas fotografías aéreas en las que se veía a varios hombres intentando ingenuamente derribar una avioneta con sus flechas. Todos eran miembros de una de las cien tribus amazónicas que se estima nunca han tenido contacto con el exterior. Son indígenas con verdaderos problemas de supervivencia, porque la mano del hombre blanco llega a todos los rincones del planeta para explotarlo. Pero eso no sólo ocurre en la Amazonía americana, también en nuestras antípodas, en Oceanía. De allí, de Papúa Nueva Guinea, acaba de llegar Antonio Cruz Mayor, un filántropo canario que lleva años financiando una expedición cuyos resultados científicos han sido espectaculares en estas últimas semanas. Juan Ramón Lucas habla con él (05/06/08).