“La operación no se hace por motivos fiscales”, es lo primero que ha defendido Rafael del Pino sobre la salida de Ferrovial a Países Bajos, pero la realidad es que la compañía podría llegar a ahorrarse unos 40 millones de euros al año debido a que allí, los dividendos que traen sus filiales del resto del mundo no abonan impuestos.
Desde el Ejecutivo cuestionan los motivos que esgrime la compañía y ven en la maniobra, precisamente, una vía clara para pagar menos impuestos, pero los accionistas les piden que respeten “el derecho a la libre circulación de capitales”.
La cuestión es que si Ferrovial quiere cotizar en Estados Unidos desde nuestro país no tiene ningún problema, aunque debe hacerlo a través de ADR, unos certificados que permiten a los inversores estadounidenses la compra y venta de acciones de compañías con sede social fuera de Estados Unidos. “Es un mecanismo sencillo y barato, por lo que no hay necesidad de cotizar directamente”, indican los expertos, razón por la que la ministra Montero pide que expliquen “los otros motivos” de su salida.
Informan: Blanca Pascual, Sandra Gallardo, Rosa Basteiro y David Vidueiro.