Durante tres horas el primer ministro italiano Giuseppe Conte ha respondido como persona informada, no imputada, a las preguntas de los fiscales de Bérgamo. Han ido a Roma a escuchar su versión sobre lo que pasó en los municipios de Alzano y Nembro a principios de marzo.
Son focos del virus que en un mes contaron tantos muertos como en solo un año. La justicia investiga si hubo negligencia en la gestión de la pandemia, y por qué no se declaró como zona roja en los primeros días cuando los contagios que se multiplicaban, como se hizo en Codogno. El comité de expertos así lo aconsejó, y los militares y la policía estaban preparados.
La decisión final no llegó nunca. Las autoridades de Lombardía dicen que era competencia de Roma, y Conte dice que era responsabilidad de la región. Entre el cruce de acusaciones muchos sospechan que se impusieron motivos económicos.