Las comunidades autónomas, salvo País Vasco y Navarra, tienen un régimen común que les otorga autonomía financiera para gestionar las competencias que tienen transferidas, como la sanidad, la educación o las políticas sociales. Y lo hacen con la posibilidad de crear sus propios tributos o tasas y con la cesión total o parcial por parte del Estado de determinados impuestos como los de patrimonio, sucesiones y el de donaciones. Y aquí surge uno de los principales enfrentamientos entre comunidades por la competencia desleal que hacen algunas bajando impuestos o prácticamente eliminándolos y obligando a otras a seguir sus pasos. El resultado es menos dinero en sus arcas para la prestación de esos servicios fundamentales.
Las más afectadas piden que sus impuestos se igualen para todas. Para compensar las diferencias están las transferencias del gobierno a las comunidades, que se basan en criterios de población y en características de cada territorio y que son precisamente las que para muchos hay que revisar porque no recaudan y recibe lo mismo una comunidad superpoblada que una con pocos habitantes y tampoco cuesta lo mismo cubrir sus necesidades básicas.
Informa Rosa Guardado