Emanciparse, para los españoles menores de 30 años, es casi imposible. El salario medio de los jóvenes está en los 12.500€ netos anuales, lo que supone que para alquilar una vivienda deberían invertir el 85% de su sueldo. Por eso, independizarse tarde y compartir piso es la realidad que les queda. El bono joven de alquiler que este martes ha aprobado el Consejo de Ministros pretende paliar este problema: 250€ mensuales con un tope de 3.000 euros al año que se recibirán con efecto retroactivo del 1 de enero, aunque no se podrá solicitar hasta dentro de unos meses.
Carmen Arcarazo, portavoz del Sindicato de Inquilinos de Barcelona, cree que el bono es ineficaz y que puede tener efectos contrarios a los que pretende: “Los arrendatarios, sabiendo que existe este bono joven, aprovecharán para subir el precio de los alquileres”, explica. Lo califica como un “bono rendista” que “se trata de una transferencia de dinero público a bolsillos de los arrendadores”. Explica que estas medidas se han tomado anteriormente en otros países, como Francia, y ha provocado efectos negativos. "Aquí no se trata de los ingresos de los jóvenes, sino de que bajen los precios y las familias dejen de destinar la mitad de lo que ganan al alquiler”.
Informa Yolanda Rodríguez