En pleno siglo XXI el mundo asiste hoy al décimo aniversario de una guerra sin visos de terminar, compleja y salvaje. Naciones Unidas ha denunciado crímenes contra la humanidad de los dos bandos en Siria.
El país, aunque dirigido todavía por Bachar Al Asad, está dividido en zonas de influencia exterior. Hoy se conmemora el inicio de las protestas populares inicialmente pacíficas y la brutalidad con la que fueron reprimidas. En los años posteriores la guerra se fue librando a múltiples bandas: Rusia, Irán, Turquía, EE.UU., Daesh, las fuerzas kurdas... con una principal víctima: la población civil, que fue asediada, masacrada, forzada a huir, detenida, torturada y atacada con armas químicas.
Los menores de 10 años no han conocido la paz. El presidente rechaza toda solución política, sostenido por Moscú y Teherán. Las víctimas buscan justicia.