Fuentes de Instituciones Penitenciarias confirman que entrevistaron 16 veces al acusado del crimen del niño de 9 años de Lardero e insisten en que hubo un control continuado desde que salió en libertad el 8 de abril de 2020. Control tanto con entrevistas personales como llamadas telefónicas y comunicaciones por parte del propio Almeida. En una de las ocasiones, además, se produjo una visita a su domicilio. Fue después de que a principios de este año se mudara a su actual residencia. Lo había solicitado a finales de 2020. Los técnicos que hacen el seguimiento de la libertad condicional elaboraron un informe, lo trasladaron al juez de vigilancia penitenciaria y el juez le dio el visto bueno. A principios de año, él mismo había presentado el contrato de alquiler. Previamente, había cumplido con otras obligaciones vinculadas a su salida de prisión, entre ellas comunicar su incorporación a un puesto de trabajo en una empresa de limpieza y un cambio en el horario. El presunto asesino de Lardero había sido muy escrupuloso con todos los requerimientos. Acudía dos veces al mes a firmar en el control establecido por el Servicio de Gestión de Penas y presentaba los justificantes de pago de la responsabilidad civil a la que fue condenado por el asesinato de una empleada de una inmobiliaria en 1998.
Informa Laura Alonso