Larisa tiene casi 50 años y era profesora antes de que comenzase la guerra en Ucrania. Ahora se dedica a ayudar a los hombres de su familia, a su marido y a sus dos yernos, que están en primera línea porque, asegura, "son patriotas y quieren proteger al país". Larisa les hace llegar comidas, medicamentos y ropa, ya que muchos se ponen enfermos al pasar tanto tiempo en la calle. "No solo es ayuda moral la que les damos. Es duro y muy emocional estar esperando, prefiero cantar canciones con mi nieto confiando en que la victoria está cerca", nos cuenta.
La guerra, para los niños como su nieto, que tiene 6 años, está siendo muy dura. "Cuando hay un ataque con misiles le digo que es un trueno, pero me pregunta por qué no llueve y tengo que explicarle la verdad", expresa Larisa. "No es una guerra entre soldados, es una guerra entre soldados y civiles, es un genocidio". Larisa no puede llamar a su marido cuando quiere hablar con él, ya que tienen los móviles desconectados por seguridad, pero cuenta que, cuando se despiden, nunca les dice adiós.
Informan Aurora Moreno y David Velasco, enviados especiales