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Ruanda, a través de su patrocinado grupo armado M23, ha tomado el control de la mayor ciudad del este de la República Democrática del Congo. Un paso más en el conflicto que vive esta zona desde hace más de tres décadas y que pone en alerta a todos los países vecinos que temen el estallido de una guerra regional.

La violencia en la República Democrática del Congo (RDC) se endurece. La guerrilla M23 ha tomado la ciudad de Goma, en el oeste del país, después de violentos enfrentamientos con el Ejército de RDC. Hay decenas de muertos y cientos de miles de civiles intentan huir a la vecina Ruanda. La ONU ha advertido de la grave crisis humanitaria en la región. El conflicto de RDC es uno de los que lleva más décadas activo: tiene sus raíces en la época colonial y en la lucha entre etnias.

Olatz Cacho, portavoz de Amnistía Internacional, asegura que los recientes combates han desplazado a unas 400.000 personas y han agravado la crisis humanitaria que sufre la región. "No es normal que esta población, que vive en una zona tan rica, sufra tanta pobreza, tanta inseguridad y tantas violaciones de derechos humanos durante tantísimos años", ha denunciado Cacho y ha asegurado que la "impunidad es un problema que hay que combatir".

Cacho explica que otro de los factores que agrava este conflicto son los minerales como el estaño y el coltán, imprescindibles para la fabricación de teléfonos móviles y ordenadores. "Países como China o Estados Unidos no regulan adecuadamente sus cadenas de suministro y permiten la entrada de minerales sin verificar si su origen es ético o no", ha denunciado Cacho.

Los rebeldes del M23, apoyados por soldados ruandeses, siguen tomando más territorio en el este de la República Democrática del Congo. El grupo armado ha entrado en Goma, la capital de Kivu Norte. En las calles de esta ciudad de dos millones de habitantes se viven enfrentamientos entre los milicianos y los soldados del Ejército congoleño. De momento, hay 17 muertos y unos 370 heridos.

La situación humanitaria en esta región es cada vez más complicada, con decenas de miles de desplazados en las calles de la ciudad, los hospitales desbordados y el cierre de la frontera con Ruanda, el principal punto por el que intentan huir los civiles, según la ONU.

Se trata del último episodio de un largo conflicto que hunde sus raíces en el genocidio ruandés de 1994 y que se nutre de la explotación de las minas de coltán.

El periodista y fundador de Africa Mundi, David Soler, ha ofrecido en una entrevista para el Canal 24h una visión alarmante sobre la situación en el este de la República Democrática del Congo, donde los intereses por el control de recursos naturales, como el cobalto, están avivando el conflicto. Soler ha destacado la implicación de Ruanda en la región a través del apoyo militar al grupo M23, pese a que el Gobierno de Kigali niega su respaldo directo.

Soler ha subrayado que la intervención militar de Ruanda en la captura de la ciudad congoleña de Goma, junto con la explotación de recursos en el norte de la zona, responde a un interés estratégico por los minerales vitales para las tecnologías actuales. "Es evidente que el objetivo es controlar esta región debido a sus recursos", ha afirmado. El impacto humanitario de este conflicto es devastador, con más de 400.000 desplazados, una cifra que sigue creciendo a medida que la violencia y las violaciones de derechos humanos se intensifican.

¿Qué pasa con las deportaciones a Ruanda? El Parlamento británico aprobó en abril la conocida como ley Ruanda, una norma que aspira a enviar al país africano a los migrantes que han llegado a Reino Unido en situación irregular y que solicitan asilo. En este nuevo capítulo de Esto merece una explicación nos preguntamos por las implicaciones que podría tener esta norma para los migrantes y, también, si Ruanda es un país seguro, como afirma el gobierno de Rishi Sunak. Ahmad, un refugiado afgano en Reino Unido, y Emmanuel, un ruandés que lleva fuera de su país 30 años, nos cuentan su visión de la situación actual.

En este podcast han colaborado Ana González, abogada del despacho Wilsons Solicitors en Londres, Guillaume Bontoux, corresponsal de RNE en Londres, y Rosa Moro, miembro de la organización civil Umoya.

Un trabajo de Marta Plazuelo, alumna del Máster de Reporterismo Internacional de la Universidad de Alcalá de Henares, con montaje de Juan Luis Martín. Laura Madrid y Marta Vicedo han supervisado la elaboración completa de este pódcast.

