El retraso en la entrega de las 350.000 dosis de la vacuna de Pfizer es normal, según ha explicado Marcos López Hoyos, director científico del Instituto de Investigación Valdecilla y Presidente de la Sociedad Española de Inmunología.
"La logística es complicada", ha explicado. "Los que trabajamos con material de frío de -70 sabemos que estos retrasos ocurren y a veces es cuestión de un día o dos." Y añade que la cadena de frío no se ha roto. El problema viene, cree, del condicionante de tener que mantenerlas en frío. Si se descongelan tienen una validez de cuatro a cinco días.
Tras administrar las primeras dosis a residencias y a sanitarios en primera línea, cree que los siguientes deberían ser pacientes de enfermedades que cursan con inumnodepresión.