Tras un año de restricciones, la salud mental de los ciudadanos se resiente. De hecho, los expertos piden más inversión y recursos para tratar problemas como la ansiedad y la depresión porque van a crecer de forma exponencial en los próximos meses. Rafael Román, investigador de la Facultad de Psicología de la Universidad de Granada, nos cuenta que hemos cambiado a la hora de percibir el tiempo. "La ansiedad acelera el mundo interno, da la impresión de que lo que pasa a nuestro alrededor pasa mucho más lento. La depresión genera que el mundo interior es más lento, al mantener la atención en el malestar en el tiempo hace que el tiempo pase lento", ha dicho. El espacio personal ha cambiado con la pandemia y lo que sentimos como amenaza ya no es solo al invadirlo. El comportamiento ha cambiado de golpe y volver a lo anterior no será tan rápido.