El Parlamento Británico ha aprobado el proyecto del Gobierno de Rishi Sunak para la deportación de personas migrantes a Ruanda. Según el primer ministro, los preparativos ya están listos y los vuelos empezarán a operar en julio. Ante las notificaciones de violación de derechos emitidos por varios tribunales internacionales, Sunak ha declarado que "nadie podrá detenerlo". Varios inmigrantes han recibido ya la notificación de que pueden ser deportados al país africano y han mostrado su desacuerdo. De cara a las elecciones de 2025, este proyecto tiene el objetivo de atraer votos a los conservadores, aun cuando las encuestas dan una victoria clara del Partido Laborista que, de momento, han dado a entender que la derogarán nada más llegar al Gobierno.

FOTO: Jason Alden / EFE

El primer ministro de Reino Unido, Rishi Sunak, ha defendido este lunes el plan del Gobierno para deportar a Ruanda a solicitantes de asilo, anticipando que los vuelos despegarán rumbo al país africano en menos de tres meses "pase lo que pase", si bien el polémico marco legal sobre el que pivotará esta iniciativa aún está pendiente del visto bueno del Parlamento británico. 

Este plan es una de las grandes promesas 'tories' para combatir el repunte migratorio y disuadir las llegadas a través del canal de la Mancha. 

Treinta años después del genocidio contra los tutsi, Ruanda ha cambiado completamente salvo en una cosa. Al frente sigue Paul Kagame que en julio aspira a revalidar su mandato en las urnas. La última vez, arrasó con un 98% de los votos después de que varios opositores fueran detenidos o condenados como Victoire Ingabire. Un modus operandi que también ocurre fuera de sus fronteras, donde varios rivales políticos han muerto en extrañas circunstancias como denunció la periodista británica Michela Wrong mientras Kagame se codea hoy con gobiernos occidentales como referente en la región de los Grandes Lagos.

Un millón de personas, la mayoría tutsis, murieron asesinadas en sólo 100 días. Un equipo de Informe Semanal ha hablado con supervivientes y con perpetradores de la matanza. En tres décadas, Ruanda ha pasado de ser un país devastado a ser considerado un ejemplo de seguridad y crecimiento económico en África.

Foto: Treinta años después, aldeanos armados de palas y azadas siguen descubriendo en Ruanda fosas comunes con cadáveres del genocidio (EFE/Charles Ndushabandi)

Ruanda conmemora el trigésimo aniversario del genocidio en el que más de 800.000 personas fueron asesinadas. Josep Maria Royo, investigador de la Escola de Cultura de Pau de la UAB, investigador del grupo de estudios africanos de la UAM y especialista en conflictos y construcción de paz en África subsahariana.

Ruanda recuerda como cada 7 de abril el genocidio que acabó con la vida de más de 800.000 personas en apenas 100 días. Una de las mayores atrocidades que ha vivido la humanidad y que ha marcado no solo a este país, sino también a toda la región que hoy aún sufre las consecuencias. Recordamos lo ocurrido tanto dentro como fuera de Ruanda en aquel año 1994.

Tres décadas después el país sigue conmocionado. Entre 800.000 y un millón de asesinatos que se produjeron en poco más de tres meses. La mayoría hutu intentó exterminar a la minoría tutsi y también mataron a los hutus que se opusieron. Muchos asesinatos fueron obra de gente corriente, a quienes el Gobierno, desde los medios de comunicación, les decía que debían "hacer el trabajo", es decir, matar. La barbarie empezó tras un ataque que mató al presidente, de etnia hutu. Rápidamente culparon a los tutsis. La división social era muy profunda desde la colonización belga, que profundizó en una clasificación racial que privilegiaba a unos u otros según convenía.

Foto: Ceremonia en Kigali que conmemora el treinta aniversario del genocidio de Ruanda (EFE/EPA/MOISE NIYONZIMA)

El este de la República Democrática del Congo sufre de nuevo el empuje de los grupos armados con una violencia que provoca el desplazamiento forzado de miles de personas. En este caso, el M-23, un ejército irregular apoyado por Ruanda según el gobierno congoleño, está apenas a 30 kilómetros de una urbe de un millón de habitantes como Goma que ha tenido que acoger a 250.000 personas en apenas y mes y medio.

La jefa de la Oficina de Coordinación Humanitaria en el país, Carla Martínez, nos explica la situación que vive la población y el activista Fred Bauma nos explica cómo el espacio para la libertad de expresión mengua poco a poco en el país con una mayor represión por parte de las fuerzas policiales.