Rafael Louzán es el nuevo presidente de la Real Federación Española de Fútbol y tiene pendiente el 5 de febrero una resolución del Tribunal Supremo que podría suponer su inhabilitación.
El nuevo presidente tiene por delante varios retos como reordenar una Federación que lleva totalmente desnortada desde la dimisión de Rubiales, tutelar el proyecto del mundial 2030, perfilar el futuro de la Supercopa de España una vez que termine el contrato con Arabia, normalizar las relaciones con otras instituciones, como LaLiga, o renovar a Luis de la Fuente como seleccionador.
Si el Supremo dentro de mes y medio da por bueno el recurso de Louzán y le levanta la condena por prevaricación, su nombramiento seguirá adelante. En cambio, si el Alto Tribunal niega el recurso, el propio Louzán mantendrá su condición de inhabilitado. En ese momento, el Consejo Superior de Deportes tendría que pedir al Tribunal Administrativo del Deportes (TAD) que lo aparte del cargo de presidente de la Federación.
Informan Iván Manzano, Manu Martínez y Pepe López Terradas.