El ataque de Hanau, en Alemania, donde han sido asesinadas 10 personas, es el tercero en nueve meses. Además, ocurre poco después de que, por primera vez, el partido de Angela Merkel votara con la ultraderecha en Turingia.
La ultraderecha no sólo abarca la política alemana, sino que se multiplican los ataques de esta naturaleza. La escalada comenzó con el asesinato del político Walter Lübcke, el primero en Alemania tras la guerra. Siguió el pasado otoño con un neonazi que intentó una masacre en una sinagoga. No pudo, y asesinó a dos personas.
El pasado fin de semana la policía detuvo a 12 radicales que planeaban ataques contra mezquitas. Según datos del Ministerio del Interior alemán hay 12.000 extremistas de ultraderecha dispuestos a cometer actos violentos.
Tanto la comunidad musulmana y la judía piden solidaridad con las víctimas y piden medidas al Gobierno.