Las diplomacias de Estados Unidos y Rusia han matenido una reunión en Ginebra para intentar rebajar la tensión sobre Ucrania. El secretario de Estado de los Estados Unidos, Antony Blinken y su homólogo ruso, Sergey Lavrov, han comparecido por separado en rueda de prensa tras el encuentro que ha durado unas dos horas.
Un encuentro del que no salieron resultados concretos más que la voluntad de Moscú de mantener abierto un canal diplomático de interlocución para intentar resolver una crisis acelerada por el masivo despliegue de tropas rusas en su frontera con Ucrania.
Los dos representantes diplomáticos llegaron con las líneas rojas bien marcadas pero con voluntad de diálogo. Lavror ha prometido que Rusia no tiene intención de invadir Ucrania pero también ha reiterado que quieren un compromiso por escrito de que esta exrepública soviética no se adherirá a la OTAN y que los soldados estadounidenses se marcharán de los países limítrofes con Rusia. También ha criticado lo que ha calificado como "rusofobia" e histeria por parte de los países occidentales. Lavrov también ha asegurado que Blinken se ha comprometido a una respuesta por escrito de las peticiones la próxima semana. Por su parte, el jefe de la diplomacia estadounidenses ha señalado que no van a dar marcha atrás a la política de puertas abiertas de la OTAN, ha pedido a Rusia más transparencia y ha criticado la desestabilización que Moscú lleva a cabo, no solo en Ucrania, sino en el resto del mundo. Dice queMoscú solo tiene dos opciones: o el diálogo o el conflicto. Las conversaciones seguirán la semana que viene con el objetivo de rebajar la tensión que hoy se vive.
Los expertos creen que las propuestas de Moscú de que Ucrania nunca sea miembro de la OTAN y la retirada de fuerzas de otros países de las fronteras con Rusia son muy difíciles de cumplir. Y Rusia quiere seguir influyendo sobre Ucrania.
Informa Fran Sevilla, corresponsal en EE.UU.